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jueves, 25 abril, 2024
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De tu arte al mío…

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Por: MALIYEL BEVERIDO •

La Gualdra 329  / Opinión / Fake News

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  1. Un custodio de la Tate Gallery, excesivamente celoso de su trabajo, arregló la pieza «Mi cama», de Tracey Emin (artista nominada ese año para el premio Turner) creyendo que la obra había sido vandalizada.
  2. Una instalación de Damien Hirst de botellas de cerveza, tazas de café y cenizas desbordantes fue retirada accidentalmente de la Galería Eyestorm de Londres.
  3. Un agente de limpieza de la Tate Britain tiró a la basura una bolsa de papel y una caja de cartón que formaban parte de una obra del artista alemán Gustav Metzger.
  4. Albañiles del Museo de Arte de Ravenna, enyesaron el agujero pintado en la pared por el artista callejero Eron. La obra había sido creada exprofeso para la exhibición denominada «Crítica en el arte».
  5. Una empresa de limpieza en la ciudad de Bari, Italia, recibió una factura por diez mil euros luego de que uno de sus empleados tirara migajas de galletas que formaban parte de una obra de Paul Branca en la Sala Murat.
  6. Una instalación de dos artistas milaneses en el Museion Bozen-Bolzano de Italia había sido confundida por la intendente con los estragos de una fiesta y limpió la sala por completo. El título de la obra era «¿Dónde iremos a bailar esta noche?».
  7. Un adolescente dejó unas gafas en el suelo del recién reinaugurado Museo de Arte Moderno de San Francisco, provocando que los otros visitantes las confundieran con una pieza de arte.
  8. Circula en redes sociales la noticia de que en el Museo Guggenheim de Bilbao el público confundió un carrito de limpieza con una obra. Incluso se menciona el nombre de la trabajadora que lo dejó en la sala y se dice que uno de los visitantes ofreció 400 mil euros para adquirirlo. Pero esta última noticia es falsa.

La lista no es exhaustiva, pero si ilustrativa. Las fake news abarcan todo tipo de temas, incluso el arte contemporáneo.

La manipulación de noticias ha existido desde siempre, por muy diversos motivos, incluso el humorístico. Antes dedicábamos un día (el 28 de diciembre en nuestro país y el 1° de abril en otros), a publicar noticias falsas. Era un asunto festivo, de ingenio, un engaño más bien inofensivo, como una broma que nos ponía a prueba y revelaba nuestra credulidad o la perspicacia.

Los nuevos soportes de la información hacen ahora mucho más sencillo adulterar la realidad, y puedo confesar que muchos montajes me han hecho sonreír, pero esto en el entendido de que se trata de un chiste. Paro ahora hay una sobreproducción de falsos.

Aunque es bien cierto que el sentido del humor es una forma de inteligencia, estas formas de desinformar no tienen ya –para mi gusto- ninguna gracia, y de hecho no tienen la intención de divertir. No son una forma de crítica, como lo serían la caricatura o la parodia.

Las fake news de hoy en día son una industria, además, rentable. Combinan la ingenuidad del lector con la verosimilitud de los hechos presentados. No se pueden justificar por el hecho de que es potencialmente factible. En este mundo, ya lo hemos visto, todo puede suceder. Así, cualquier noticia que se presente apoyada con una imagen y en el marco de un medio informativo, parece real. Otras formas de legitimización son las frases “autoridades declararon” y la también célebre “estudios científicos demuestran”.

Estas falsas noticias están fabricadas para captar el máximo de lectores posible y además hacer que estos lectores las difundan. Las compañías de marketing analizan su dispersión, y aplican los datos obtenidos a sus campañas. Algunos sitios que las presentan contienen virus espías o, en el mejor de los casos, sólo publicidad (por la cual obtienen jugosas ganancias). También existen blogs de personas que sólo quieren ganar notoriedad creando confusión.

Pero, sobre todo, esas falsas noticias imposibilitan o entorpecen los verdaderos debates de temas que nos conciernen y nos afectan diariamente, como el fundamentalismo y la discriminación, conducen a la polarización de posiciones, manipulan y pueden generar respuestas extremas. Falsas leyes, falsos ataques, falsos descubrimientos causan reacciones verdaderas.

El caso que tomé como ejemplo trata de arte contemporáneo, por lo que parecería que su influencia es moderada y su consecuencia inocua, pero no es así, puesto que no se puede tener una discusión seria acerca de la percepción del arte y sus nuevas modalidades y propuestas si se falsean las cosas, no se pueden analizar los hechos (lo que sí sucede) si se mezclan con lo que podría haber pasado.

Seguirán ocurriendo cosas en el mundo y seguirán las simulaciones. Seguiremos viendo confusiones en los museos y las salas de arte, y seguirá habiendo bromas al respecto. Ojalá que siga también la reflexión madura y equilibrada que todos los temas requieren.

 

 

 

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