Guillermo del Toro se quedó esta noche con el codiciado premio Oscar al mejor director, aún cuando su película La forma del agua no cumplió enteramente con las expectativas que había despertado en materia de estatuillas (estaba nominada en 13 categorías).
En cambio, en la cresta de la ola, el director mexicano revalidó así el alud de premios que lleva conseguidos en lo que va de este año: del sindicato de Productores, del sindicato de Directores, BAFTA al mejor director, del Círculo de críticos cinematográficos de San Francisco y del Sindicato de Diseñadores de Vestuario.
Así, por cuarta vez en los últimos cinco años, un director mexicano gana el premio de la Academia (los anteriores fueron Alfonso Cuarón en 2014, por «Gravedad»; y Alejandro González Iñárritu en 2015 y 2016 por «Birdman» y «El renacido»).
Es el primer Oscar para Del Toro, que era favorito en esta categoría en la que también fueron nominados Christopher Nolan (Dunkerque), Jordan Peele (¡Huye!), Greta Gerwig (Lady Bird) y Paul Thomas Anderson (El hilo fantasma).
«Soy un inmigrante, como muchos, muchos de ustedes, y en los últimos 25 años he vivido en un país que es de todos nosotros: tiene partes de aquí, de Europa, de todas partes, porque creo que lo más maravilloso que se puede hacer -y nuestra industria lo hace- es borrar las líneas en la arena», dijo Del Toro al recibir la estatuilla.
«Debemos seguir haciendo eso más cuando el mundo nos pide que profundicemos».
La forma del agua cuenta la historia de amor entre una mujer muda que trabaja como limpiadora en una base ultrasecreta en el Estados Unidos de la Guerra Fría y un humanoide anfibio atrapado y cautivo allí.
