Suciedad y lodo en intercampañas 2018

Las intercampañas, establece la Ley de la materia y así lo explicó el INE, es la etapa del proceso electoral que media entre el fin de las precampañas y el inicio de las campañas, con duración de mes y medio. En este tiempo los (¿pre?) candidatos, deben abstenerse de incurrir en actos anticipados de campaña, para promover el voto ciudadano en su favor. No obstante, les está permitida su participación en eventos de tipo intelectual, social y cultural.
Obligado comentar sobre dos que anhelan la silla presidencial.
Muy lejos de lograr los objetivos, en esta etapa electoral se ha destapado una cloaca que deja en evidencia escándalos de corrupción y traen consigo suciedad y lodo en que se encuentran involucrados: 1.-Ricardo Anaya Cortés, candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, integrada por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. 2.- José Antonio Mead Kuribreña de Todos por México, integrada por PRI, PVEM y PANAL.
Ciertamente, el PRI-gobierno inmerso en el mayor desprestigio y repudio general de su historia, es detestable para un elevado índice de la población mexicana, porque, lo que se ha dado por autodenominarse el nuevo PRI, desmanteló y destruyó muchas instituciones y normas jurídicas creadas por lo que también llaman el viejo PRI, que tutelaban derechos conquistados por los mexicanos.
Esta coalición tiene como propuesta a José Antonio Meade Kuribreña que, sin ser militante, no encontraron al interior del PRI, ninguna persona que pudiera garantizar la credibilidad ciudadana. Este señor, se hace pasar por pulcro. Ajeno a todo acto de corrupción. Mesurado. Sensato. Preparado. Domina varios idiomas. Sin embargo, tiene un grave historial de corrupción que deberá aclarar ante las autoridades competentes.
Totalmente de acuerdo. El señor Mead Kuribreña se jacta de manifestar ante todos que él no es corrupto ni desvió dinero. Habrá que recordarle sin embargo, que las conductas que adoptó en los diversos cargos de secretarías y dependencias de las que fue titular, durante los gobiernos panista de Felipe Calderón y priísta de Enrique Peña Nieto, fueron por omisión. A ciencia y paciencia el ahora propuesto por el PRI, dejó hacer y pasar todo tipo de corruptelas y pillerías de sus subordinados, cuando su deber era evitarlas. Como no ocurrió, y los malos manejos fueron con recursos públicos en SEDESOL, SEDATU Y RELACIONES EXTERIORES. No puede, aunque lo quiera ser ajeno a esa realidad.
Rezagado en un muy lejano tercer lugar de sus contendientes, el señor del PRI, con sus conductas omisas, quedará todavía más alejado de lograr su sueño inalcanzable.
Quien permanecía en un honroso segundo lugar en relación con sus contendientes, desde las precampañas, el panista Ricardo Anaya Cortés, había sobrevivido a las luchas internas con la esposa de Felipe Calderón, la señora Margarita Zavala; así como del ex gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle, entre otros. Los hizo desistir y finalmente, costó la renuncia de la señora Zavala al partido, en el que fue militante por muchos años.
Ricardo Anaya Cortés, se encuentra ahora involucrado en enriquecimiento ilícito, lavado de dinero con motivo de venta de bienes raíces cuyo origen no ha explicado a la opinión pública. Asimismo, se le atribuyen delitos de triangulación de recursos con empresas fantasmas, y una serie de actividades cuya investigación, se encuentra ya a cargo de la PGR como se han publicitado.
Anaya Cortés, a la fecha no ha dado ninguna declaración ante la autoridad competente, pero con lo que se conoce hasta ahora, ya permea aún más la falta de credibilidad del electorado en él.
Si. Es cierto. Toda persona goza de presunción de inocencia, y únicamente será responsable del delito que se le impute y por tanto, nombrado delincuente, hasta que el juzgador, apegado al texto de la ley, dicte una sentencia en la que tipifique su conducta, previo estudio, examen y análisis de todas y cada una de las pruebas de cargo y descargo que aporte tanto el Ministerio Público en defensa de la víctima como el propio inculpado en su favor.
Hasta ahora, no tenemos esto en contra de Ricardo Anaya Cortés. Sin embargo, no obsta para que la autoridad competente continúe con la carpeta de investigación que corresponda, porque, si existiera la comisión de delitos, por ningún motivo debe justificarse la falta de celeridad ni en éste ni en otro caso. Lo que sí sorprende mucho es que este asunto, haya sido atendido fuera de costumbre, pues existen casos de corrupción que jamás han sido investigados, hay demora o deficiencia en ello.
Tenemos en este panorama una evidencia de que las instituciones de poder público, se encuentran parara exterminar políticamente al adversario.
Uno y otro de los dos candidatos, aprovechan la oportunidad para, como si la situación por la que atraviesan no fuese suficiente, lanzarse y arrojar sobre su adversario todavía más suciedad y lodo. Y, por supuesto, sus seguidores toman revancha unos en contra de otros. Se desgañitan ante los medios, pero la forma de dirimir sus problemas legales es, por principio de cuentas ante el Ministerio Público de la PGR, por tratarse de delitos del fuero federal.