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lunes, 18 marzo, 2024
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“Ignorancia y apatía oficial en Fresnillo”

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Por: JOSÉ G. SOTO LANDEROS •

En su perfil de Facebook el joven Alan Ricardo Torres Solís preguntó ayer, ¿Cómo podemos cambiar o mejorar a Fresnillo, sin tocar temas políticos o de seguridad? Su pregunta recibió múltiples respuestas ciudadanas y la mía es: trabajar más, exigir, participar, comprometerse y no permitir que la mediocridad e inexperiencia de las autoridades acelere el hundimiento de Fresnillo.
Hace muchos años un reportaje en la televisión nacional ubicó a Fresnillo como la ciudad más sucia de la República y la acompañó de imágenes que fueron contundentes, lastimosas e irrebatibles, pero que obviamente causaron descontento, irritación y reacciones de las autoridades.

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Igual sucedió al finalizar el 2017 cuando a nivel nacional se ubicó al municipio como el más violento del país y sin posibilidades de salir del ranking nacional de los 50 municipios más violentos de México. Hoy mismo, junto con los municipios de Zacatecas y Guadalupe, Fresnillo está entre los 10 más violentos de la República. Del tema el presidente municipal José Haro solo alcanza a decir que es un problema de la federación.

Pero junto a los graves problemas que significan una muy deficiente prestación de los servicios públicos, la violencia y el desempleo, así como una lamentable percepción de inseguridad, que aleja a los ciudadanos de las calles apenas obscurece, los desórdenes administrativos al interior del Ayuntamiento y la estupidez de las autoridades para enfrentarlos no dejan al pensamiento y a la razón encontrar soluciones claras y definitivas a esta problemática.

Lo mismo es en el abastecimiento insuficiente de agua potable para miles y miles de fresnillences, o los amontonamientos de basura por toda la ciudad, no sólo en las colonias de la periferia o las comunidades rurales, en la administración de los recursos, en la aplicación de programas o en la aportación de resultados, el municipio se rezaga de manera tan lamentable que sus habitantes sólo piensan en emigrar.
Sin duda, hay razones diversas en esta crítica situación, pero el Alcalde José Haro sólo resume la problemática a una falta de recursos y apoyos, o en desatención de los gobiernos estatal y federal. Obvio, nunca reconocerá que solo él es el culpable.
Esa es la salida simplista y torpe de un Alcalde que no ha sido capaz de encabezar con dignidad a su pueblo, que no entiende ni de cortesías políticas y que ha llevado a su Administración sin brújula ni proyecto. Qué lamentable pensar que él y sus funcionarios trabajan por “la grandeza de Fresnillo”.

En el fondo de todos los problemas de este querido municipio está la inmadurez y la ignorancia en los temas torales de la Administración pública; en no saber que un municipio debe tener comunicación directa con su gobernador para gestionar apoyos y programas especiales. En no entender que la primera puerta que un alcalde debe tocar es la del Gobernador del Estado.
No entender esto y trabajar por intereses personales, o para continuar en el puesto, es una miopía política que los fresnillences no deben tolerar más, ya que de lo contrario el hundimiento será de tal magnitud que no habrá forma alguna para superarlo.
Es una lástima que después de ser el municipio más importante del estado, con la empresa minera más productiva de Latinoamérica, con políticos fresnillences bien ubicados en las esferas del gobierno, como Arturo Romo Gutiérrez y Ricardo Monreal como gobernadores, hoy ni si quiera haya fuerza política para impulsar candidaturas o reclamar los apoyos que la inseguridad, la violencia, el desempleo, la basura, la falta de agua y la falta de orden administrativo nos reclaman.

Por todo esto, cuando leí la pregunta del joven Alan Ricardo Torres Solís, me nació contestarle que ya es tiempo de dar el paso a la exigencia, a la creación de un Observatorio Ciudadano o una Unión de Usuarios que exija un alto definitivo a estas autoridades, que solo han demostrado ambición por dinero, por construir sus casas y comprar vehículos, por enriquecerse abiertamente a costa del desamparo, la desesperanza y la inseguridad de los fresnillences.

Sé que la inquietud de Alan Ricardo es la pregunta diaria que se hacen miles de fresnillences. La respuesta es clara y se mantiene. No más impunidad, ignorancia o estupidez. No permitamos que la mediocridad nos domine, ni que las tropelías tan evidentes como las cometidas por el expresidente municipal, Gilberto Dévora Hernández queden en el olvido.

No debe importar que tanto Gilberto Dévora, como José Haro pertenezcan a un grupo político definido. Lo que han hecho en la depredación sistemática de Fresnillo no tiene nombre. Son culpables desde ahora y habrá que hacerlos a un lado de raíz y para siempre; al fin que pruebas, evidencias, excesos y errores, se cuentan ahí mismo en la Presidencia Municipal de Fresnillo.

Sólo debemos interesarnos por saber qué hacen o dejan de hacer las autoridades y exigir que trabajen honestamente. Si son imbéciles o ignorantes, también los ciudadanos debemos de lavar nuestra culpa porque con nuestro voto los elegimos. Un cambio real está en nuestras manos y todos sabemos que el próximo 1 de julio será una gran oportunidad para castigar a los ineptos y corruptos.
Fresnillo ya merece una vida mejor, pero no será posible lograrla sin la participación de los ciudadanos, afortunadamente estamos muy a tiempo. ■

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