Las tareas de la sociedad en las próximas seis semanas

A partir de hoy y hasta el 29 de marzo los aspirantes a la Presidencia no podrán organizar eventos públicos ni llamar a votar por ellos en los medios de comunicación; seguramente estarán con frecuencia en espacios noticiosos para comentar asuntos coyunturales, pero su presencia en ellos no debe ser sistemática ni seguir alguna pauta. Veremos cómo funciona el árbitro ante una definición tan imprecisa de lo que pueden o no hacer los candidatos. Pero no debe caber duda alguna de que las próximas seis semanas pueden y deben ser utilizadas por la sociedad en su conjunto para preparar mejor su participación durante la campaña, que durará tres meses en el nivel federal y sólo dos, mayo y junio, en el local.
Para empezar, hay que definirse por lo más general: continuidad o cambio. Si usted considera que el país va bien y la actuación de las autoridades federales es cuando menos aceptable, no vacile, prepare sus mejores argumentos a favor de José Antonio Meade. Por el contrario, si usted considera que el país va mal y que debe cambiar de rumbo, entonces dispóngase a examinar las propuestas de López Obrador, las de Anaya y las de los candidatos independientes. Es importante no dejar de valorar sus propuestas sobre la corrupción y la impunidad, sobre violencia e inseguridad, y sobre el modelo económico, así como otras de sus prioridades. También es fundamental analizar si sus hechos son consistentes con sus propuestas.
Como se ve, sería muy bueno hacer las reflexiones necesarias para tener claras nuestras prioridades programáticas, esto es, los temas o asuntos que más nos preocupan, aquellos que nos quitan el sueño y aquellos que nos hacen soñar. Ello nos ayudará a evitar que nos envuelvan en el debate de asuntos irrelevantes o en francas provocaciones. Es fundamental aprender a utilizar bien el tiempo para la reflexión en familia o con amigos y vecinos: digamos no a debatir sobre noticias falsas y apartemos nuestra atención de candidatos y partidos que intenten desviarnos de lo fundamental.
Es importante intercambiar puntos de vista con personas de confianza que sabemos que son expertas en determinados temas, ello nos preparará para poner en su justa dimensión las opiniones interesadas y muchas veces concertadas que se expresan en los grandes medios de comunicación electrónicos; recordemos que los dueños de las grandes televisoras y de las cadenas radiofónicas son muy pocas familias y comparten intereses, no necesariamente similares a los suyos. Es fundamental recordar que en ellos no se tolera la libertad de análisis de la información, el caso de la exclusión de Carmen Aristegui es una prueba contundente.
Preparar nuestras prioridades con tiempo también nos proporcionará elementos para apreciar mejor el desempeño de los candidatos en los debates; es fundamental hacerlo para no sobrevalorar los golpes de efecto que los expertos en mercadotecnia política suelen preparar para darnos gato por liebre. Pero, sobre todo, es necesario participar activamente para preparar la decisión más importante para la nación y para cada una de nuestras familias.