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sábado, 20 abril, 2024
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Voraz y 120 battements par minute

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

Películas nominadas en los Lumière y proyectadas en la Cineteca Zacatecas

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Para cuando aparezca este Desayuno en Tiffany’s, mon ku (6 de febrero) se habrá recién celebrado la premiación de los 23 Premios Lumière de la Prensa Internacional en el Instituto del Mundo Árabe de París. Se trata de una selección, nominación y premiación realizada por la asociación de periodistas extranjeros, en su mayoría, o reporteros de medios difundidos en el extranjero o cuyo público está principalmente fuera del territorio francés.

El principio es que las películas (documentales, ficciones y dibujos animados) debieron de haber tenido una salida comercial en Francia y estar ligadas por la producción, la lengua o el equipo a la industria gala. Esta precisión es importante porque los premios son un aparador que nos permite observar cuántas películas latinoamericanas y, por tanto, mexicanas, aun teniendo coproducción francesa, se quedan en la franja de las proyecciones festivaleras (un ejemplo es Las marimbas del infierno, de Julio Hernández Cordón, en festivales en 2010 y exhibida apenas en este enero 2018).

En fin, no se trata de comentar desgracias y virtudes de la industria mexicana, sino de voltear la cara a la moneda de forma local. O sea, cuáles son las películas francesas-francófonas exhibidas comercialmente, seleccionadas por los Lumière y que llegaron a las salas mexicanas, en especial a la Cineteca Zacatecas.

Le preguntamos a la directora de la Cineteca, Gabriela Marcial, cuáles pasaron por la salas, y fueron cuatro: 120 battements par minute, de Robin Campillo; Patients, de Mehdi Idir; Grave, de Julia Ducournau; y Paris pieds nus, de Dominique Abel y Fiona Gordon. Con resultados dispares.

Los casos opuestos son la cinta de Campillo y la de Ducournau:

Mientras que Voraz (Grave) de Ducournau ha sido hasta la fecha más taquillera de la Cineteca la 120 latidos por minuto de Campillo tenía hasta este martes 30 de enero tan solo 62 -aún está en cartelera. Para Voraz al parecer la gente hizo colas y se volvió a agendar en la cartelera con más de 30 proyecciones, de 120 latidos… la cifra nos hace pensar que no hay multitudes esperando que abran. Bien, se puede decir que la primera pasó en verano y la segunda en pleno invierno, quizás el clima juega, pero igual la gente sale a la calle y no se suele invernar. No se trata de hacer elucubraciones que expliquen las selecciones cinéfilas. Pero algo podemos decir:

120 latidos por minuto es la historia del movimiento ActUp de la década de 1990 en lucha por el reconocimiento del Sida no como enfermedad de homosexuales pero cuyo foco estigmatizador recaía en ellos y su movilización para impulsar la investigación científica de su curación. La cinta fue presentada en Cannes y ganó la Queer Palm, El Fipresci y el Gran Premio del Jurado en la Competencia Oficial; además está ahora encabezando los nominados para los Cesar y los Lumières; ambos son premios franceses, uno por la academia cinematográfica y otro por la prensa.

La de Grave (Voraz) es la historia de unas jóvenes estudiantes de veterinaria que han heredado de su madre un instinto caníbal. En la universidad lo vuelven a descubrir y son finalmente evidenciadas y señaladas por sus compañeros. Algunas escenas en tono gore son, de cierta manera, el atractivo. La cinta, también en Cannes 2017 en la sección paralela Semana de la Crítica, estuvo nominada a la Cámara de Oro al mejor primer largometraje y se llevó el Fipresci. Ahora en los Lumières aparece igualmente en Mejor Primer Largo.

Las dos películas osan mostrar escenas más o menos explícitas de sexo, curiosamente homosexual, y buscan el choque visual. La diferencia es obvia, por un lado un esquema de documental militante y por el otro una ficción que roza lo fantástico.

El público, entonces, y aquí la duda, ¿prefiere no complicarse el día en un momento de debate político por la incorporación institucional de los grupos marginados o simplemente la tradición por la ficción fantástica sigue siendo más pesado?, o quizás ¿la publicidad orienta los gustos? De cualquier manera, que haya público y espacio para este cine es un aliciente para que suceda lo mismo con el mexicano.

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