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jueves, 18 abril, 2024
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La autenticidad creativa se reivindica en ‘La sociedad secreta de los poetas’*. Un estudio de 600 páginas desvela la verdad sobre la poesía española contemporánea

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Por: ÁLVARO CAMPOS SUÁREZ •

La Gualdra 322 / Libros / Poesía

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Antonio Rodríguez Jiménez nació en Córdoba (1959). Es doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, licenciado en Filología Hispánica y en Ciencias de la Información. Ha ejercido el periodismo cultural durante más de treinta años dirigiendo Cuadernos del Sur, al frente del cual obtuvo premios como el Nacional de Fomento de la Lectura y el Andalucía de Periodismo, además del Ciudad de Córdoba. También obtuvo diversos galardones como poeta. Dirigió durante varios años el Instituto Cervantes de Fez (Marruecos). Es autor de una veintena de libros de poesía, varias novelas, cuentos, libros de artículos y de numerosos estudios, ediciones y antologías, como Cuadernos del Sur, un episodio clave de la crítica literaria en el periodismo cultural (Caudal, 2016); Siete poetas diferenciales de la lírica española en la década de los ochenta (Caudal, 2017); Método y práctica de la redacción científica (Universidad de Guadalajara, 2017); Ante nueve poetas de Córdoba (Cajasur, 1988); Paraíso de las migajas (Pamiela, 1996); Elogio de la diferencia (Cajasur, 1997) y El Monte de la Novia. Medina Azahara (Almuzara, 2008), además de coordinar las ediciones de los libros colectivos Ricardo Molina, conciencia de Cántico (Renacimiento, 2008) y Pablo García Baena, la liturgia de la palabra (Visor, 2009). Fue fundador de la Asociación Andaluza de Críticos Literarios, y durante una década ejerció de secretario general y de vicepresidente. Actualmente vive en Guadalajara (Jalisco), donde se dedica a la enseñanza y a la investigación. Allí imparte cursos de Redacción para la Investigación a alumnos de posgrado y al profesorado de la Universidad de Guadalajara.

Antonio Rodríguez Jiménez, autor de La sociedad secreta de los poetas. Foto Francisco González

Antonio Rodríguez Jiménez, autor de La sociedad secreta de los poetas. Foto Francisco González

 

La obra

La sociedad secreta de los poetas. Estéticas diferenciales de la poesía española contemporánea es un largo ensayo que versa -nunca mejor dicho- sobre las trayectorias singulares de casi una cincuentena de poetas desde la Generación del 27 hasta la de los 80. Si bien el propio autor se cuida de no confundir al lector señalando expresamente que no se trata de un canon personal, sí podría tratarse, indica, de un canon de la Diferencia (veremos en breve de qué se trata) en el que se integran 48 poetas marcados por dos notas fundamentales: la extraordinaria singularidad de su obra literaria, por una parte, y su conocimiento personal y no sólo literario, por otra.

Rodríguez Jiménez estructura su proyecto con un proemio y seis apartados, al último de los cuales, notoriamente más extenso al incluir el estudio individual de los autores recogidos.

En el prólogo de esta obra, y de manera sucinta, se describe cómo Córdoba se erige como histórica trinchera de combate donde, a lo largo de los siglos, numerosos autores (desde Séneca al grupo Cántico -Ricardo Molina, Juan Bernier, Pablo García Baena) han creado a lo largo de los siglos sus mundos literarios alejados del mundanal ruido de la villa y corte, y tierra fértil en la que han encontrado aposento algunas de las revistas y talleres más interesantes de la poesía española contemporánea (Antorcha de Paja y la Posada del Potro son, respectivamente, buenos exponentes). Pero también, ciudad donde, desde las páginas del suplemento literario Cuadernos del Sur del diario Córdoba, se buscó una personal defensa de la línea más original y libertaria de la poesía, entendida como aquélla que no obedece mandatos y se subraya a sí misma en términos de calidad y excelencia.

El primero de los cinco apartados, homónimo al del libro que tratamos, se ocupa precisamente, y en primer lugar, del origen de este movimiento así llamado “de la Diferencia”; en palabras de Antonio, ético más que estético, y de opinión crítica frente al statu quo y las hegemonías sistémicas. Catorce poetas, entre los que se incluye el propio autor junto a reconocidos escritores como Antonio Enrique, Pedro Rodríguez Pacheco, Pedro J. de la Peña, Ricardo Bellveser. Fernando de Villena, José Lupiáñez, María Antonia Ortega y Carlos Clementson, entre otros, que a su vez reivindicaban la obra de autores marginados por los grupos de opinión dominantes usando el altavoz del diario Córdoba. Y por otra parte (recogiendo las impresiones al respecto de José Luis García Martín) da prueba de la existencia de una poesía plural de la que emergen distintas corrientes (neosurrealismo, tradicionalismo, poesía elegíaca…) distintas de los postnovísimos -es decir, los sucesores de los Nueve novísimos poetas españoles de la célebre antología de José María Castellet-, de corte realista, avalados por Luis Antonio de Villena, y recoge también los estudios tanto del poeta malagueño José Infante (en torno a la escasa presencia de poemas y de crítica de libros de poesía en diarios y revistas), como de Juana Castro acerca del sempiterno asunto de los premios literarios.

El segundo apartado, Crisis de autenticidad creativa, aborda dicha cuestión a través de distintos trabajos; la mirada europeísta en elogio de la libertad en la escritura esbozado por el antes mencionado poeta (y experto traductor) Clementson, la visión de la lírica andaluza desde los 50 hasta los 80 de Elena Barroso refutada por Antonio Enrique, y la crítica feroz de Juan José Lanz a la considerada como línea “clara” de la experiencia, entendida como estancada por repetitiva desde un punto de vista formal y temático. Críticas que, en el tercer apartado, Camino utópico hacia la libertad creadora, se suman a las de Manuel Ruiz Amezcua al visualizar la poesía como desvitaminada y falta de sustancia, o de Pedro J. de la Peña al desdeñar las antologías como fórmula de encuentro de la calidad literaria dado el subjetivismo de los críticos. En tono de respuesta, Cuadernos del Sur iniciaría una antología por entregas de 35 “poetas isla” o “esenciales” entre los que se encontraban Alfonso Canales, Elena Martín Vivaldi y Antonio Hernández.

En el cuarto apartado se destaca la innovación en el campo de la poesía visual con nombres indiscutibles como Joan Brossa y las investigaciones de Felipe Muriel al respecto, o el esfuerzo de críticos como Pedro Rodríguez Pacheco por analizar y confrontar en las páginas de Cuadernos del Sur distintos aspectos de la poesía española contemporánea, calificada por la reconocida editorial londinense Faber como “débil y excesiva”, y de José Ángel Valente al denunciar, señala Antonio Rodríguez, los intentos reduccionistas de sistematización metodológica y encasillamientos grupales tan alejados de la esencia de la poesía.

Por último, en el quinto apartado, se recogen desde el inicio distintas antologías. Feroces, de Isla Correyero, es valorada negativamente por el propio Antonio Rodríguez; sin embargo, Milenio, ultimísima poesía española, de Basilio Rodríguez, es recibida con clamor por Domingo F. Faílde al ilustrar, detalla, “una visión plural de la poesía española en las últimas décadas del siglo XX y, presumiblemente, la primera del XXI”; mirada en la que se hallan, afirma, las apuestas estéticas de Sánchez Robayna, Guadalupe Grande o Justo Navarro junto a la poesía neosimbolista de Antonio Colinas y José María Parreño o la lírica irracionalista de Amalia Iglesias y Juan Carlos Mestre, entre otros muchos autores como Carlos Alcorta y el propio Antonio Rodríguez Jiménez. Páginas adelante, tras revisarse otras antologías más afines o cercanas a la corriente de la Diferencia, se arribará a los albores de la década de los 90, en la que el autor considera que se desarrollan dos líneas: la poesía del sistema y la poesía de la realidad. Años en los que, declara el autor, la primera bloquea el progreso de la segunda, sumiendo a la lírica en una nueva fase de agotamiento en la que numerosos escritores de calidad se encuentran huérfanos de apoyos para el contacto cierto y certero con sus lectores. Poetas, muchos, 48, se analizan en el grueso del libro, tales como Rafael Alberti, José Antonio Muñoz Rojas, Claudio Rodríguez, José Hierro, Concha Lagos, Ricardo Molina, Leopoldo de Luis, Pablo García Baena, Carlos Edmundo de Ory, Antonio Hernández, Antonio Colinas, Pedro Rodríguez Pacheco, Rafael Guillén, Guillermo Carnero, Jaime Siles, Antonio Enrique, Concha García, María Antonia Ortega, Blanca Andréu, José Lupiáñez, Fernando de Villena y Manuel Jurado López entre otros. Poetas en definitiva que, muchos de ellos estuvieron olvidados u ocultos por la poesía hegemónica denominada neorrealista que cultivó un discurso único y excluyente. Estos poetas representan la coherencia estética, la creatividad, la voluntad de estilo, la originalidad, la divergencia estética y la variedad temática, frente a un tipo de poesía denominada “clara” y que es la única que se conoce fuera de España. Por lo tanto, lo que hace Antonio Rodríguez Jiménez es poner de manifiesto la justicia poética sobre esos grandes líricos que han tratado de mantener ocultos durante décadas.

 

 

* La sociedad secreta de los poetas. Estéticas diferenciales de la poesía española contemporánea. Edit. Carena, Barcelona, 2017. 600 páginas.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_322

 

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