En mi corta vida he visto a varios po- líticos que entregan su capital social a cambio de unos pesos, a cambio promesas o a cambio de unos cuan- tos mendrugos de poder, el caso más cómico lo pude observar en la legis-
latura pasada, cuando un diputado se paseaba con una sonrisa de oreja a oreja, secretándole a todo el mundo que le iban a dar 100 mil pesos en becas para su gente, porque votó el presu- puesto a favor, según decía, el compromiso lo tenía “bien amarrado” con el coordinador de los diputados del PRI en aquella legislatura.
Los empleados del Congreso se pitorreaban a sus espaldas, porque ellos sabían que ese programa de becas era un asunto instituciona- lizado, a pesar de no estar en la ley, año con año los diputados reciben becas para la gente de sus distritos, los beneficiarios tienen que llenar una serie de requisitos, pero en los he- chos, las becas no se entregan sin el aval del diputado, independiente si votaron a favor o en contra del presupuesto.
Sin embargo, aquel diputado fanfarrón se sentía un maestro de la negociación política porqué se entregó a cambio lo que ya tenía. Esta pequeña anécdota sirve de base para ex- plicar el bochorno que pasaron los regidores de la capital cuando salieron a los medios de comunicación para despotricar en contra de los aumentos al predial ¡que ellos mismos autorizaron!
Heladio Verver, Lupita Medina y Emilia Pecsi dicen que fueron engañados por Judit Guerrero para autorizar el cambio en la fór- mula para calcular el impuesto. Y es aquí donde surgen varias dudas ¿Cómo los engañó Judit? ¿No leen lo que firman? ¿No están lo suficientemente preparados para el cargo que desempeñan? ¿O de plano se dejaron engañar? Son pocas las personas que tienen concien- cia de la importancia que tienen sus encargos, la mayoría de los políticos piensan que hacer política es hacer acuerdos para su beneficio personal y exprimir el erario al máximo mien- tras dura su encargo, pero no comprenden que sus decisiones nos afectan a todos.
En el caso de los “arrepentidos” regidores, debemos decir que autorizaron un cambio total en el esquema del cobro del predial, que antes se hacía mediante unidades de medida dependiendo de las zonas catastrales y que ahora se realiza con base en el valor catastral y comercial de los predios, suena complejo y lo es, pero lo más importante es que nos va a salir muy caro. En este momento el Ayuntamiento está cobrando el 50% del impuesto, calculado con el 30% del valor de la propiedad ¡imagí- nense el tamaño del aumento que autorizaron estos inconscientes!
Se trata de una afectación que llega cuando los ciudadanos están golpeados por el aumento en el precio de las gasolinas, del gas y de los impuestos estatales. Estamos hablando de otro aumento que se va a combinar con los anterio- res para aumentar la inflación y poner de ro- dillas el poder adquisitivo de los ciudadanos.
¿Por qué no pensaron en eso los regidores? Únicamente quedan dos alternativas: No pien- san o únicamente pensaron en ellos y en los beneficios que podían recibir por convertirse en aliados del poder y olvidarse de su compro- miso de trabajar como un contrapeso contra los excesos del Gobierno.
No hay muchas alternativas, quienes come- ten este tipo de “errores” son tarugos o maño- sos. Heladio Verver, Lupita Medina y Emilia Pecsi ¿En cuál categoría entrarán? Mientras eso se define, cuando menos dos de estos re- gidores, ya preparan su licencia para volver a pedir el voto de confianza de los ciudadanos y en este 2018, trataran de llevar sus “errores” al Congreso Local.
