- Todos los alumnos son aceptados, reconocidos, valorados
El Centro de Atención Múltiple 30 “Roberto Solís Quiroga”, ubicado en Guadalupe, se ha consolidado como una escuela inclusiva donde todos los alumnos son aceptados, reconocidos en su singularidad, valorados y con posibilidades de participar en el proceso de enseñanza-aprendizaje de acuerdo con sus capacidades, pero se requiere fortalecer su vinculación con los diversos sectores sociales, afirmó Víctor Mario Ortega, docente de esa institución.
Sin embargo, manifestó que una tarea impostergable para el CAM 30 y los diferentes servicios de la Educación Especial es vincular al centro educativo con los diferentes sectores de la sociedad, pues el modelo social estipula que no son las limitaciones individuales la raíz del problema o discapacidad, sino las limitaciones de la propia sociedad para brindar los servicios adecuados y garantizar que las necesidades de las personas con discapacidad consideradas dentro de la organización social.
La consolidación de una escuela inclusiva como el CAM 30, dijo, necesita de múltiples vinculaciones con otras instituciones y por lo tanto se requiere propiciar lazos con diversas instituciones educativas y sociales para el desarrollo de actividades académicas que coadyuven al mejor desempeño de educación especial.
“Requerimos especial atención en las relaciones que se desarrollan entre el CAM 30 y las instituciones del sector salud. Es necesario establecer vínculos estrechos con los centros hospitalarios de la comunidad (Hospital de la Mujer, Hospital General, clínicas del IMSS, ISSSTE y privadas, consultorios médicos pediátricos), de tal modo que los niños que nacen con discapacidad y/o cuentan con alguna necesidad educativa especial en su primera infancia sean canalizados con oportunidad por los médicos hacia nuestro centro educativo para su atención”, indicó Ortega.
Asimismo, señaló que el reto implica desarrollar en padres, maestros, niños, personal de apoyo, autoridades educativas y gubernamentales, así como colaboradores externos a la escuela, una colaboración permanente y la construcción decisiones colectivizadas.
Avanzar en el tema de la inclusión social, agregó, implica la necesidad de constituir un programa de difusión permanente que dé a conocer a la sociedad metropolitana a través de los medios locales, las prácticas inclusivas que desarrolla la comunidad escolar del CAM 30.
Según expuso, atender a la diversidad en el marco escolar del CAM 30 exige, además de continuar proporcionando ambientes altamente estimulantes, plenos de acciones educativas a través de la aplicación de programas pedagógicos propios para cada edad y discapacidad, generar buenas relaciones sociales y de colaboración hacia adentro y fuera del sistema de educación estatal.
Ortega concluyó que el concepto de diversidad exige un cambio sustancial de la escuela, ya que permita generalizar las relaciones sociales como una institución abierta, flexible, capaz de promover experiencias institucionales y que susciten el aprendizaje de acuerdo a las características, estilos, ritmos, y posibilidades de los grupos sociales, respetando su autodeterminación y asegurando su plena inclusión
social.
