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jueves, 28 marzo, 2024
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Paquete económico, entre más rápido más discreto

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Por: LUCÍA MEDINA SUÁREZ DEL REAL •

Estamos acostumbrados a reaccionar a “toro pasado”, tarde, cuando el agua ya nos llegó al cuello, cuando la situación llegó a nuestra familia, cuando nos pasa a nosotros, o cuando ya los culpables se esfumaron por el enorme portón de la impunidad.

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Que si la Universidad Autónoma de Zacatecas está en crisis desde hace años, no nos importa, ya veremos cómo se soluciona cuando los trabajadores de la misma no puedan cobrar sus quincenas, y eso afecte a todo el estado… Que si la ley de seguridad interior que amenazan con pasar puede traer una militarización peor que puede derivar en arbitrariedades, no importa, confiamos en que no nos tocará.

Un ejemplo emblemática de esta peculiar forma de asumir la ciudadanía lo tuvimos el año pasado, cuando vimos en los primeros días del año las marchas multitudinarias por el enojo de comenzar el año con alzas en los precios de los combustibles, aunados al aumento en la cuota del agua, y a la instauración de varios impuestos.

La irritación duró; por algunos meses se mantuvo la resistencia a pagar el refrendo, hasta que la desconfianza mutua nos ganó y se instaló también un plantón en el Congreso del Estado que se retiró lenta y silenciosamente. En resumen, fue imposible llegar a acciones concretas que eliminaran o matizaran al menos el enojo social que las hizo estallar.

Quizá en alguna medida ayudó la desinformación. No se tenía claro cómo, quién, por qué se habían tomado decisiones que derivaron en el aumento a los impuestos, al costo de los combustibles, y hasta a la imposición de una cuota de 20 por ciento que incrementó lo que se paga en Jiapaz.

La mejor evidencia de ello fue que incluso vimos a legisladores marchando con la ciudadanía por un aumento de impuestos que ellos mismos habían aprobado.

La misma actitud tenemos ahora con la aprobación de la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos. Las noticias sobre su aprobación exprés no han derivado en el legítimo cuestionamiento ciudadano que se pregunte qué podían contener ese paquete económico como para que se diera el descarado madruguete de la bancada oficial ampliada.

La cínica prisa de los diputados del Partido Revolucionario Institucional, el Verde Ecologista, Nueva Alianza, y Acción Nacional por aprobar el paquete económico en menos de un día de haber sido dictaminado, quedándole diez días al periodo ordinario y 25 al límite legal para discutir y aprobar el asunto, no hace más que dejar sospechas de que en enero próximo, o en los meses siguientes nos encontraremos con algunas sorpresitas que hoy pasan desapercibidas ante la imposibilidad humana de leer y analizar con detenimiento las 800 cuartillas que integran la gaceta parlamentaria de la sesión del martes pasado en la que se aprobó todo esto con la ausencia de los opositores.

Hasta ahora, lo que sabemos, es que la Ley de ingresos sigue conteniendo el Impuesto Ecológico, pues no había forma (legal y política) de quitarlo, aunque a diferencia del año pasado, en este año no están contemplados en egresos los mil 200 millones de pesos que se esperarían obtener de él.

La incertidumbre continúa, y todo parece indicar que el gobierno del estado perderá la controversia, pero si gana, vaya que ganará, pues de acuerdo a la Ley de ingresos aprobada, (en su séptimo transitorio) “se faculta al Secretario de Finanzas a realizar las adecuaciones contables y

presupuestales que se requieran, con independencia de lo establecido en la Ley de Disciplina Financiera y

Responsabilidad Hacendaria del Estado de Zacatecas y sus Municipios.” Por lo cual, prácticamente se le da un cheque en blanco con cada peso que ingrese por ese Impuesto ecológico.

En cuanto a los egresos hay indicios que hacen pensar que se utilizará el dinero público para beneficiar a esas instancias que permiten el lucimiento de los individuos, por aquellas que permiten el desarrollo a largo plazo. Por ejemplo, el Sistema Integral para el Desarrollo de la Familia (SEDIF) tiene como presupuesto 493 millones de pesos, mientras que la Secretaría de Desarrollo Social tiene 247 millones de pesos.

Más dinero a la Secretaría de Seguridad, con un aumento de casi 36%, y otro de cerca de 20% a la Procuraduría de Justicia, pero se disminuye a la mitad el de la Secretaría de Turismo, se baja el de Economía, y persiste el castigo a la Secretaría del Campo comparado con lo que se le otorgaba en el sexenio anterior.

Para la Universidad, un presupuesto estancado en mil 800 millones de pesos, en tanto, se conserva y aumenta el dinero necesario para los bonos a burócratas y funcionarios que se ha conocido como “nómina secreta”.

La falta de análisis del paquete económico por todas las fuerzas políticas nos dificulta el desentrañamiento del mismo. Pero la ciudadanía tendría que revisarlo con lupa independientemente de esta situación, no sólo por los efectos que tendrá el madruguete en los próximos 12 meses, sino porque muy pronto veremos a sus aprobadores solicitando nuestro voto. ■

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