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sábado, 20 abril, 2024
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La Innovación en una Sociedad del Conocimiento. La evolución tecnológica y el valor del conocimiento

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Por: MANUEL HARO MÁRQUEZ •

Si hablamos de conocimiento es imposible no citar a grandes científicos de todos los tiempos y que heredaron un gran aporte a la humanidad; cómo serían nuestras vidas sin aquellos descubrimientos incluyendo el conocimiento creado de manera abierta para beneficio de todos. Cómo sería nuestra visión hacia el heliocentrismo como base de la estructura del sistema solar iniciado por Nicolás Copérnico y en el que se basó Galilelo Galilei para sus descubrimientos, además de haber creado el telescopio para fortalecer sus observaciones.

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A veces nuestra cotidianiedad no nos permite apreciar el gran aporte de Isaac Newton, quien calculó la fuerza de la gravedad que ejerce la tierra a todos los elementos sobre su superficie; esta lista es interminable y aun cuando sus descubrimientos los lograron hace ya varios siglos, es posible considerar que alguna otra mente prominente hubiera generado todos esos conocimientos, pero afortunadamente los tenemos a ellos como referencia.

Esas grandes mentes citadas previamente junto a todas y todos aquellos de su época que han sido grandes generadores de conocimiento de beneficio para la humanidad tenían una gran característica, generaban un vasto conocimiento que siempre de manera incondicional compartían abiertamente al mundo, generando así la posibilidad de aprovecharlo para generar más conocimiento y a su vez fuera útil como base para nuevos conocimientos.

Así como el conocimiento, la tecnología ha ido avanzando durante los años con grandes genios que han ido aportando de manera altamente valiosa y a los que debemos agradecer por permitirnos disfrutar de la facilidad en el acceso a información así como comunicación a nivel global de una manera por demás sencilla. La ubicuidad tecnológica en nuestros días en muchas ocasiones desestima su origen y minimiza el valor que tiene el conocimiento de aquellos que han dedicado sus capacidades para lograr nuestra cotidiana dependencia digital.

Al momento de realizar una retrospectiva hacia el nacimiento de las computadoras modernas debemos reconocer el gran aporte de un científico matemático inglés de nombre Alan Turing; capaz de crear una máquina llamada Enigma en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, basada en el primer lenguaje lógico y base del lenguaje de máquina de las computadoras de hoy en día: Lenguaje Binario; por si fuera poco concibió los conceptos formales de los algoritmos, que incluso a la fecha el Test de Turing se aplica para pruebas relacionadas a algoritmos de inteligencia artificial.

El nacimiento de los primeros lenguajes de programación desde los cuales era posible el desarrollo de programas de cómputo o software marcó también el inicio de todas las aplicaciones de cómputo y dispositivos inteligentes que utilizamos actualmente; de la mano de lo anterior surge el primer Sistema Operativo complejo; todo esto creado en la década de los 60 por científicos como Denisse Ritche y Thompson, quienes desarrollaron el lenguaje de programación C/C++ y en la parte de plataformas de cómputo el sistema operativo más robusto, seguro y estable llamado Unix.

En el campo tecnológico estas genialidades mencionadas marcaron de manera tacita las ciencias computacionales y tecnologías de información, aun y cuando estos científicos compartieron abiertamente sus descubrimientos así como todo el conocimiento generado con estos, han existido siempre esfuerzos para sacar provecho más personal y/o comercial para beneficio de ciertas empresas y cortando la enorme ventaja que brinda el conocimiento abierto generando con ello temas de monopolios e incluso dependencia tecnológica; afortunadamente en paralelo la evolución de las tecnologías siempre ha tenido una línea de conocimiento abierto que se desarrolla desde comunidades académicas y de colaboración a nivel mundial.

Hoy en día  en que la tecnología se utiliza y desarrolla de una manera ubicua, en un entorno en que la tecnología se encuentra presente hasta en aquellos objetos hasta hace unos cuantos años impensable como electrodomésticos, en el hogar, en la agroindustria por mencionar algunos de los más representativos; nos obliga a analizar de qué forma el conocimiento debe ser la base para el progreso y evolución tecnológica, bajo un modelo de colaboración abierta en que el conocimiento generado pueda ser aprovechado para que el cualquier persona pueda ampliarlo o bien aprovecharlo para nuevas estrategias de innovación.

La complejidad tecnológica y las incontables líneas de desarrollo que incluso se van ampliando día con día, nos encamina a fortalecer la formación de nuestros jóvenes con una mentalidad de liderazgo, a especializarse en alguna línea específica eliminando la visión entre ellos de que querer ser expertos en todo, por el contrario el especializarse en algún tópico específico genera la posibilidad de consolidar esa colaboración entre todos esos expertos en una manera de complemento tecnológico.

Considerando lo último; la base de proyectos y estrategias de innovación, modelos de negocio y transferencia tecnológica así como la integración de equipos de trabajo tendrán como pilar fundamental el conocimiento de todos los involucrados. Con base en lo mismo será indispensable que la colaboración se base en el aprovechamiento del conocimiento y habilidades de alta especialidad para fortalecer integralmente las capacidades de desarrollo; vislumbrando así una nueva época de progreso basada en conocimiento en la que las tecnologías abiertas juegan un papel invaluable.

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