El 5 de octubre del presente año se cumplieron 185 años del inicio del proyecto educativo, encabezado por Francisco García Salinas, más grande del estado de Zacatecas y se da en el amanecer de la sociedad del conocimiento además de que la Universidad Autónoma de Zacatecas llega a esta significativa fecha envuelta en una de las mayores crisis financiera, política y de representación.
Estar en la sociedad del conocimiento significa que las actividades de la vida se hacen y resuelven con el conocimiento: producimos alimentos, nos vestimos, habitamos ciudades y hasta nos divertimos con base en construcciones cognitivas. Si así son las cosas, es extraño que en uno de los problemas más sentidos ahora mismo, como es la inseguridad pública, no se involucre al conocimiento para diseñar una solución. Las universidades son los espacios donde se genera y distribuye el conocimiento. Y las universidades estatales tienen la misión de atender a la entidad federativa que les da sentido de existencia. Por ello, la UAZ debe de mirar a su historia y deben preguntarse si tienen la posibilidad de poner a trabajar su materia gris, que la tiene, en construir soluciones a sus problemas internos, a los que padece la sociedad como es la inseguridad y demás problemas de índole público.
Ante este contexto, en un país con algo de sentido común se entendería que el gobierno tendría la obligación de escuchar y apoyar a las universidades para la formación de investigadores, docentes y estudiantes universitarios que contribuyan y conduzca a una situación de Seguridad Humana a México y Zacatecas.
Por desgracia, frente a la escasez y la ideología privatizadora no hay mucho qué hacer, y lo que se hace roza a veces los límites de lo permisible; más de una vez, por ejemplo, los auditores federales o estatales que revisan las cuentas de la Universidad han advertido sobre la inconveniencia de cubrir la nómina con fondos destinados al pago de impuesto o la seguridad social, porque esa maniobra implica un desvío de recursos.
Pese a las amplias muestras de corrupción que en este medio hemos denunciado y que siguen sin tener acciones contundentes por parte de sus directivos, la Universidad tiene cosas que presumir como la cantidad de alumnos que atiende, son poco más 37 mil estudiantes de educación media superior, licenciatura, maestría y doctorado; el 94 por ciento de la planta académica cuenta con posgrado, al tiempo que 96 por ciento de sus programas de licenciatura son reconocidos como de calidad por organismos externos de acreditación y 21 posgrados se encuentran adscritos al Padrón Nacional de Posgrados de Calidad; se ubica dentro de las mejores 50 universidades del país y se ubica como la segunda con la cuota de inscripción más económica del país, solo detrás de la UNAM y pese a tener una abultada burocracia, mantiene un costo por alumno de $53,744.93 pesos frente a una media nacional de $57,235.35.
Como sabemos la universidad pública y en especial la UAZ son indispensables para el desarrollo del estado de Zacatecas y en el marco de sus 185 años de historia es preciso reconocer su importancia, la imperiosa urgencia de mayores recursos y la acción implacable de las autoridades universitarias contra los vicios que la sociedad ampliamente señala, aún y cuando está acción represente el fin de los grupos políticos que la encabezan.
Enhorabuena a Zacatecas y a toda la comunicada universitaria por estos 185 años de historia y excelencia académica.
