Autor: César Adolfo Garnica Calderón
Residencia: Estado de México, México
Alma estaba en espera,
buscaba qué publicar,
cuando se le apareció la Calavera
y de La Jornada se la quiso llevar.
Jánea saltó eufórica
y dijo que no se iba,
y ésta con risa irónica
contestó que a las dos se llevaría.
De repente, pensó la Calavera:
Falta alguien para el festín.
Y como es tan parrandera,
sin pensarlo, se llevó a Martín.
A los tres se llevó al panteón
para hacer una investigación,
pero los muertos, sin razón,
se pusieron a bailar danzón.
En Zacatecas se armó un pachangón
con los muertos y las Catrinas
que llevaron comida al panteón,
dulces, frutas y gelatinas.
Los periodistas se dieron un atracón;
comieron a reventar
y se murieron de indigestión.
Ya los llevan a enterrar.
Las personas tristes están,
sufriendo estos momentos,
pues noticias no tendrán
en este Día de Muertos.