Autor: Uriel Rosas Durán
Residencia: Xalapa, Veracruz, México
Noviembre 2016, la Calaca confiaba
que a Trump lo llevaría de los pies.
Pero qué susto nos pegó a todos los
vivos cuando a Hillary le ganó bien.
Al menos eso pregonaba Bannon,
quien era su titiritero más fiel.
Más no sabía que a la Huesuda
no se le va una, aunque le den miel.
La Muerte sabe que hubo mano negra
al investigar la intervención Rusa.
Trump trataba encubrirse, sepultando
a Comey con una decisión ilusa.
Esto no le resulta, pues con el tiempo
se queda sin vocero y sin titiritero,
La Huesuda espera atenta otro error
de este señor copetudo y twittero.
Diez largos meses han pasado, sin
duda que se siente una eternidad.
La Catrina lo busca con ahínco y
éste se oculta en su mezquindad.
La incertidumbre casi nos mata,
la inflación y el peso al techo fue a dar.
Hoy el TLC aún sigue en el juego y
parece que el muro ya va a comenzar.
La Calaca suena con fuerza los
dientes, conoce la carrera presidencial.
Y si la Tilica y Flaca no se pone lista,
saben que al baile nos va a llevar.
Esperemos que toda la gente decida
y ésta lo haga con gran atino.
Que México ansía tener un gran
líder, pero nunca un Trump latino.
Noviembre 2017, que la Catrina no
sea confiada y no le busque los pies.
Que se acuerde que tiene más grande
la lengua y el copete también.
La calaverita termina esperando que
este contenido no se le haga fuerte,
que la adversidad no le quite la risa,
recuerde México se burla de la muerte.