La Gualdra 314 / Río de palabras
Estaba equivocado,
vi las nubes que decías
flotaban
siempre demasiado veloces
pero no observé
tus ojos conmigo
alejándose
más rápido todavía
que los cirros, stratus y cúmulos
nosotros,
varados como náufragos voluntarios
del tráfico de otoño
de cualquier autopista
a las 2 de la tarde
con el espejismo nuestro del horizonte
en tus pestañas
nosotros,
imaginando una historia
que piensa demasiado
en los finales y confunde
desde ahora
-vaya tragedia-
querer con extrañar
y
la melancolía
del presente perfecto
con la despedida inmensurable todavía
que quizá nos espera
estaba equivocado,
y era torpe mirando un falso cielo
y sus nubes con velocidad de Fórmula 1
cuando el cielo de tu cuerpo,
de tu voz pequeña,
y tu risa fácil
estaba a mi lado
nosotros
distraemos la mirada
para disimular
lo etéreo que es el destino
cuando dos se aman y el tiempo es un reloj de arena.