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martes, 16 abril, 2024
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Voto de los mexicanos en el extranjero

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Por: Óscar Gabriel Campos •

El voto es un deber más delicado que cualquier otro, ya que no implica sólo a los intereses de los votantes, pero su vida, honra y futuras.
José Martí

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El Diccionario de la Real Academia Española define que “Voto” es la expresión pública o secreta de una preferencia ante una opción. En el caso de un sistema democrático el voto es precisamente, el acto por el cual un ciudadano expresa su preferencia por un candidato o selección de candidatos que contienden en un proceso electoral por determinado cargo público de elección directa.

A través del voto, los ciudadanos intervienen en la vida política del país ya sea creando al Estado, conformando el gobierno o eligiendo a sus representantes y al programa político de conformidad al cual debe funcionar el país.

Si algún sector merece que la Nación le haga justicia es precisamente a nuestros migrantes, mujeres y hombres que decidieron un día dejar su patria, su familia y su entorno, en la búsqueda de un mejor destino y decidieron vivir el sueño americano, algunos lo lograron con gran éxito, otros siguen en la lucha, otros se quedaron en el intento.

No obstante, arraigados a su terruño cuando menos en pensamiento, aquellos que tienen la oportunidad regresan, o mínimamente mandan recursos económicos para el sostenimiento de su gente que se quedó de este lado, otros incluso logran mandar recursos para obras públicas en sus pueblos.

Nuestra transición democrática en términos generales ha sido de las más extensas del mundo, el problema mexicano radica esencialmente en los pocos pasos que se han dado a favor de la transparencia, provocando que la desconfianza y apatía no puedan ser desterradas de nuestro Sistema.

En 2005 y mediante Decreto, se reforma el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales dando paso al Libro Sexto de dicho ordenamiento denominado “DEL VOTO DE LOS MEXICANOS RESIDENTES EN EL EXTRANJERO”. En medio de una gran controversia entró en vigor, para que en las elecciones presidenciales de 2006, los mexicanos que residían en el extranjero pudieran emitir el sufragio. En ese momento se estimó que podían ejercer tal derecho cuatro millones de personas, sin embargo, solo lo hicieron 33,111.

En el año 2012, seis años después, el voto en el exterior creció apenas un 23%, con la participación total de 40,737 ciudadanos mexicanos que votaron desde 92 países distintos.

En la reforma electoral de 2014 en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales queda igual en el Libro Sexto la regulación del voto en el extranjero.

Carpizo Mc Gregor sostiene que “ese nacional residente en el extranjero puede votar pero se encuentra con una dificultad geográfica, y en múltiples ocasiones ese alejamiento físico del país es también anímico, porque puede llevar muchos años lejos del mismo y encontrarse poco informado de lo que acontece en él (…), es simplemente un mecanismo electoral que facilita el ejercicio del derecho al voto para quienes se encuentran provisionalmente fuera del país: turistas, diplomáticos, estudiantes, artistas, empresarios y trabajadores temporales y no una extensión del sufragio, como algunos han sugerido”, postura vigente en otros tiempos, en el sentido de que la Soberanía no es extensible.

Sin embargo, actualmente vivimos en un mundo global con respeto a esa Soberanía estando en armonía los elementos del Estado (Territorio-Población-Poder-Estado de Derecho-Soberanía). Si tenemos presente la movilidad actual y la existencia de ciudadanos que cuentan con doble nacionalidad, que por ende pueden ejercer su derecho a votar por las autoridades que tendrán la rectoría y conducción de México, lugar en el que tienen intereses legítimos por sus raíces aplicando el Ius Sanguinis (Derecho de Sangre), si tomamos en cuenta que el origen compromete.

Otro problema al que nos enfrentamos en nuestro país, es el costo elevado del voto en el extranjero. Según un estudio que alude José Woldenberg, “El costo de una elección mexicana en el extranjero puede costar desde 356 millones de dólares en su método más sencillo hasta 76 millones en el caso del mecanismo más elaborado”.

En las pasadas elecciones para gobernadores en los estados de Aguascalientes, Oaxaca y Zacatecas el voto por cada connacional llegó casi a los veinte mil pesos, debido a la poca participación en la emisión efectiva del voto.

Logísticamente sería mucho más costoso en virtud de los procesos de credencialización, construcción de distritos y secciones electorales, instalación de casillas, capacitación, sin embargo, vivimos en un mundo globalizado, totalmente interconectado y digitalizado por lo que es factible apostar por un voto en el exterior proponiendo en los ordenamientos para que pueda realizarse el trámite vía correo certificado, voto electrónico u otros mecanismos que permitan abaratar dichos costos y simplificar haciendo efectivo el derecho a votar. ■

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