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viernes, 29 marzo, 2024
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Si quieren ver verdadero atraso, marginación y pobreza, ahí está el Cerro de San Simón: Enciso

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Por: ALMA RÍOS •

  • Cuestiona proyectos de construir una Virgen de Guadalupe y una Cruz monumentales
  • “El clero, en su derecho de creer que con estas imágenes se solucionarán los problemas sociales; el gobierno no es un ámbito de ejercicio de fe, sino de apego a la Constitución”

Las decisiones que están tomando los gobernantes en la entidad “rebasan todos los límites de la racionalidad”. Ante realidades sociales como la violencia, la pobreza, las deficiencias en la atención a la salud o la educación, entre otras, “que saben que existen (…) lo que hacen es voltear la cara hacia otro lado y en un intento de desesperación decir: ¡Dios te ayude, no tengo para ofrecerte soluciones, más que la fe!”.

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Los valores que imponen son “los míos, los católicos. De ti no sé, pero Dios te ayudará con estas imágenes…y las construimos grandototas para que veas que lo hacemos sentidamente”.

Habla el historiador José Enciso Contreras de los proyectos de construir una Virgen de Guadalupe y una Cruz monumentales, cuestionables ética y legalmente, en dos puntos álgidos de violencia y carencias sociales en una entidad definida de por sí, por sus carencias sociales, los municipios de Guadalupe y Fresnillo.

Con la agudeza que le caracteriza expuso sobre estas propuestas: “Es decir, la solución providencial se descartó totalmente y ahora van por la solución científica que es encomendarse a la virgen”.

Refirió que el clero está en su legítimo derecho de creer que con estas imágenes se solucionarán los problemas sociales porque la fe no tiene límites, pero el gobierno no es un ámbito de ejercicio de fe, sino de apego a la Constitución.

Alejandro Tello Cristerna ejerce el poder como si fuera un gobierno colonial, pues recordó el doctor en Historia, en aquella época ante grandes calamidades sociales como las recurrentes enfermedades epidémicas que afectaban a Zacatecas lo que hacía el Corregidor era “encabezar una peregrinación sacando al Santísimo… y todo mundo flagelándose para combatir el mal”.

Estas prácticas se justificaban “en tiempos oscuros donde la ciencia no pintaba”. No obstante, han podido atestiguarse en años recientes con los gobiernos de Ricardo Monreal, Miguel Alonso y Tello Cristerna, quienes han salido a enfrentar los problemas fuera del marco de la racionalidad proponiendo en cambio, en este último caso, imágenes monumentales para el escenario social, “para el imaginario de los zacatecanos”.

No les preocupa la educación. Hoy que la UAZ reclama más recursos y rechaza estudiantes por deficiencias presupuestales en todas la carreras, aun en las que han tenido déficit de alumnos, la solución que les ofrece es, “pueden ir a rezar y resolver sus problemas con estas imágenes enormes”.

La lectura de estas decisiones gubernamentales tiene que empezar por analizar el marco constitucional, puntualizó.

En el centenario de la Carta Magna de 1917 que ha tenido “muy flacos y ralos eventos” de celebración, lo que se exhibe es su violación absoluta y constante, específicamente en este caso, con respecto a su artículo 130 que dice que el Estado mexicano se sustenta “en el principio histórico de la separación de las iglesias y el Estado”.

Los dos proyectos religiosos forman parte de una estrategia donde el Gobierno del Estado de Zacatecas ha buscado no aparecer “como la voz cantante” por su conflictividad con la legalidad, “para eso tiene a su peones cristeros”, los presidentes municipales Enrique Guadalupe y José Haro de la Torre; y en el fondo está la orquestación del clero.

Dijo que esto nunca lo confesarán los gobernantes, acaso en sus memorias y ya a toro pasado, como ocurrió con Genaro Borrego, quien admitió que se reunía periódicamente con el obispo de la época “para intercambiar impresiones”.

“Yo no dudo para nada que el clero esté orquestando lo que ellos creen, y lo creen legítimamente, habrá que respetar su derecho de creerlo así, de lo que debe ser una estrategia de gobierno basada en el combate a la gran problemática social que vivimos a través de la creación de símbolos monumentales”, respaldada por un gobernador conservador al que podrá vérsele encabezando una cabalgata cristera pero nunca una marcha obrera.

“Tampoco lo veremos defendiendo el Estado laico jamás, pero sí en cambio ir nulificando los símbolos de la Revolución Mexicana en lo progresista y popular que tuvo”, como fue el caso del cambio de nombre al estadio Francisco Villa. “Todo encaja”.

Recordó asimismo que ya existe una imagen guadalupana en el Cerro de San Simón, donde quiere construirse la de 37 metros de alto, que se instaló con presuntos fines comerciales que jamás prosperaron constituyéndose en un elefante blanco, un dispendio que debe darle pena al que fuera entonces alcalde, Felipe Álvarez Calderón, “quien siendo progresista, anduviera haciendo esas cosas”.

Por eso está probado empíricamente que como proyecto de negocio como quiere impulsarlo Enrique Guadalupe Flores Mendoza, será fallido; sin hablar de la burla “que parece merecerles la marginación y la pobreza” que priva en la gente que habita esa zona.

“Si quieren ver verdadero atraso, marginación y pobreza, ahí está el Cerro de San Simón y sus colonias Tierra y Libertad, y África”.

“Invertir un dineral público, dispendioso” como son 30 millones de pesos, y la “ensoñación” de 60 más provenientes de la iniciativa privada, “que yo lo veo difícil”.  Es una burla dijo, “es contar dinero delante de los pobres”.

El proyecto en Guadalupe suma “otro aspecto negativo y perverso de carácter electoral”, observó, el impulso que hace de él en un periodo de dos años con miras a reelegirse, Enrique Guadalupe Flores Mendoza.

El alcalde quiere juntar “la ingente necesidad del clero por afianzar su influencia en el poder con la necesidad de ese priísmo confesional, que encabeza el gobernador, de
perpetuarse”.

“Si se acaba el bienio y la magna obra está apenas a medias o en su inicio, va a pedir otros 3 años al electorado para terminarla. Me pregunto, ¿quién votará en contra de la Virgen de Guadalupe? Suena chusco, pero eso es meter elementos de carácter religioso en los procesos electorales abierta o soterradamente”.

“En síntesis, para no hacerla tan cansada. Creo yo que estamos en un proceso de absoluta degeneración del sistema político. Es decir, de una conspiración para ir dinamitando la institucionalidad mexicana que deberíamos estar celebrando. Estamos dinamitando esta Constitución tan avanzada, a sabiendas”.

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