Ciudad de México. El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, aseguró que no ve «mayor problema» en que al extenderse la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) hasta el primer trimestre de 2018, el proceso se acerque a los comicios presidenciales de México, a pesar de que en el calendario original se pretendió concluir las pláticas en este año para evitarlo.
«Si somos un país serio no deberíamos tener miedo a que los candidatos definan que relación vamos a tener con Estados Unidos», señaló el funcionario al inaugurar el 49 Foro Nacional de la Industria Química.
Al hacer un recuento a los empresarios del sector sobre en qué punto se quedaron las negociaciones y las propuestas que hizo el gobierno estadunidense, les advirtió que éste presentó una propuesta que no tiene credibilidad y que «sería un boomerang» para sus propios inversionistas. Detalló que en el capítulo preventivo con el que se pretende proteger la región de prácticas desleales de comercio, sobre todo de los países asiáticos, por los subsidios estatales que dan a diferentes sectores, el equipo de Ligthizer agregó textos con los que se responsabilizaría a empresas privadas que hagan inversiones conjuntas con empresas públicas, como ocurre con los proyectos conjuntos que tienen con Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En entrevista posterior, Guajardo pareció no descartar que la renegociación se extienda más allá de 2019 porque cuando se le preguntó su opinión sobre la proyección que hacían analistas financieros al respecto respondió que «hay muchos factores que juegan en el terreno de los calendarios políticos».
Incluso recordó que, por ejemplo, para el Tratado de Asociación Transpacífico (ATP) hubo países que se tardaron tres años en la renegociación y otros que se llevaron cinco. De cualquier manera, el secretario señaló que «yo estaría trabajando en función de tenerlo en el menor tiempo posible sin impactar la calidad de que sea beneficioso para los tres países».
Remarcó que no le ve ningún riesgo a que la renegociación empate con el proceso electoral. Por el contrario, dijo que «es la oportunidad de que es el derecho de la ciudadanía escuchar de quien pretenda dirigir este país escuchar cuál es su visión de la relación con América del Norte. Sería una parte muy sana en este debate».
Si algún candidato se opone a la renegociación deL TLCAN, dijo, «ese candidato tendrá los beneficios y las consecuencias de esa posición y no creo que sea independiente de su resultado electoral».
Cuestionado sobre si la economía nacional puede soportar la incertidumbre que se genere con la renegociación, sostuvo que «los fundamentales de la economía están fuerte y el crecimiento, aunque no es extraordinario, sigue siendo positivo y de los mejores de la región. Por ese lado, estamos bien».
No obstante, señaló que se debe cuidar el sector financiero y puntualizó que los mercados deben aprender que así son las negociaciones para que sean muy cuidadosos en sus definiciones de corto plazo porque ya muchos cometieron el error que cometieron algunos agentes al principio de año cuando «le entraron a dólares de 22 pesos que finalmente bajaron a 17.50, porque no hicieron una lectura apropiada de lo que significaba».
Puntualizó que la renegociación «no se está muriendo» y el hecho de programar nuevas sesiones para el próximo año indica que México, Estados Unidos y Canadá tienen la voluntad de encontrar soluciones aunque no será fácil porque el proceso es complejo «sobre todo cuando la perspectiva de donde se inicia el análisis es contrastante».
Ante los industriales químicos, el funcionario insistió que no se debe confundir la sensatez con la intransigencia, en alusión a las acusaciones que el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, hizo en tal sentido contra México y Canadá por no aceptar las propuestas de su país.
