■ Comentarios Libres
Un paréntesis antes de abordar el tema de mi colaboración:
Actualmente, preocupa sobremanera la situación general de nuestro país incluyendo a nuestro Estado, porque los graves problemas sociales han rebasado a todas las autoridades locales y por supuesto, federales. Un triste reflejo deja México a nivel internacional, cuando en otro tiempo fue el ejemplo a seguir para algunos países de centro y sud América, que lo consideraban y lo veían como el “hermano mayor”.
Por ejemplo, cuando el entonces presidente Luis Echeverría, abrió las puertas de territorio mexicano, para dar asilo y protección a los perseguidos durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, que duró 16 años de 1973 a 1989.
También, fue promotor de paz. Bajo el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, el 16 de enero de 1992, el más pequeño de los países del continente al que Gabriela Mistral llamó “el Pulgarcito de América”: El Salvador, estuvo presente en el histórico y emblemático Castillo de Chapultepec. Vinieron el entonces presidente de aquel país Alfredo Cristiani y la fuerza opositora más importante de esa República, El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El motivo de tan honrosa visita, fue la firma de los Acuerdos de Paz celebrados entre ambas partes en New York, y con los que se pretendía iniciar el proceso de pacificación, para que diera fin al conflicto bélico interno que sostenía El Salvador desde 1980.
Con algunos españoles víctimas de la dictadura de Francisco Franco durante la tercera década del siglo XX también fue benévolo. Muchos perseguidos llegaron a México donde encontraron refugio.
Sin embargo, ahora, ya en plena segunda década del siglo XXI, cuando debería suponerse que contamos con autoridades y leyes para garantizar, además de las relaciones humanas de la vida en sociedad, la esencia y los valores de las personas, es justamente, cuando se les denigra, y se atenta en contra de su dignidad, hasta otorgarles el carácter de cosas y desechos. Simplemente, nadie supo, nadie vio nadie oyó.
Mi colaboración:
El día de hoy, como cada año se dará el grito para conmemorar la fecha en que el cura de Dolores, el criollo Miguel Hidalgo, enarbolando como estandarte la imagen de la Virgen de Guadalupe, encabezó la sublevación del pueblo mexicano para liberarlo del yugo español que lo dominó, y esclavizó desde la conquista de México por Hernán Cortés en 1521.
La guerra de independencia duró 11 años. Inició el 15 de septiembre de 1810 y terminó con la firma de los Tratados de Córdoba el 27 de septiembre de 1821.
Bajo las circunstancias que vivía la Nueva España y ya en plena guerra de independencia, la ideología literaria se aceleró. La teoría de división de poderes, derivada en lo fundamental de la experiencia política inglesa y de las enseñanzas de Locke y Montesquieu, consistente en una crítica a la centralización, o confusión de poderes del absolutismo monarca, fue tomada en cuenta en la ideología libertaria revolucionaria de México como uno de los principios rectores de los proyectos de organización política de la nueva nación.
Durante la guerra de independencia, se promulgaron dos constituciones que prácticamente no tuvieron aplicación, pero que contenían disposiciones consideradas liberales:
1.- La Constitución Política de la Monarquía Española. En 1812 las Cortes del Imperio Español reunidas en Cádiz promulgaron una Constitución de tipo liberal que sería aplicada en España y en sus colonias. No obstante, la situación que se vivía en la Nueva España, había un contexto en la metrópoli de alguna manera tenían influencia en la Colonia.
El despotismo ilustrado de los Borbones ■
