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jueves, 18 abril, 2024
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Reflexiones sobre la Marcha por la Paz

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

No hay camino para la paz, la paz es el camino
Mahatma Gandhi

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Ignoro cuánto más tendremos que pasar para llegar hasta el fondo de este fango, no veo la profundidad de tan oscuro que está nuestro panorama y hasta dudo mucho poder salir de este abismo de podredumbre en el que los gobiernos nos mantienen sumergidos como colectividad. Es tanta la impunidad y la corrupción que prevalece que el crimen ha suplantado a la gobernabilidad y, ante tantos hechos lamentables relacionados con la inseguridad, nos hemos unido como sociedad para elevar la voz y salir a las calles para gritarle al gobierno nuestro descontento. La marcha por la paz que se realizó el pasado 7 de septiembre de 2017, convocó a la población en general a salir a las calles del Centro Histórico y, aunque formaron parte de ella algunos políticos por todos conocidos, también participaron en su mayoría jóvenes con los que hermanamos nuestras consignas, aspiraciones y demandas. En el recorrido advertí varias cosas: 1. Hubo muchos del poder en turno mimetizados, tomando fotos, videos y, a hurtadillas, nos recomendaban algunas frases que nosotros luego componíamos a manera de reclamo ciudadano con lo que me queda claro que también en las filas del Poder Ejecutivo existió apoyo tácito a nuestro desfile de inconformidad ya que también a los que trabajan al interior del gobierno, les ha pegado la inseguridad de alguna u otra forma, no así a los divos de la administración pública que están bien resguardados con guaruras armados y mal encarados y, a donde quiera que vayan, incluyendo a la feria, están bien cuidados mientras tragan y beben gracias a nuestros impuestos. 2. En el recorrido de la citada marcha estuvimos acompañados por ciudadanos que nos apoyaban desde los balcones y calles; sus muestras de solidaridad eran tímidas y sus miradas eran de sorpresa ¿Cómo es posible que nos atrevamos a salir y manifestarnos cuando lo que quiere el gobierno es tenernos bien callados, bien jodidos, sin videos como evidencia y aborregados ante el temor? Pues sí, salimos valerosamente a repudiar las condiciones insostenibles en las que nos tiene secuestrada la inseguridad. 3. Un día antes del Primer Informe del gobierno tellista, los ciudadanos pudimos adelantarnos para informarle al pueblo y al gobierno que estamos hasta la madre de nuestra realidad, que no estamos de acuerdo con la política de seguridad del gobierno, que necesitamos acciones firmes o que se reconozca que el gobierno no puede o no quiere solucionar el problema y que si es así, se permita que los ciudadanos busquen otras alternativas de autoseguridad como se ha hecho en otros estados fallidos de la República. 4. Soy testigo del despertar de muchos jóvenes que son herederos de tanta podredumbre sembrada por los distintos gobiernos y, a sabiendas de que tendrán que interactuar en escenarios adversos, inseguros, hostiles, carentes de valores e identidad, se están preparando a través de una reflexión bien informada y objetiva para poder enfrentar tantos retos. En este contexto, creo que mínimamente, como sociedad debemos manifestar nuestro enfado y aunque no nos atrevamos a salir de nuestra trinchera doméstica para externarlo, si podemos evitar ser comparsa de la bola de candidatos que ahora verán en la inseguridad, una posibilidad de ofertar promesas sin soportes científicos y estudios técnicos, sin estrategias firmes como las de FECAL (Felipe Calderón), más bien con sueños quiméricos que alejan a la población de la realidad para seguir sometiéndola a más pobreza e inseguridad como mecanismos de control. Así pues, con la marcha no solucionamos nada y más de algún lamesuelas cercano al gobierno ya ha de haber analizado el impacto de la manifestación: no más de tres días en redes y diarios, sin embargo, habrá que sentir más de cerca el desprecio de la gente, sobre todo de los jóvenes que quieren vivir sin temor, con posibilidades de ir a buscar trabajo en los distintos municipios y comunidades sin sentirse presa fácil de la delincuencia o simplemente poder estudiar sin ser asesinados y terminar de golpe con sus sueños y aspiraciones. Esas demandas y hartazgos no se pueden medir desde las alturas, es necesario que las divinidades bajen al suelo donde muchos trabajan de sol a sol para que los de arriba nos escupan a la cara con su ineficacia, corrupción e impunidad. Por lo demás, también hay pan y circo, ya cuando menos durante dos días nos sentiremos muy mexicanos, ahora si saldrán a las calles y se pondrán hasta la madre, se irán por su tambora a la feria y gritarán ¡Viva México Cabrones¡ Ya el lunes, su realidad les volverá a recordar lo jodido que vivimos y lo miserable que somos. ■

 

*Integrante del Consejo Mundial para la

Defensa de los Derechos Humanos

[email protected]

 

 

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