Trump, ¿“es” un hombre vulgar? Sí, lo es, en forma coloquial, no hay problema, si lo es o no lo es. Pero al hacer cosas que lleven a reconocerlo como tal, sería una nada agradable conclusión. Advertir vulgaridad en un hombre de estado, el Presidente de los EUA, sería una indicación y una advertencia a tener en cuenta, por su pueblo, su región planetaria y por el mundo, aún le queda buen tiempo para terminar su período “presidencial” ¿y mejorar? Como Presidente, tiene acceso a recursos institucionales, económicos, políticos, militares, armas, etc., inimaginables, en cuanto a su potencial, constructivo y/o destructivo, ojalá lo use más para apuntalar la paz y ayudar a resolver humanas desventuras y se abstenga de emprender locuras (como el muro) o aventuras bélicas, en su país o el mundo. No me refiero a las “armas” de todo tipo o sólo al poder militar, ni a manipular el poder del dólar, como moneda, ¿todavía dura? sino a promover y respaldar la cultura, mediante la cual debe contribuir el gobierno de Trump para mostrar al mundo posibilidades distintas, cuando se recurre a ella, como medio público, capaz hasta de exorcizar las significaciones violentas que pudieran pulular, mediante remembranzas de autoritarismos que, como se vio hace pocos días, aún están activos en las mentes, como significaciones; aunque, como cosas, estén en el desván y ni para qué desempolvar ambas, si lo que se debe remozar son las significaciones de la paz y multiplicar las relaciones humanas; promover una cultura, viva como arte y tantas más formas que puede sugerir y tomar la libertad como necesidad a superar, a tener y disfrutar. Trump, no es insuperable, ni el mejor, mucho menos como hombre de Estado, estatus pasajero, al terminar su período, se irá de la Casa Blanca, que ya no será más su casa, porque ni siquiera es de él, sino de los USA, a los que dejará con una herencia que aún se escribe con su diaria actuación, como estadista o con dislates, de todos modos, a ella llegará su sucesor.
¿Qué prueba eso? Nada, llegará su sucesor, aunque no hay kínder, primaria, secundaria, prepa o universidad, exclusivas, expresas, para quien llegue a ser Presidente, ni de los USA, ni de México, (Peña Nieto), ni Gobernador (Tello), o Presidenta Municipal (Judith), Sí, para todos los que hacen el trabajo a los estadistas, en todo el mundo, hay disponible una gama de estudios y centros de estudios especializados, en hacer trabajos para estadistas o sus colaboradores, ¿y? Nada, quien debe correr el lance de decidir, informar, etc., es el estadista, a quien toca a veces, hasta cargar con errores que no son suyos, pero son su responsabilidad.
Y no pasa nada, porque todo queda como lo que son, posibilidades, oportunidades de o para poder hacer cosas como auxiliares de estadistas o como estadistas. Además, con improbables resultados, a pesar de la inversión, la cientificidad o al ignorancia, con que se hayan hecho, sobre todo, las cosas públicas que en eso estamos, en una república, res publica y para ello se luchó o aún se lucha, o se hizo y se hace campaña, porque está en todos lados, con múltiples rostros, algunos hasta irreconocibles, como tales. A lo mejor, por eso se organiza en entidades modelables y manejables, como los estados y sus municipios – ayuntamientos y éstos, con sus comunidades, circunscripción final que contiene a ciudad, campo, barrios, manzanas, cuadras, etc.
Interesante, por tanto, la manera institucional de existir que se adopta, republicana, y la obligación que por ello se tiene de informar: qué se hizo. Si no es así, cómo saber, qué no se hizo, qué faltó y por qué. Hay o no hay responsables, ¿se hará justicia? A todo eso, ¿se puede llamar poder y el poder, actúa como tal? Si no fuera así, ni sería poder, ni se tendría, ¿gobierno?
Ni idea, de cómo va el trabajo para el informe del Gobernador Tello o el trabajo de Tello para informar, con seguridad, ya está listo. O igual, el de la Presidenta Municipal Judith, ¿qué tan significativo será su mensaje? En ambos eventos cercanos, quienes hacen interpretaciones, “lecturas”, estarán alerta a los signos, a las presencias o ausencias en las ceremonias, o en los diarios. Los días políticos de los políticos no se detienen, ni con un eclipse total de sol, menos con uno, tan parcial, que casi ni se notó la “oscuridad” y ni cómo verlo, sin visor especial, ¿como a la política? En ella hay gentes y lentes bien ahumados que no se quitan, ni cuando es de noche, para no perder lo incógnito que puede haber detrás o la visión. Que nadie hable de mentes vacías o en blanco, a todo mundo, aunque sea de vez en cuando, lo visita un hada madrina o se le ocurre algo, y si llega Kalel, corro a abrazarlo.
