Una de las grandes bondades que tiene nuestro país, es su bono poblacional, al existir una transición demográfica en donde la población en edad de trabajar (de 15 a 64 años) es mayor a la población dependiente (niños y adultos mayores), lo que debe traducirse en un mayor potencial productivo de la economía.
Uno de cada tres habitantes son jóvenes de 15 a 29 años, y para aprovechar ese bono, se necesita infraestructura física e institucional. Los países asiáticos lo entendieron muy bien, al realizar inversiones en educación y tecnología, permitiendo mejorar la productividad de la fuerza laboral, ahora vemos su potencial de crecimiento.
En nuestro país no se han generado las condiciones para insertar a esta población en la plataforma productiva del país y dinamizar el crecimiento económico, y los esfuerzos aunque muy importantes, siguen siendo insuficientes. Por el contrario, las condiciones de seguridad, de empleo, económicas y sociales actuales, representan una grave dificultad y reto para este sector poblacional; su creatividad tiene que expresarse de manera diversa y su libertad puede verse afectada por esos obstáculos, lo que ha provocado un alta tasa de migración, al menos en nuestra entidad.
Según INEGI sólo el 30% de los egresados encuentra empleo en el primer año, de los cuales el 30% se desenvuelve en actividades relacionadas con sus estudios. Son 7 de cada 10 jóvenes entre 15 y 24 años, quienes migran al mercado mundial en búsqueda de mejores oportunidades, lo que genera un costo al país por los recursos invertidos en su educación pero sobretodo porque esto incluye población calificada.
En la actualidad los jóvenes son una nueva mayoría de afectadas y afectados por el sistema económico y político, por no encontrar las respuestas a sus necesidades. Desde la sociedad se están expandiendo las formas de participación, y desde la entidad gubernamental debemos entenderlo, porque si no aplicamos como generación (sociedad, gobierno e iniciativa privada) las medidas adecuadas, el bono además de desperdiciarse, generará costos económicos y sociales (algunos ya se padecen).
En todos los ámbitos de la vida social y política, los jóvenes requieren oportunidades y una esperanza para mejorar el futuro de nuestro estado y de nuestro país, evitando con ello su eventual desviación hacia las adiciones, la delincuencia y en general, sacarlos del ocio en el que frecuentemente se encuentran.
Ante todo ello, fue muy acertada la decisión del Gobernador Alejandro Tello, de crear el Instituto de la Juventud Zacatecana, porque desde ahí, de manera transversal se podrán proponer, instrumentar y ejecutar políticas que atiendan a esa oportunidad relevante que representa para la Juventud y nuestro país.
Políticas destinadas a fortalecer oportunidades de los jóvenes, desde las Secretarias del Campo, Turismo, Economía, Educación, Desarrollo Social, Mujeres, Salud, y desde el Concejo Zacatecano de Ciencia y Tecnología, además del Instituto de Inclusión para las personas con Discapacidad, creado bajo la misma perspectiva.
En días pasados, Alejandrina Varela Luna, Directora del Instituto de la Juventud del Estado de Zacatecas, una joven entusiasta y comprometida con la Entidad, convocó a los Servidores Públicos jóvenes a la Conferencias Magistral “La Virtud de la Actitud”, una charla muy amena que me hizo reflexionar sobre la importancia que implica ser joven y ser servidor público.
A los jóvenes servidores públicos nos caracterizan varias cualidades que son propias: energía, ideales, creatividad y disposición para asumir nuevas actitudes y compromisos en el ejercicio de las responsabilidades laborales y con una ética renovada en el servicio público. Todos estos rasgos, harán posible el empuje que se necesita para que la sociedad se movilice y al mismo tiempo tener el suficiente cuidado para que esa energía no se desperdicie.
Hoy más que nunca, me queda más que claro, que el Gobierno de Alejandro Tello, no sólo apuesta por otorgar espacios a jóvenes en su administración, sino que sus políticas tienen un destinatario final, que es el capital social de la generación más numerosa de la historia, y que apuesta por el poder transformador de la juventud.
Tal es otro caso, como la inversión de las de 300 millones de pesos en Quantum ciudad del conocimiento, donde se desarrollará el ecosistema de innovación que provocará la transformación de nuestro entorno, con una permanente relación con la juventud y con los actores económicos, políticos y sociales.
Eso es trabajar diferente, la tarea es que nos involucremos todos para aprovechar ese potencial productivo de la sociedad para mejorar nuestra economía.
*Titular de la Coordinación Estatal de Planeación
