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jueves, 25 abril, 2024
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El presidente nombra a su sucesor

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Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ •

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“…AQUÍ MANDA EL PRESIDENTE…”
Lázaro Cárdenas, 1935

De cara a las elecciones de 2018, los partidos políticos ya se preparan minuciosamente porque además de elegir al nuevo presidente, también habrá de renovarse en su totalidad a los integrantes del Congreso de la Unión; a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, así como a las autoridades de las alcaldías, en que fueron convertidas las 16 delegaciones de la capital del país, y a los diputados de esa entidad. Se llevarán a cabo también algunas elecciones locales concurrentes, y en septiembre próximo dará comienzo el proceso electoral. Es mucho lo que se juega para mantener el poder. Es grande el pastel y mucha la ambición sobre todo del PRI, que como siempre, mantiene su intención de llevarse carro completo.

Sin embargo, ese partido actualmente sufre un gran deterioro principalmente por el mal gobierno del actual jefe del Ejecutivo Federal; también por malos gobiernos estatales priístas que, inmersos junto con él, en todo tipo de escándalos, inmundicia, vandalismo y tropelías, han atentado en contra de los más elementales derechos humanos de los habitantes del país. Casos, indiscutiblemente ex gobernadores hoy presos y procesados; conflictos de intereses; casa blanca; actos de corrupción; impunidad; elecciones fraudulentas, que no reflejan la voluntad popular; pérdida de confianza de la ciudadanía en las autoridades; inseguridad; etc.

Ya no es el PRI de instituciones. Ha perdido liderazgo, y entre sus cuadros, difícilmente se encuentran personas dignas de desempeñarse como funcionarios y servidores públicos, que seguramente en otra época así se les caracterizó.

El PRI conoce su actual deterioro. El repudio popular es cada vez mayor, al grado de que las encuestas, le otorgan un nivel reprobado a Enrique Peña Nieto como presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

Bien. En este contexto, el día de mañana sábado 12 en la Ciudad de México, reunidos los priístas en el Palacio de los Deportes, habrán de llevar a cabo su XXII Asamblea Nacional, en la que, discutirán 5 temas cuya modificación consideran importantes, para llegar fortalecidos a los comicios de 2018. Previamente, el pasado miércoles inició la discusión y debate de cada uno de ellos en diferentes sedes en las que se establecieron las correspondientes mesas de trabajo: en Zapopan, Jalisco: Mesa de Visión de Futuro. En Saltillo, Coahuila: la Declaración de Principios. En Toluca, Estado de México: Programa de Acción. En Mazatlán, Sinaloa: Rendición de Cuentas y Ética. En Campeche, Campeche: Estatutos.

Indiscutiblemente, esos temas para cualquier partido político deben ser importantes. Sin embargo, habrá que considerar la óptica desde la cual el PRI, los debate para que sus respectivos dictámenes sean llevados a la Asamblea Nacional.

No se discutirá en el Palacio de los Deportes, sobre el método para la elección o selección interna del candidato priísta, que habrá de contender con candidatos de otros partidos para ocupar la silla presidencial. Extraoficialmente se manejan nombres como Antonio Meade; José Narro; Luis Videgaray; Miguel Ángel Osorio y Aurelio Nuño. Pero nada más. Tampoco, en la Asamblea Nacional, se conocerá el nombre del candidato. Aunque si hay que aclarar, de inicio, que el evento contará con la presencia de Enrique Peña Nieto.

Ciertamente los temas cuyos dictámenes en ella se darán a conocer son relevantes. Sin embargo, la sola presencia de Peña Nieto resta cualquier indicio de buena intención y seriedad que pudiera tener el evento, y prácticamente convierte en letra muerta, el trabajo realizado en las 5 sedes. Es decir, en disposiciones que, al no tener aplicación alguna, no modifican en absoluto la realidad que obligó a su creación. Así las cosas, prácticamente todo tipo de debate, opiniones y aportaciones, fueron inútiles.

Qué significa entonces la asistencia del presidente a la Asamblea Nacional priísta?

México es un país que adopta el sistema presidencial. Significa que el poder lo ejerce una sola persona. En ella recaen dos jefaturas: la de Gobierno y la de Estado. La misma persona también, es quien subordina y somete al Congreso de la Unión. Igual, esa persona, realiza sus actuaciones de manera unipersonal, y sin pedir opinión o consulta al órgano colegiado. Dicha persona recibe el nombre de Presidente de la República. Es por tanto el jefe del Ejecutivo, mientras que el Congreso es el Poder Legislativo. De esta manera, el poder ejecutivo se encuentra sobre el poder legislativo.

Así, en el sistema presidencial, el presidente tiene muchas facultades. Unas se llaman constitucionales porque se encuentran expresamente en la Constitución. Hay otras, reciben el nombre de meta constitucionales, porque no se encuentran señaladas en la Carta Magna, pero el presidente sí las realiza.

Dentro de estas últimas facultades, encontramos dos que son fundamentales: 1.- Decide sobre las candidaturas del partido al que pertenece. 2.- Nombra a su sucesor.

Finalmente, la decisión interna del PRI, en la selección del candidato a la primera magistratura del país, es sumamente sencilla: el gran elector de su sucesor lo es sin duda, el propio presidente. Esta decisión no tiene ningún fundamento legal, quizá precisamente, porque es más interesante conservarla en la semioscuridad o en el misterio permanente. ■

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