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miércoles, 24 abril, 2024
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Las fosas clandestinas de Valparaíso; una tragedia normalizada

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Por: Rodrigo Reyes Muguerza •

El 31 de mayo de 2017 publiqué una opinión en este mismo espacio publicada “Las fosas comunes en Zacatecas ¿Los muertos de nadie? El artículo resaltaba el hecho que Zacatecas solamente había brindado información de forma parcial respecto a las personas desaparecidas y las fosas clandestinas en el estado. Lo anterior de acuerdo con el reporte especial elaborado por la CNDH. El descubrimiento de una nueva fosa clandestina en Valparaíso, en donde se encontraron 19 cadáveres, hace que el reporte y sus datos sean aún más relevantes.

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El reporte registra el caso en el que 10 personas fueron detenidas por la policía municipal del Plateado de Joaquín Amaro, las mismas personas fueron registradas como desaparecidas. La información sobre personas desaparecidas y fosas clandestinas proporcionada por Zacatecas es escasa y a la vez preocupante.

De acuerdo con el análisis realizado por la CNDH con datos proporcionados por los órganos de procuración de justicia, en México existían (a diciembre 2016) 32,236 casos de víctimas desaparecidas en el país. 453 de estos casos se registraron en Zacatecas. Si relativizamos el número, sabemos que Zacatecas tiene la catorceava tasa más alta del país. Del total de víctimas en Zacatecas, 19 fueron niñas, 18 niños, 26 mujeres y 323 fueron hombres. Finalmente, el grueso de las víctimas se encontró en el rango de edad entre 18 y 40 años.

Si analizamos fríamente estos números para Zacatecas, nos daremos cuenta que en el panorama nacional no estamos bien pero tampoco somos los peores. Es cierto que los registros proporcionados pueden no reflejar la realidad, pero este patrón, suponemos, sería constante para todas las entidades.

Lo verdaderamente preocupante para Zacatecas lo encontramos cuando analizamos el número de fosas clandestinas en el país. De acuerdo con el reporte, en 2016 se registró la existencia de 855 fosas clandestinas en el país. De este total, 83 (casi el 10%) se ubicaron en Zacatecas[1]. Esta cantidad de fosas es la cuarta más alta en el país. Solamente en Guerrero, Veracruz y Nuevo León se registró un número mayor de fosas clandestinas que en Zacatecas.

Dentro de las 83 fosas clandestinas ubicadas en Zacatecas, las autoridades reportaron haber encontrado 100 cadáveres (un número tan perfecto que resulta sospechoso). De estas 100  víctimas, las autoridades solo fueron capaces de identificar a 50 (43 hombres y 7 mujeres). Este dato es verdaderamente preocupante al reflejar la precaria capacidad forense instalada en el estado.

A estas 83 fosas y a estos 100 cuerpos se les suma las fosas clandestinas descubiertas en Valparaíso con sus 19 cuerpos, de los cuales las autoridades solo han podido identificar 2. Es precisamente por las precarias capacidades de investigación y científicas de nuestras corporaciones que las fosas comunes son una opción viable para quienes quieran ocultar los cuerpos. Si nuestras autoridades no son capaces de identificar ni siquiera el sexo de los cadáveres, cómo podemos esperar que puedan encontrar a los responsables.

Precisamente, el problema radica en que incluso, cuando las mismas autoridades han detectado y reportado un número elevado de fosas clandestinas, la discusión de la seguridad pública en Zacatecas solamente se enfoca en el estado de las policías de reacción. Las propuestas para el fortalecimiento de otros elementos, como el forense, no figuran en el escenario estatal. Esta situación es más que evidente ya que la única estrategia que actualmente se persigue es la de conseguir más elementos de la Policía Federal, Marina y Ejercito.

Además del desastre institucional que las fosas ponen en evidencia, su descubrimiento refleja como poco a poco nos hemos vuelto inmunes a la violencia. Por un lado, las autoridades no le dan la importancia necesaria a este hecho. Se trata de 19 cadáveres, mismos que en otro país hubieran generado indignación, miedo y sorpresa. Sin embargo, en México y en estados como Zacatecas, nos hemos acostumbrado a este tipo de situaciones. Nadie, ni de parte de las autoridades ni de la sociedad civil ha levantado la voz para catalogar lo que está pasando como lo que es; una verdadera tragedia.

Es una tragedia porque no somos capaces de ponerle ni pies ni cabeza. No se pueden identificar los cuerpos, no se sabe a ciencia cierta que pasó y no sabemos cuántas fosas más existen. Es una tragedia porque desde el Ejecutivo hasta los ciudadanos aparentamos que esto es normal y que no pasa nada. Es una tragedia porque no sabemos si se podrá resolver. Porque incluso siendo líderes en el número de fosas clandestinas no tenemos la capacidad instalada para analizarlas. Es una tragedia porque alguien decidió matar a 19 personas y quedar impune ante la ley al esconder sus cuerpos en un lugar donde ni las víctimas ni las familias de las víctimas podrán tener descanso. ■

[1] 6 estados no presentaron información al respecto.

 

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