■ Su renegociación no tendría mayor repercusión, afirma investigador de la Universidad
■ Antes de su implementación, crecimiento era de 6%; desde 1982 no ha superado el 2.3%
El Tratado de Libre Comercio (TLC) fue producto de la instauración del modelo económico neoliberal y, contrario a la etapa del desarrollo estabilizador en México, derivó en la reducción del financiamiento público para todas las actividades productivas, por lo que su renegociación no tendría mayor repercusión, opinó Roberto Soto Esquivel, investigador de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Durante las décadas anteriores a la implementación de políticas neoliberales, el crecimiento económico fue de 6 por ciento en promedio cada año y, “casualmente”, desde 1982 hasta la actualidad, el crecimiento no ha superado 2.3 por ciento.
Asimismo, “con este modelo de política económica las exportaciones de alta tecnología han venido a la baja. Es decir, estamos exportando muchos productos maquilados pero no alta tecnología. Ni siquiera estamos generando un encadenamiento productivo”.
Al no haber financiamiento público, expuso, era de esperarse que la productividad se estanque y por lo tanto no es posible desarrollar tecnología, de manera que el valor agregado se queda solamente “en el sector menos productivo que es el sector servicios”.
Soto Esquivel señaló que en las últimas décadas también se estancó el sector manufacturero en lo que respecta a la generación de valor agregado, lo cual es un tema importante en el análisis de lo que ha dejado el TLC.
Reiteró que una de las principales consecuencias de ese tratado ha sido la disminución de los créditos públicos y privados, lo que ha generado bajos niveles de productividad y ausencia de exportaciones en el ámbito de la tecnología.
Entonces, “el empleo en los sectores que se supone deberían ser más dinámicos, o han venido a la baja como el sector agrícola, o se estancó como es el caso del sector industrial en el que también están contratando personal para aspectos del sector servicio y ello genera cierta confusión en el tema de la generación de empleos”.
Explicó, por ejemplo, que al instalarse una empresa generalmente informa sobre la creación de una determinada cantidad de empleos, pro no todos ellos son para sus procesos productivos, sino que una parte se encarga para labores de limpieza y otras actividades que en realidad forman parte del sector servicios, aunque estas los contabilizan como parte de la industria manufacturera, lo que hace engañoso ese indicador.
En contraparte, Soto Esquivel manifestó que al no haber crédito ni tecnología ni valor agregado, era lógico que la economía se estancara y, además, a partir del TLC se generó una desindustralización.
