Los medios de comunicación tienen la obligación de conducirse con un mínimo de honorabilidad. La población requiere de esos medios para saber lo que ocurre en el estado, son “medios”, están ubicados entre los eventos y la gente. Por ello tienen el poder de cambiar la historia presente, de manera similar como los historiadores tienen la posibilidad de cambiar el pasado. No que cambien los acontecimientos, sino la narración de los mismos. No la Historia, sino la historia. Los medios no crean los eventos, construyen los relatos que dan sentido a dichos eventos. Dotan de figura a las narrativas. Por ello son tan importantes para el poder político y económico. Se convierten en creadores de legitimidad o consentimiento alrededor de un personaje, o de un gobierno. Esto es, como crean legitimidad son fuente de poder. Esto es lo que hace muy delicado el comportamiento de los medios, y justo por estas características la observación sobre la calidad ética de estos es absolutamente esencial: en un medio informativo la ética lo es todo.
En el caso tan delicado de Salaverna, se ha intentado ocultar y tergiversar la información para encubrir las lamentables acciones de la Secretaría General de Gobierno en la violación (perfectamente documentada) de los derechos humanos de las personas de Salaverna, Mazapil. Ahora sabemos que se inventaron irregularidades jurídicas para intentar manchar la actuación de la CDHEZ para encubrir a un gobierno que, a estas alturas, debería hacer un alto en el camino, corregir el rumbo, recuperar el comportamiento institucional y asumir que los intereses de las grandes empresas mineras no necesariamente coinciden con los del pueblo de Zacatecas. Y los medios de comunicación también debemos hacer el balance respectivo sobre las narrativas que hemos elaborado y la calidad ética de las mismas. Repetimos: La ética lo es todo en materia de medios, y si no hay, nada tienes, aunque te sobren poder político y dinero.
La Jornada puso en evidencia la manera en que operó la Secretaría de Gobierno, cómo intentó encapsular la comunidad mencionada para que no se supiera lo que ahí ocurría. Por ello sacó a los líderes con anticipación y bloqueo los accesos. Afortunadamente falló la estrategia y se logró el ingreso de la prensa (La Jornada) y del personal de la CDHEZ. Se logró capturar las imágenes que fueron el sustento para la investigación de lo que ahí ocurría. La prensa libre y la Comisión de Derechos Humanos hicieron posible que el público conociera la verdad. Y la verdad terminó por revelar la mentira sobre la que actuaban las autoridades involucradas y los medios que se prestan a que el poder sea utilizado contra la sociedad a la que nos debemos.
