Miguel Blesa, también conocido como el “banquero” del ex presidente del gobierno español José María Aznar, fue encontrado muerto, de un disparo en el pecho, en una finca de más de cuatro mil hectáreas a la que solía ir a cazar y que está situada en la provincia de Córdoba. Al parecer, y según las primeras hipótesis de la policía, se podría tratar de un suicidio, pero es un extremo que todavía se deberá de confirmar con la autopsia y la reconstrucción de los hechos. Blas fue presidente de Caja Madrid y después de Bankim desde 1996 hasta el 2010, un periodo en el que pasó de ser considerada una de las mejores y más rentables cajas de ahorro del sistema financiero español a ser señalada como una de las principales responsables de la crisis económica que provocó uno de los mayores dramas sociales en España en las últimas décadas. A punto de cumplir 70 años, Blesa se enfrentaba a varias procesos judiciales y estaba pendiente del recurso que había presentado ante el Tribunal Supremo para que revisara la condena en firme que tenía en contra y que le hubiera llevado a la cárcel durante seis años.
Alrededor de las ocho de la mañana, después de desayunar con sus compañeros de caza, Blesa se excusó para levantarse de la mesa con el argumento de que tenía que mover su coche antes de irse a recorrer la finca para encontrar animales a los que dar caza con su escopeta de alta precisión, con la que mataba a venados, osos, jabalíes o animales de la llamada “caza mayor”. Unos minutos después desde el estacionamiento de la inmensa finca -o rancho- se escuchó el estruendo del sonido de un balazo. Un golpe seco que sacudió a los comensales que todavía quedaban en la mesa del rellano de la finca. Se levantaron sobresaltadas y corrieron al lugar desde donde se escuchó el estruendo del arma de fuego. Y ahí se lo encontraron: tirado en el suelo, con la escopeta de caza de alta precisión en la mano y con el cuerpo perforado por una bala que se había introducido a la altura del pecho, en el punto exacto donde late el corazón.
Blesa, a punto de cumplir 70 años, había permanecido preso durante casi dos años por varios procesos judiciales abiertos en su contra, pero hasta la fecha sólo había una sentencia firme en su contra: la que le condenó a seis años de cárcel por el caso de las llamadas “tarjetas black”, con la que los consejeros y directivos de la entidad financiera se otorgaron jugosos sobresueldos durante su gestión. Sus abogados habían presentado un recurso ante el Tribunal Supremo, que estaba a punto de resolverse. Pero todavía tenía varios frentes judiciales abiertos, entre ellos el que se refería al de la supuesta estafa millonaria de las “preferentes”, un producto financiero que se promocionó durante su gestión y que llevó a quiebra a miles de pequeños y medianos ahorradores que fueron engañados por los directivos del banco con el argumento de que se trataba de una inversión sin un riesgo alto.
La trayectoria profesional de Blesa creció a la sombra del que fue su gran mentor y protector: el ex presidente del gobierno español José María Aznar, que gobernó el país desde 1996 hasta el año 2004, precisamente cuando Blesa se convirtió en uno de los financieros más influyentes de un país que estaba gestando una de las mayores crisis económicas de su historia. Cuando se abrieron los procesos judiciales en su contra, tanto la familia Aznar como su partido, el derechista Partido Popular (PP), le dieron la espalda y provocaron su aislamiento.
La policía custodió el traslado del cadáver de Córdoba a Madrid, donde reside su familia, y donde se le realizará finalmente la autopsia que podría confirmar si finalmente se trata de un suicidio o si podríamos estar frente a un accidente o, en la hipótesis más extrema, Blesa fue asesinado. De momento todas los extremos están abiertos
