Berlín/Oslo/Ginebra/Washington. La muerte en una prisión china del disidente y Premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, fue lamentada por el comité del premio noruego, por la ONU, la canciller alemana Angela Merkel y el secretario de Estado de EU, Rex Tillerson, mientras que se condenó la responsabilidad del país asiático en el fallecimiento prematura del defensor de los derechos humanos.
China tiene «una gran responsabilidad» en la muerte «prematura» de Liu Xiaobo al haberlo privado de atención médica adaptada, estimó este jueves el comité Nobel noruego, que había atribuido su premio de la Paz al disidente en 2010.
«Ante la mirada del mundo entero, China eligió (…) mantener el aislamiento de su prisionero», lamentó Reiss-Andersen.
El comité Nobel había atribuido en 2010 el prestigioso galardón a quien fuera líder del movimiento democrático de la plaza Tiananmen, por su «largo combate no violento a favor de los derechos humanos fundamentales en China».
Detenido en su país por subversión, Liu no pudo ir a buscar el premio a Oslo y, durante la ceremonia de entrega, su silla quedó vacía.
El secretario de Estado estadunidense, Rex Tillerson, rindió este jueves un homenaje solemne al disidente chino y consideró que el Nóbel de la Paz había «dedicado su vida a mejorar la humanidad».
El secretario de Estado exhortó además a China a «liberar» a su esposa, «Liu Xia, de su detención domiciliaria vigilada y permitirle abandonar China, como es su voluntad».
La canciller alemana Angela Merkel rindió homenaje este jueves al premio Nobel de la Paz chino, al que calificó de «valiente combatiente» pro derechos humanos.
«Lamento la muerte de Liu Xiaobo, el valiente combatiente a favor de los derechos humanos y la libertad de expresión», tuiteó el portavoz de Merkel, Steffen Seibert, en nombre de la canciller.
Liu Xiaobo fue y seguirá siendo una inspiración, dijo el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos Zeid Ra’ad al Hussein, quien expresó su «profundo pesar» por el deceso.
«El movimiento por los derechos humanos en China y en todo el mundo ha perdido a un campeón con principios que consagró su vida a defender y promover los derechos humanos, en paz y constantemente, y que fue encarcelado por defender sus creencias», declaró Zeid a través de un comunicado.
Liu murió este jueves a los 61 años como consecuencia de una cáncer de hígado.
«Encontramos profundamente perturbador que Liu Xiaobo no haya sido trasladado a un establecimiento en el que hubiera podido recibir un tratamiento médico adecuado, antes de que su enfermedad entrara en fase terminal», dijo la presidenta del comité, Berit Reiss-Andersen. «El gobierno chino tiene una gran responsabilidad por su muerte prematura», añadió en un comunicado.
