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jueves, 25 abril, 2024
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Enrique El Brujo Ortega, toda una vida entre los motores y las motocicletas

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

■ Desde los 12 años se interesó por conocer cómo arreglar vehículos; estudió en un taller

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■ Además de las carreras en moto, también participó en carreras Off Road, señala

Enrique López de Lara Ortega, mejor conocido como El Brujo, ha pasado toda una vida entre motores de autos, motocicletas, velocidad y adrenalina. A sus 61 años, aún sigue rodando en motocicleta por la ciudad.

Desde los ocho años empezó su fascinación por los motores. Saliendo de la escuela acudía a un taller cerca de su casa con la intención de observar y aprender cómo se arreglaban las motocicletas. A los 12 años ya empezaba a componer motos.

Considera que en las escuelas más que enseñar materias como el inglés, se debe enseñar mecánica y electrónica, pues son elementos con los que se convive día a día. Desde que se inicia el día encendiendo la luz, hasta transportarse en un vehículo, dice.

Uno de sus primeros maestros fue Agustín Mercado. “Me acuerdo que no se vendía material para hacer fibra de vidrio, pero él la elaboraba y reparaba motocicletas. Con él armé y desarmé mi primer motor”, comenta.

Recuerda que algunas de las motos que llegó a reparar fueron las que utilizaba el conocido farmacéutico José Luis Romo Bañuelos (QEPD), con las cuales repartía los productos de su farmacia La Luz.

Trofeos que ha recibido durante su carrera

A esa edad también tuvo su primera motocicleta. Aunque recibía comentarios de que conducir era peligroso y que podía tener un accidente, pero para Enrique podría ser más peligroso un caballo que actúa por instinto.

La motocicleta, explica, puede ser dócil, puede ser rápida, o puede ir lenta, pero eso siempre dependerá de quien la conduzca. En caso de una caída, el motociclista debe levantarse y seguir su camino.

Para evitar lesiones o golpes fatales conduce de una manera segura. Utiliza casco, y las protecciones necesarias para evitar impactos en caso de una caída. Opina que aún falta esa cultura de la prevención en muchos motociclistas zacatecanos.

Algunas de sus caídas no fueron precisamente en la calle. Sino en la pista de carreras, “pero esto es normal, ya que en un evento de este tipo, se manejan altas velocidades por cuestiones de tiempo y cronómetro”.

Es común observar en calles, avenidas y bulevares, hasta a tres personas en una misma moto, con menores de edad incluidos. En muchos casos sin utilizar las medidas básicas de protección, como el casco.

Enrique empezó a correr en competencias de motocicletas desde el año de 1972, hasta 1986. En este último año fue cuando comenzó a interesarse por las competencias de Off Road, que empezaban a realizarse en la entidad. Esto por un hermano al que le gustaban estas carreras.

Actualmente tiene su taller en la colonia Minera, en la calle Cata Blanca. Ahí se dedica a reparar autos de diferentes modelos y marcas
Actualmente tiene su taller en la colonia Minera, en la calle Cata Blanca. Ahí se dedica a reparar autos de diferentes modelos y marcas

“Mi hermano me invitó a correr su automóvil, ya que estaba suspendido por un problema que tuvo en una competencia. Y en esa época me dediqué a correr en auto, pero también seguí en las competencias de motocicleta”, dice Enrique.

Ahí notó la diferencia en cuestión de preparación, pues mientras para las competencias de motocicletas se requiere fuerza física, por el ejercicio que se hace con piernas y brazos, en auto es lo contrario. Enrique mantenía esa condición física, corriendo en el cerro de La Bufa, al cual le daba una vuelta por día.

Comenzó a especializarse en el arreglo de coches tubulares, que se utilizan especialmente para este tipo de competencias. Actualmente, aunque no compite directamente, se encarga de orientar y ser el manager de su hijo Enrique, quien ha seguido sus pasos.

Cuenta que la primera motocicleta que llegó a México de competencia fue en el año del 75 y pocos zacatecanos tenían una, como el señor Roberto Nungaray, quien había adquirido una Centurión 70.

El Brujo tuvo una motocicleta en el 76 de competencia, posteriormente una Yamaha del 80. Siguió una Honda 81, y una Suzuki 82, y en el 83 una Kawasaki. Con esta moto, acompañó en competencias a Lucio Márquez.

Con Lucio, y otros competidores, diseñaron la pista de moto cross en el municipio de Fresnillo. La cual presume orgulloso, es la mejor que existe a nivel nacional. Sin embargo, después de esta labor decayó la actividad del motociclismo.

Dejaron de existir aquellas competencias en las que había zacatecanos destacados en este deporte y que ofrecían espectáculos en cada torneo, poniendo en alto el nombre de la entidad ante expertos en motos.

Actualmente tiene su taller en la colonia Minera, en la calle Cata Blanca. Ahí se dedica a reparar autos de diferentes modelos y marcas. Reconoce que sigue actualizándose y aprendiendo, pues a la fecha se utiliza la tecnología para hacer un diagnóstico automotriz. Los fines de semana, que no compite, Enrique se dedica a plantar árboles. De esta forma, entrega a la naturaleza, algo de lo que le ha quitado el hombre con la deforestación.

“La motocicleta es parte de mi vida. No se puede describir esa adrenalina que se siente en cada competencia. Hoy por la mañana la usé y la seguiré usando mientras siga de pie. Salgo al cerro, a la carretera, a cualquier lado”.

 

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