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viernes, 29 marzo, 2024
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Un primer paso en la dirección correcta

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Por: La Jornada Zacatecas •

El evento del sábado pasado, el mero día de San Juan, organizado en la Plaza de Armas de Zacatecas por la dirigencia estatal de Morena, para que distintas personas que se habían mantenido a distancia de ese partido y sus candidatos firmaran el Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México, con las autoridades del partido, señaladamente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se puede describir como un buen primer paso en los esfuerzos para que, en Zacatecas, Morena se convierta en un amplio movimiento tan trascendente como las coaliciones de izquierda ganadoras de 1998 y de 2004, cuyas divisiones propiciaron el regreso del PRI al Gobierno del Estado en 2010 y repitiera en 2016. En términos gruesos se puede afirmar que aquella coalición surgió de la convergencia de dos tendencias principales, la del movimiento encabezado por Ricardo Monreal, y la de la izquierda histórica agrupada en el PRD, que de haber competido por su lado habría obtenido alrededor del 20% de la votación, mientras que unidos lograron el triunfo con 43%.

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Si consideramos que el mismo día el PT celebró su Congreso Nacional para decidir formalmente su apoyo a AMLO, se puede afirmar que esa fuerza y los asistentes sí constituyen una masa crítica capaz de generar una reacción en cadena con posibilidades amplias de convertirse en opción ganadora el año próximo. El retorno de Juan José Quirino y otros dirigentes fundadores de El Barzón, así como la de Max Correa y demás dirigentes de la CCC y otras dirigencias del movimiento social, entre ellos destacados líderes de los sectores educativo y minero, hacen muy plausible la hipótesis de que el movimiento de hoy tendrá un carácter más comprometido con las luchas y demandas de esos contingentes. También llamó la atención que el Frente Popular liderado por José Narro no envió representación alguna, lo que permite recordar que tampoco participó en las de 1998 y 2004, aunque es posible que en pocas semanas den el paso junto con otras tribus perredistas.

Un reto inmediato que tendrán que superar todos los asistentes, especialmente los dirigentes, es la tirante relación existente entre los segmentos morenistas agrupados en la dirección estatal formalmente constituida, y aquellos que se agrupan en la órbita de influencia de la familia Monreal. Es de esperarse que las malas experiencias del divisionismo, y los acuerdos sobre los mecanismos de elección de candidaturas que habrá de aprobar el Consejo Nacional de Morena el día 9 de julio, sean elementos que contribuyan a resolver correctamente sus diferencias y, sobre todo, a fortalecer los vínculos cuya construcción inició en el evento del 24 de junio en la plaza de armas. Otro reto es el de que sus dirigentes y legisladores se constituyan en la oposición firme e inteligente que desea la población. De la superación de esos retos depende que Morena Zacatecas logre construir la percepción de que es una verdadera opción de poder en la entidad, y la confianza de la mayoría de los electores.

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