■ Pequeños productores, ejemplo de la agricultura que trabaja bien, señala Orihuela Estefan
■ El funcionario propuso enfrentar el nuevo escenario con diversificación de mercados
Desde 2005 la balanza en el sector primario es superavitaria para México con respecto a Estados Unidos; 82 por ciento de las exportaciones agroalimentarias del país se dirigen al vecino país del norte, pero Donald Trump “está haciendo una interpretación equivocada” del tema pues “las sumas y restas” con respecto a lo que venden y lo que consumen los norteamericanos implica un déficit que no cambiará por la sustitución de proveedores, dijo Eduardo Orihuela Estefan, presidente de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales (CNPR).
El ex diputado local de Michoacán, economista por el ITAM, egresado del Diplomado de Empresas Familiares del Instituto Panamericano de la Alta Dirección de Empresas (IPADE) e hijo del senador Ascención Orihuela, ex candidato al gobierno de aquel estado por el PRI, estuvo en Zacatecas para realizar una gira por la capital del estado, Fresnillo y Jerez para reunirse con productores a fin de “generar agendas de trabajo”.
Orihuela Estefan fue elegido el pasado enero de 2016 como dirigente para el periodo 2016-2019, de la organización de filiación priísta CNPR, en un proceso cuestionado por sus contrincantes ya que fue candidato único. Entre los inconformes se manifestó José Bonilla Robles, ex senador por el PRI, ex presidente de la CNPR, y padre del actual secretario del Campo de Gobierno del Estado, Adolfo Bonilla Gómez.
En Zacatecas el también empresario, productor de arándano, zarzamora, frambuesa aguacate y cría de ganado, fue presentado por la diputada local del Partido Verde Ecologista, Guadalupe Flores, quien dijo del propósito la visita, “viene a impulsar muy fuertemente al campo”.
Entre la información ofrecida de sus actividades se precisó que Orihuela Estefan participa en las mesas de análisis del sector agropecuario ante la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América de Norte.
Interrogado al respecto, Orihuela Estefan dijo que la balanza entre Estados Unidos y México, es superavitaria por primera vez a favor del país desde hace más de 20 años.
“Yo diría que es una interpretación equivocada de parte de Estados Unidos, de qué es el superávit en este caso, porque (…) si hoy en día a México le ha sido benéfica la exportación, hemos revertido un escenario que en el 94 existía, teníamos un campo sumamente descapitalizado con pocas oportunidades, todo mundo decía: la agricultura en México se va a acabar”.
No obstante hay segmento de la agricultura donde las cosas se han hecho muy bien. Cito el caso de los pequeños productores, y concretamente de los aguacateros donde 80 por ciento de la superficie de cultivo está en manos de quienes tienen menos de cinco hectáreas, y el caso de las berries es aún más dramático, dijo, pues 75 por ciento de la superficie de producción corresponde a propietarios de una y media hectárea.
“Es decir, los pequeños productores sí pueden ser parte de cadenas de valor, exportadores organizados generando atención y cuidado a esta producción frutícola”.
Dijo que ante el escenario y el reto de la renegociación del TLC y la realidad el superávit mexicano, que “no la va a agotar el presidente Trump”, porque significaría buscar otros proveedores que no cambiarían la balanza comercial actual, pues su déficit general tiene como primer actor de importancia a China, luego a la Unión Europea y otros países con los que tiene mayor intercambio de comercio que con México.
El superávit del país representa sólo 10 por ciento del que mantiene Estados Unidos con China, precisó.
“El mercado y el consumo en Estados Unidos está acostumbrado a productos de calidad que nosotros hoy en día les vendemos” por cuestiones de calidad y logística, expuso, “porque la logística nos permite entregárselos antes y más barato que nadie en el mundo”.
“Yo diría que a los productores mexicanos nadie les ha regalado nada, se lo han ganado con esfuerzo, con calidad, con prestigio” y sobreponiéndose a barreras arancelarias a veces provocadas por problemas inexistentes de carácter fitosanitario o plagas.
El político-empresario propuso que México debe enfrentar el nuevo escenario con diversificación de mercados, fortalecimiento de la cadena de valor e incorporación en ella del pequeño productor, sustitución de cultivos o introducción de mejores variedades que alcancen mayores precios.
Y generar confianza, “pues los negocios se basan en este factor, “hoy México tiene que hacer una gran campaña para enseñar quiénes somos, cómo hacemos las cosas”.
