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viernes, 29 marzo, 2024
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‘Get Out’ de Jordan Peele

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Por: ADOLFO NÚÑEZ J. •

La Gualdra 297 / Cine

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En una entrevista a raíz del éxito de su primer cinta como director, el realizador Jordan Peele mencionó que lo que buscaba la momento de escribir el guion de la misma fue realizar una historia que se sintiera tan perturbadora como satírica en medidas iguales.

El resultado en Get Out (cinta que fue presentada en el festival de Sundance de este año) no se aleja mucho de sus ambiciones en ese par de aspectos, pero en ambos lo hace a fuego lento, se toma su tiempo para perturbarnos e incomodarnos al crear una atmósfera asfixiante pero también irresistible.

Al comenzar la película se nos presenta a Chris (Daniel Kaluuya), un joven y ambicioso fotógrafo que accede a pasar un fin de semana con sus suegros (Catherine Keener, Bradley Whitford) en su casa de campo y finalmente conocerlos, a pesar de que no sabe cómo reaccionaran ante el hecho de que él sea una persona de color, pero se siente tranquilo ante la actitud despreocupada de su novia Rose (Allison Williams), respecto al tema.

Eventualmente confirma que, en efecto, ni sus suegros ni su cuñado Jeremy (Caleb Landry Jones) tienen problema con lo que él llama de modo bromista su “maquillaje genético”. Cualquier incomodidad con la familia de su novia, Chris la relaciona con el natural nerviosismo que se puede sentir en ambas partes al momento de conocer a una persona nueva.

Para la mala fortuna de Chris, su visita coincide con la reunión de varios amigos de la familia, quienes en sus intentos fallidos de mostrarse amigables con él, aparentemente sin darle importancia a su color de piel, sólo terminan por incomodarlo más. Conforme convive más con esas personas que no conoce, Chris comienza a sentir una paranoia extraña, incómoda y oscura que lo aprisiona, y que como un asfixiante trance no le permite moverse, escapar o gritar.

La ópera prima de Peele resulta un análisis a profundidad a las incongruencias raciales que todavía hoy se viven en Estados Unidos, pero que se buscan ocultar como un montón de polvo bajo la alfombra de una gran casa en un suburbio donde todo es tranquilo y jamás ocurren sucesos extraños.

La cinta es de un ritmo constante y sumamente entretenido, pero también tiene lapsos oscuros y reflexivos, recordándonos que si bien es una película hasta cierto punto divertida, es reflejo de una realidad que muchas personas viven día a día y que realmente no es nada amigable.

En el plano visual la cinta cobra una relación directa con series de televisión tales como The Twilight Zone o Black Mirror (donde Kaluuya de igual manera participó). Paseamos por largos pasillos desiertos con fotografías a cada lado, el oscuro silencio del bosque en la madrugada, así como una enorme habitación con una televisión vieja y la cabeza de un venado colgada en la pared. Todos esos espacios haciendo énfasis a la desolación que su protagonista siente de un modo desesperado y represivo.

Get Out es un gran respiro a la resaca por la temporada de premios en cine, y es necesario verse en pantalla grande, a pesar de no ser un thriller convencional en casi ningún aspecto. La película es tan memorable por la sensación de cine totalmente independiente que se respira en cada uno de sus fotogramas y en el discurso que plantea; en ese sentido resulta más efectiva que muchas de las diferente cintas del género que se ofertan actualmente, pero que en este caso, como reflejo de su energía visceral simplemente no podemos apartar de nuestra cabeza, así hayan pasado días de haberla visto.

 

 

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