Madrid. Cataluña celebrará un referéndum de independencia del Estado español el próximo 1 de octubre, en el que a la sociedad de la región se le preguntará lo siguiente: “¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?”
Así lo anunció el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, quien compareció rodeado de todo su equipo de gobierno y de los principales dirigentes de la coalición que impulsa el proceso de secesión, Junts pel Si.
El choque de trenes entre España y Cataluña ha subido de intensidad tras el anuncio por parte de los principales dirigentes de la región de que celebrarán la consulta ciudadana para iniciar el proceso de independencia unilateral.
El gobierno español, presidido por el derechista Mariano Rajoy, insistió en que el citado referéndum “no se celebrará”, pero no se aclaró qué métodos empleará para evitar que las autoridades catalanas saquen las urnas a las calles para conocer la opinión de la ciudadanía sobre un asunto de tal envergadura.
Cataluña vive desde hace cinco años un proceso de separación del Estado español, en gran medida motivado por el aumento de los partidarios de la independencia y por la rígida postura de Madrid tanto a la aprobación y puesta en marcha de su Estatuto de Autonomía como a la celebración de las consultas ciudadanas relacionadas con la independencia.
Así ocurrió en 2014, cuando de manera unilateral el entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, realizó una consulta ciudadana que acabó siendo sometida al dictamen del Tribunal Constitucional, que fue condenado e inhabilitando para ejercer cargo público a Mas y a los principales responsables de llevar a cabo el referéndum.
En esta ocasión, las autoridades catalanas únicamente hicieron el anuncio de forma verbal, para evitar así que el gobierno español impugne la decisión, que todavía no es oficial, ante la justicia, lo que podría provocar la suspensión del mismo.
Puigdemont afirmó en su comparecencia pública que “el gobierno español no ha querido participar en la solución real y profunda de Cataluña y ha reiterado un no quiero para la celebración del referéndum”.
Según las últimas encuestas de intención del voto, más de un 75 por ciento de la sociedad catalana es partidaria de que se consulte a la ciudadanía a través de un referéndum sobre la independencia. Sin embargo, en la votación final el reparto está empatado, la mitad de la sociedad catalana es partidaria de la secesión y la otra mitad no.
