Comentarios Libres
El próximo miércoles 7 de junio, se celebra en México el Día de la Libertad de Expresión. Una de sus manifestaciones la encontramos en la libertad de prensa. Ambas son derechos humanos que asisten a todas las personas y se encuentran tutelados por los artículos 6 y 7 de la CPEUM respectivamente. La primera disposición indica: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público…” No obstante que establece sus limitaciones, no las explica, por lo cual, será la autoridad misma quien, al margen de toda disposición legal y constitucional en su caso, podrá coartar esa libertad cuando, a su criterio, quien la ejerce, no respete alguna de las limitaciones indicadas.
Con respecto a la libertad de prensa, la disposición constitucional respectiva señala: “Es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio. No se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares, de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la información o por cualesquiera otros medios y tecnologías de información y comunicación encaminados a impedir la transmisión y circulación de ideas y opiniones…”.
A pesar de lo que se lee en la disposición que se transcribe, algunos medios y muchos periodistas mexicanos, han visto coartado su derecho de libertad de prensa. Igualmente, muchos de sus reporteros han sido discriminados. El miércoles 24 del pasado mayo, el reportero de La Jornada Jesús Aranda, fue impedido de ingresar a un congreso internacional sobre obesidad, organizado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Salud. El evento, se realizó en el Centro Militar de Ciencias de la Salud, en la antigua Escuela Médico Militar. El reportero, fue advertido por un oficial de la Dirección General de Comunicación Social de esa dependencia, quien le comunicó, que él, no podría abordar el autobús que trasladaba a los informadores al evento, porque no había sido invitado.
Perfectamente entendible. La Jornada es uno de los medios que se ha distinguido por su objetividad en la información; la dignidad y no sumisión; su ideología liberal, y el espacio de sus páginas de opinión para dar acceso a la manifestación plural de las ideas y explicación sobre los acontecimientos del entorno político, social y económico que nos rodea en los ámbitos de la región, del país y del mundo.
Veamos por qué afirmo lo anterior.
Son varios los actos oficiales que se realizan anualmente el 7 de junio para celebrar El Día de Libertad de Prensa, en los que participan quienes pertenecen a los medios de comunicación y a las autoridades gubernamentales. Esa fecha, no es el resultado de las ideas liberales de los iniciadores. Por el contrario, surge como una forma de servilismo y subordinación que el periodismo mexicano mostró hacia el gobierno durante el período del presidente Miguel Alemán Valdez.
Fue en 1948, cuando el coronel José García Valseca, propietario de la cadena periodística que llevaba su nombre, y que por ese entonces contaba ya con 23 diarios, organizó para el Presidente una comida, en las oficinas centrales de su empresa, para agradecerle la apertura que hizo a favor de los reporteros de todas las fuentes oficiales de información.
Hacia el año de 1951, se presentó en México una imprevista escasez de papel. Esto provocó alarma para el periodismo mexicano. Algunos corrían el riesgo de disminuir el número de ejemplares; otros, el de disminuir el número de páginas y no fueron pocos los que tendían a desaparecer. La oportuna y benévola intervención del presidente, solucionó el problema cuando ordenó que los trenes de pasajeros movilizaran furgones cargados de papel desde la frontera de Estados Unidos, salvando con ello los periódicos de una crisis inminente. En agradecimiento al señor Miguel Alemán, muchos de los diarios beneficiados se lo manifestaron en sus editoriales. Para García Valseca no fue suficiente, y convocó a los directores a una reunión con el presidente de la República el 7 de junio de aquel año y le entregaron un pergamino.
A propuesta del mismo coronel empresario, oficialmente el Día de la Libertad de Prensa se instituye en el año de 1952. El acto consistía en una comida, que los editores de periódicos ofrecían al presidente de la República en turno.
Un nuevo ingrediente tuvo El Día de la Libertad de Prensa en el año de 1976, con la entrega de los premios nacionales de periodismo, a iniciativa del entonces presidente Luis Echeverría.
Elías Chávez, afirma que la celebración de El Día de la Libertad de Prensa sin periodistas, es un festejo sin autenticidad. Cuando los verdaderos periodistas, no los empresarios ni los políticos, dirijan los medios de comunicación colectiva, entonces tendrá validez esa fecha. Es verdad, puesto que la celebración de este día parece un acto meramente oficial, como pretexto para rendir pleitesía al gobernante en turno.
