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viernes, 29 marzo, 2024
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Un tarro de chocolate, esperanza y dignidad

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Por: Ernesto González Romo •

Una pobre pareja de campesinos celebraba su boda con un banquete que se reducía a un vaso de chocolate caliente, él había quedado huérfano, ella había quedado pobre cuando decidió desobedecer a su padre y fugarse con el hombre que le ofreció el sol por cobija, el cielo por techo, sus brazos para mantenerla y su corazón “pa quererla”, los primero años de aquel matrimonio fueron difíciles, La pobreza no los mató de hambre porque “gracias a dios se pasaban las horas de la comida pero nunca se pasó el día”

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Los años pasaron, las dificultades continuaron pero ellos jamás se rindieron, el ejemplo de mis abuelos fue el motor de mis padres y ese ejemplo me impulsó para terminar mi carrera y convertirme en el primer abogado de la familia, esta historia se repetía con frecuencia en nuestra sociedad, familias que luchaban por superarse para que las nuevas generaciones encontraran un futuro mejor, pero en los últimos años esa cultura del esfuerzo ha comenzado a desaparecer

¿Por qué? Porque la injusticia acaba con la esperanza.

¿Cómo le explicamos a los jóvenes que es importante que estudien y se superen cuando tenemos a un Presidente que no ha leído ni 3 libros en toda su vida?

¿Cómo le explicamos a los niños que tienen que hacer su tarea, si tenemos a un Gobernador que le copiaba los artículos a otras personas y firmaba esas opiniones como si fueran suyas?

La vida nunca ha sido fácil pero las dificultades nunca se han superado solas, se necesita mucho esfuerzo y mucha disciplina para lograr tus metas, Las cosas que valen la pena cuestan mucho esfuerzo y la única forma de conseguirlas es con esperanza, nadie te garantiza el éxito pero mientras no dejes de soñar, tendrás fuerzas para levantarte otro día y seguir trabajando por lo que quieres.

El problema es que esa esperanza desaparece cuando te esfuerzas todos los días para salir adelante mientras los corruptos se vuelven ricos de la noche a la mañana, presumen sus fortunas con cinismo y la justicia los absuelve sin pudor.

Por eso cada día es más común encontrarse a personas que desprecian al trabajo como medio de superación, las nuevas generaciones sueñan con la fortuna fácil, esa que llega manchada de sangre, de tráfico de influencias o a costa de su dignidad.

En estos días tomo mundo quiere hacerse millonario a costa de lo que sea y eso está destruyendo a nuestra sociedad, por eso nos urge que la ley se cumpla, que los políticos corruptos reciban un castigo ejemplar que le mande un mensaje contundente al público, para que todo mundo entienda que el único camino para la superación es el trabajo duro, disciplinado y constante.

Necesitamos que nuestros jóvenes vuelvan a soñar con un futuro exitoso construido sobre su esfuerzo y el de su familia, necesitamos que el éxito deje de ser ejemplo de personas sinvergüenzas y vuelva a ser el orgullo de personas ejemplares que nunca dejaron de perseguir sus sueños.

Dicen que la Justicia es dar a cada quien lo que le corresponde, pero hoy vivimos en un país donde la Ley no se hace valer, quienes pasan por encima de la justicia son premiados con la impunidad y quienes cumplen con sus obligaciones son acosados por un Gobierno abusivo y por delincuentes que se sienten intocables, por eso dice “el peje” que la paz es fruto de la justicia.

La única forma de lograr un cambio que nos regrese al camino de la ética y los valores es golpeando con fuerza al sistema, por eso necesitamos cambiar de mentalidad, no basta con decir que todos son iguales y dejar que nos sigan robando nuestros impuestos y nuestra tranquilidad, si todos son iguales, entonces debemos participar nosotros, no tenemos tiempo para lanzar criticas al aire, debemos actuar para que las cosas cambien.

Mis abuelitos eran campesinos humildes y su banquete de bodas fue un tarro de chocolate, pero cada sorbo representaba la dignidad de un hombre y una mujer que estaban dispuestos a luchar por sus sueños con dedicación y honestidad, ellos tenían esperanza en el futuro y gracias a esa esperanza las nuevas generaciones tuvimos las oportunidades que ellos no tuvieron, si queremos que las nuevas generaciones tengan un mejor país, tenemos que regresar al camino del trabajo duro.n

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