18.4 C
Zacatecas
miércoles, 24 abril, 2024
spot_img

‘The Discovery’, de Charlie McDowell

Más Leídas

- Publicidad -

Por: ADOLFO NÚÑEZ J. •

La Gualdra 290 / Cine

- Publicidad -

En los primeros minutos de la cinta conocemos por medio de una entrevista para la televisión al científico Thomas Harbor (Robert Redford), quien a través de su trabajo ha dado a conocer que efectivamente hay vida después de la muerte.  Como resultado, en los meses posteriores a dicho descubrimiento, la tasa de suicidios ha aumentado de manera significativa (ascendiendo a los dos millones), pues muchas personas desean saber qué pueden encontrar en el más allá. En cuanto Harbor es cuestionado si se siente responsable de todas esas muertes, respondiendo con una rotunda negativa, momentos después uno de los miembros de la producción se suicida frente a las cámaras.

La acción después toma lugar en un ferry donde sólo se encuentran dos personas, una enigmática chica de cabello rubio llamada Isla (Rooney Mara) y el tímido hijo de Harbor, Will (Jason Segel). Ambos comienzan a dialogar sobre “el descubrimiento”, ella como creyente, él como escéptico. Ella considera las pruebas abrumadoras, él dice que dichas pruebas deberían ser definitorias y contundentes.

En su segunda cinta, el director Charlie McDowell (The One I Love) plantea diversas cuestiones que resuenan con fuerza en el espectador, siendo las principales el deseo innato de saber qué nos espera cuando dejamos el plano de existencia en el que vivimos, y finalmente, si vale la pena siquiera hacer algo en este mundo cuando tenemos el total entendimiento de que existe otro que tal vez sea mucho mejor.

En ese sentido The Discovery (que dicho sea de paso, fue estrenada en el festival de Sundance de este año, y posteriormente adquirida por Netflix) es una cinta retadora y poco convencional, pero que gracias a la fuerza y al solidez de sus intérpretes (siendo Segel y Mara los más destacados) no nos hace perder el rumbo de la historia.

Esto aunado a un ingenioso guion (también de la autoría de McDowell) y una cálida fotografía, donde a través de espacios cerrados en una mansión llena de cables y máquinas y tomas amplias a la orilla de la playa hacen énfasis en las emociones de los protagonistas, y que en el espectador plantean la idea de si tal vez existen personas a las que estamos destinadas a conocer, sin importar el camino o las decisiones que tomemos.

La relación entre ambos personajes (que cobra tintes románticos) se vuelve la columna vertebral de la película, la cual finalmente tiene una vital importancia en la conclusión de la historia, y que como resultado hace uso de los mejores elementos del género de ciencia ficción, en donde el conflicto se enfoca en situaciones de naturaleza puramente humana y sus contrastes con la ciencia y los avances de la tecnología.

¿Tiene sentido la existencia misma? McDowell juguetea con dicha idea, cuestionada infinidad de ocasiones a lo largo de la historia.

En un intento por buscar las respuestas, el ser humano ha acumulado una enorme cantidad de conocimiento del mundo que nos rodea y que ha influido directamente en como lo percibimos. The Discovery nos recuerda que tal vez hay preguntas que es mejor no responder.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -