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viernes, 29 marzo, 2024
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‘Novelas de guerra’. La historia de un soldado inglés [Primera de dos partes]

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Por: Mauricio Flores •

La Gualdra 290 / Libros

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¿Cuánto tarda en sanar una herida de guerra?

La pregunta, dolorosamente oportuna en tanto apenas supimos del restablecimiento de la maquinaria belicista de los Estados Unidos, parece respondérnosla desde la novelística el escritor inglés Harry Parker, con su exitosa opera prima Anatomía de un soldado, traducción de Javier Guerrero y editada recientemente en México y España por Sexto Piso.

Escritor, habrá que anotar de inmediato, pero también una persona que en su temprana juventud experimentó (Irak y Afganistán) los horrores de los conflictos bélicos en carne propia. Nunca mejor (nuevamente doloroso) utilizado el término, puesto que Parker perdió ahí ambas piernas.

Anatomy of a Soldier (Faber & Faber Limited) es quizás una novela que se leerá con no pocas dosis de malestar, al narrar sin regateos las experiencias de un joven soldado inglés (Tom Barnes). Historia que incorpora además otras historias, como las de los habitantes, civiles e insurrectos, de los territorios intervenidos.

Aun sin precisarlo, Anatomía de un soldado puede situarse en el mismo Afganistán. El territorio ahora recientemente acechado por el gobierno norteamericano, que no dudó en dirigir su llamada madre de todas las bombas, en la mira túneles y cuevas del grupo Daesh.

Estructurada en unos cincuentena capítulos, la novela tiene una marcada particularidad en sus maneras narrativas, ya que la historia se nos cuenta no por el clásico personaje, involucrado u omnisciente, sino por objetos referidos en sus tramas.

Los narradores son un virus, una bota, una mochila de treinta litros de color verde oliva, una carta, una foto, un rastrillo de rasurar, un espejo, una silla de ruedas, un vehículo aéreo no tripulado, una mina, una prótesis…

 

Base británica

Al frente de una pequeña base inglesa en el territorio ocupado, el capitán Tom Barnes realizará incursiones por ese territorio. Lo que sirve a la vez para mostrar los dilemas de la población local, dividida en dos grupos. Entre quienes se oponen violentamente a los infieles y quienes insisten en desplegar una vida comunitaria en conciliación. Sin dejar de lado las costumbres y creencias religiosas no occidentales.

De ahí el descubrimiento de las vidas de dos jóvenes locales, Latif y Faridun, y los destinos que los hacen confluir inevitablemente.

La narración confrontará también las distintas formas culturales de mirar la muerte y del mismo sentido de la vida; de la arrogancia de los ejércitos extranjeros y de la humildad de los pueblos empobrecidos.

¿Sobrevivir a la guerra?, ¿sanar sus heridas?, son preguntas que parecen esconderse en esta novela de Harry Parker, y que habrá que leer junto a La guardia, de Joydeep Roy-Bhattacharya, traducción de Magdalena Palmer, y también bajo el sello de Sexto Piso, y que referiremos la próxima semana.

¿Sobrevivir a lo que no se puede sobrevivir?

 

El autor

Se unió al ejército británico con tan sólo 23 años, y participó como capitán en la campaña de Irak de 2007 y en la de Afganistán de 2009. Fue en una ofensiva militar en este último país donde perdió las dos piernas, y como consecuencia de esta experiencia tan traumática escribió Anatomía de un soldado. Al volver de la guerra, Parker se sumergió en la escritura como modo de curación y salvación. Su obra debut sorprendió al público por la originalidad con que está escrita.

 

Un zumbido de dolor

“El polvo se disipó y un hombre apareció de pie detrás de ti. Otro te miró y no se acercó más. Quería ayudar, pero tú, deformado en el suelo, parecías raro e inhumano, y se quedó paralizado. Estabas doblado y cubierto de rocas y polvo, partes de tu cuerpo estaban retorcidas o habían desaparecido, y él no podía comprenderlo.

Otro soldado llegó corriendo desde atrás y empezó a gritar. Lo oíste a través del dolor y reconociste la voz que les decía que no se acercaran más hasta que se despejara la zona. Y tú los querías ya, querías que llegaran ya. Y entonces sonó la radio en tu oído, pero los informes iniciales se confundían, sofocados por un dolor desgarrador. Esta vez se trataba de ti, nunca tenía que haberse tratado de ti. Los oíste describir lo que estaba ocurriendo y querías ser parte de la conversación y trataste de levantar la mano para impulsar el interruptor, pero no había ninguna mano, ningún brazo que llegara a tiempo, sólo un zumbido de dolor.

Oíste que decían tu número de identificación: BA5799, víctima de un artefacto explosivo improvisado”.

Harry Parker, Anatomía de un soldado (fragmento).

Harry Parker, Anatomía de un soldado, Sexto Piso, México, 2017, 332 pp.

* [email protected]

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