■ Vergonzoso, que el presidente mexicano no tenga capacidad para generar trabajo en el país
Como otros artistas de renombre, Guillermo Arriaga manifestó respecto de la situación de impunidad y corrupción del país, que dijo es el gran problema nacional, un “yo en lo personal estoy demasiado ofendido y demasiado hasta la madre.
El guionista de la triada Amores perros, 21 gramos y Babel que dirigiera González Iñárritu, expuso ayer su conferencia “Frontera: semillero narrativo” dentro del programa académico del Festival Cultural Zacatecas 2017.
En ella propuso una serie de acontecimientos que han incidido en el tejido social de México y concretamente en el intercambio que se da a lo largo de la frontera norte del país con su vecino primermundista.
Enumeró en esta lista de hechos históricos, la irrupción de lo que llamo la “Walmartización” del mundo a partir de los años 80 del siglo pasado, cuando la triada Reagan-Tatcher-Juan Pablo II, se obstinó en “derrotar cualquier posibilidad de socialismo”, empujándolo hacia su declive, ya inminente por precisó, por problemas inherentes a su propia estructura económica.
El mundo walmartizado, que tradujo en la concentración de capital por empresas corporativas en detrimento de los pequeños negocios familiares, fue detonante en México de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) en 1994.
Con ello, se sucedieron una serie de fenómenos, entre otros, el cambio de las condiciones de producción y comercialización en el campo mexicano.
Para ejemplificar muchos de los fenómenos acaecidos desde entonces utilizo anécdotas reales de los Estrada, ejidatarios tamaulipecos con quienes mantiene amistad, y mediante los que ha atestiguado temas como la migración forzada por la sobreoferta de productos agrícolas que ocasiono el TLC con la importación indiscriminada de ellos desde los Estados Unidos, y la consiguiente baja de los precios de las cosechas.
Así sus compadres “Estrada”: Lucio, Pedro y Melquiades, vieron como sus descendientes, algunos con apenas 15 años de edad, tuvieron que emigrar hacia los Estados Unidos, en uno de los casos, también para encontrar en esa frontera (en la que siempre ha encontrado el cineasta “historias qué contar”, como las de sus interesantes intercambios amorosos) el matrimonio con una ex veterana de la guerra de Irak. Muestra de las propias posibilidades que implica “lo fronterizo”.
También entre los acontecimientos históricos que han incidido en la reciente historia de México y en su relación de frontera con los Estados Unidos, el también escritor, mencionó, la alternancia en el gobierno federal del PRI al PAN, que provocó dijo, un vacío de poder, y por tanto una ruptura de los acuerdos que el tricolor venía manteniendo con los carteles de la droga.
Agregó a ello la modificación en el tráfico de cocaína en el país del norte, que dejó de hacerse por los cárteles colombianos para librar ciertas dificultades, para, mediante un acuerdo con sus pares mexicanos, pasarles la estafeta en detrimento de los más jóvenes, que se involucraron ahora como “correos”, en principio.
Guillermo Arriaga aludió asimismo, otros detonantes del país que vivimos hoy, como el atentado contra las Torres gemelas en Nueva York ocurrido en septiembre de 2011, y que provocó el miedo de los norteamericanos “a los demás”, y con ello, una serie de fenómenos fronterizos.
Todos estos referentes y las anécdotas que ha vivido o atestiguado, en vidas como las de los Estrada, se encuentran de una u otra forma en los guiones para cine que ha escrito, pues, para él “la frontera ha sido siempre un motivo de inspiración”.
Para el autor de El Salvaje, su más reciente novela, misma que este 15 de abril presentará en el Foyer del Teatro Fernando Calderón a las 11 horas, “un país es un acto de imaginación”, por lo que siempre debe “redefinirse” lo imaginario.
Dijo en eso en respuesta a una pregunta hecha por una asistente ayer, que manifestaba en la coyuntura que representan las amenazas al país de Donald Trump, la necesidad de “creérnosla”, esto es, confiar en las ventajas de la mano de obra mexicana, y que han hecho que empresas estadounidenses se muestren en rebeldía respecto de las disposiciones del mandatario de instalarse en territorio gringo.
Al respecto, el cineasta observó que es “más vergonzoso” que el presidente mexicano no tenga capacidad para generar trabajo en el país.
Instó por ello a que la sociedad civil a que gobierne, “vamos a gobernar nosotros”. Recordó como motivante, y dijo, sin “querer echarse calabazas”, que después de Amores perros, película que fuera reconocida internacionalmente, “la visión del cine mexicano cambió” y vinieron otros realizadores a concretar proyectos que han logrado despuntar a nivel mundial.
Luego de señalar no obstante como los “grandes” problemas del país a la impunidad y la corrupción, cerró su intervención con un “yo en lo personal estoy demasiado ofendido y demasiado hasta la madre”.
