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viernes, 29 marzo, 2024
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Juárez

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Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ •

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Ivie E. Cadenhead describe a Benito Juárez: “no era un hombre de aspecto imponente. Medía poco más de metro y medio y su tez era oscura como la de sus congéneres indígenas. Habitualmente vestía de oscuro y se le recordaría más bien por su modestia que por su arrogancia. En ocasiones era inspirado al hablar, pero por naturaleza era taciturno y convencía con la sinceridad de su expresión y no por sus frases brillantes. Era paciente y trabajaba con dedicación, más bien con obstinación, y no era dado a acciones dramáticas. Tenía pocos amigos verdaderos. Era muy reservado y reprimido en sus hábitos. Sus virtudes como gobernador, tardarían en salir a la luz. Antes que su capacidad mostrara sus frutos, tendría que pasar algún tiempo, y que formarse un marco de referencia, como también, acaso, las circunstancias apropiadas; y también, para que los que le rodeaban apreciaran con justeza lo que tenía que ofrecer tanto a ellos como al país”.

Derrotada la dictadura de Santa Anna en 1855, Ignacio Comonfort ocupó la presidencia por un corto período. Juárez difícilmente era el radical del gabinete, sin embargo, había cierta legislación que lo hacía formar parte del gobierno. Se trataba de la “Ley Juárez”, en la que particularmente se organizó el sistema judicial, que tuvo como finalidad desaparecer todos los tribunales especiales, con excepción del militar y eclesiástico, pero despojó a éstos de la jurisdicción civil, y se sustentaba en el principio de igualdad ante la ley. Asimismo, Comonfort reconoció la “Ley Lerdo”, que estipulaba la venta por parte de las corporaciones civiles y eclesiásticas de todos los bienes inmuebles de su propiedad. Sin confiscarlos, les permitía que fuesen objeto compra-venta. También, se promulgó la ley que secularizaba los cementerios y regularizaba la cantidad y cobro de los honorarios del clero por sus servicios.

Según lo establecido en el Plan de Ayutla, Comonfort convocó al Congreso Constituyente el 16 de octubre de aquel año. Se encontraba dividido en dos grupos principales: 1.- Los liberales moderados que eran mayoría: Mariano Arizcorreta, Marcelino Castañeda, Joaquín Cardozo y Pedro Escudero. Su plan era restablecer la Constitución de 1824 con algunos cambios. 2.- Liberales puros: Ponciano Arriaga, Guillermo Prieto, Francisco Zarco, José María Mata y Santos Degollado que pretendían realizar una nueva redacción de la Carta Magna. Las discusiones fueron acaloradas y duraron todo el año.

El presidente Comonfort tuvo injerencia través de sus ministros del grupo moderado, pues ésta era la ideología con la que él mismo simpatizaba. A pesar de la oposición del Poder Ejecutivo y de ser minoría, los puros lograron imponer sus propuestas, para dar origen a la Constitución Política de la República Mexicana de 1857, de ideología liberal, redactada por el autor del Congreso Constituyente, durante la presidente de Ignacio Comonfort, y jurada el 5 de febrero de ese año. Tenía 8 títulos y 128 artículos En términos generales establecía:

Garantías individuales de los mexicanos.

Libertad de expresión; libertad de asamblea; libertad de portar armas.

Reafirmó la abolición de la esclavitud.

Eliminó la prisión por deudas civiles; las formas de castigo por tormento incluyendo la pena de muerte.

Prohibió títulos de nobleza, honores hereditarios y monopolios.

Varios artículos fueron contrarios a los intereses de la Iglesia: enseñanza laica; supresión de los fueros institucionales y la enajenación de bienes raíces por parte de la misma.

A la promulgación de la nueva Constitución, se opuso el partido conservador, polarizando a la sociedad mexicana, lo que permitió una situación conflictiva y delicada por el enfrentamiento entre los liberales y conservadores debido al papel que la iglesia tenía en la vida pública. A raíz de la promulgación de la Constitución, estalló la Guerra de Reforma, o Guerra de los Tres años que duró de 1857 a 1860.

Comonfort, liberal moderado tuvo enfrentamientos con los conservadores, entregó la presidencia al Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Benito Juárez, y se fue del país. Simultáneamente al gobierno federal de este último, se formó el gobierno centralista presidido por Félix Zuloaga, quien había sido electo por una junta de representantes que desconoció la Constitución.

Tras arduas batallas y diversos conflictos, que impedían la elección popular del presidente, el Congreso realizó votaciones en las cuales resultó electo Benito Juárez. También declaró como presidente de la Suprema Corte de Justicia a Jesús González Ortega. Por las dificultades del contexto histórico el Congreso le concedió facultades extraordinarias a Juárez para que pudiera gobernar durante más de cuatro años. A principios de 1862 se inició la Intervención Francesa en México, que culminó con el Imperio de Maximiliano. No hubo modificaciones en torno a la designación del Presidente de la Suprema Corte de Justicia como sucesor del presidente. En cambio, para lograr mayor equilibrio entre el ejecutivo y el legislativo, el Presidente Juárez, trató de restaurar la Cámara de Senadores suprimida por la Constitución, pero fue Sebastián Lerdo de Tejada quien logró restaurarla en 1874.

Posteriormente, en 1867 ya con la república restaurada, la Constitución promulgada diez años antes,  tuvo vigencia en todo el territorio nacional mexicano.■

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