La Gualdra 283 / Desayuno en Tiffany’s, mon ku / Cine
De los premios Oscar 2017 deseo destacar un tema a partir de dos elementos: el conflicto migratorio contra los países orientales, específicamente contra los de corte de la cultura musulmana. Y aquí los dos aspectos que lo sacaron a relucir: el comentario hecho por el director iraní Asghar Farhadi (Une séparation 2011 y À propos d’Elly 2009), ganador del Oscar al Mejor Largometraje Extranjero (o en habla no inglesa) con The Salesman. La película no la he visto y por tanto no puedo hacer mención. Pero sí puedo hablar del mensaje enviado por Farhadi, quien se negó a asistir a la premiación como muestra de su repudio al gobierno de Trump. Actitud que tuvo eco con el mensaje dado por el actor Gael García Bernal, también al referirse al famoso muro, siempre desde una forma diplomática, pero reconociendo su propia situación de inmigrante.
El según asunto es el Oscar al Mejor Cortometraje de Ficción otorgado a Sing, de Kristóf Deák. En esta categoría estaba nominado el corto francés Ennemis intérieurs de Selim Azzazi. Apoyado por Unifrance, el corto aborda de manera frontal el asunto migratorio y nacionalista: un señor de origen (nacimiento) argelino está en la oficina de asuntos extranjeros pasando la entrevista para obtener la nacionalidad francesa. Una “formalidad” burocrática que él sólo ha pedido tras haber vivido toda su vida en Francia, formar una familia, tener un trabajo, casa, carro, amigos. A causa de sus orígenes es un sospechoso natural de tener vínculos con el terrorismo y es obligado a dar el nombre de sus amigos, que no tienen otra culpa que la de no poseer nombres y razas según los cánones arquetípicos franceses.
Exacto, ambos asuntos son de actualidad, pero el primero se refiere principalmente a un hecho consumado: Trump es el presidente de los Estados Unidos de América. El segundo es todavía un documento pedagógico e incomodador para lo que se viene en las próximas elecciones presidenciales en Francia: la derecha parece se apunta para pasar a la segunda vuelta sin problema, toda vez que el actual presidente, miembro del Partido Socialista (digamos la izquierda tímida), decidió no presentarse a la reelección; pero eso no es todo, la extrema derecha, el partido político el Frente Nacional, está más que encaminada para pasar también a la segunda ronda –en la primera compiten todos los partidos; en la segunda, que se realiza una semana más tarde, sólo los dos punteros- y como se ven, sienten y difunden las cosas –para una prueba está el Brexit-, no sería nada extraño toparnos con la candidata Marine Le Pen como presidenta de la República Francesa. Y entonces sí… empecemos a acostumbrarnos a un mundo cuyas potencias mundiales son lideradas por xenófobos.
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