■ Participan, además 30 actores y actrices, estudiantes en Artes, y 15 músicos, señala director
■ El proyecto integra a Ismael Guardado y Chucho Reyes; fue realizado con recursos del PIFI
Si Shakespeare hubiera conocido la leyenda del Indio triste “no hubiera escrito Romeo y Julieta”, dice Eduardo Morones, autor de la adaptación de esta historia tradicional zacatecana para un proyecto multidisciplinario que conjunta la actuación, el rock progresivo y el video, pero también el rescate ético-moral del sentido de pertenencia a una cultura y por tanto su defensa desde la dignidad, en un momento en que lo propio cobra preponderancia ante la incertidumbre de las políticas globales.
Xólotl, como se llama el espectáculo, refiere a un personaje ficticio del periodo de Conquista en Zacatecas, pero de gran carga simbólica.
El denominado “Indio triste” se inmola clavándose un cuchillo en el pecho, luego de verse imposibilitado de cumplir la voluntad del Rey Tlacuitl, quien en su lecho de muerte y como último gesto, une la mano del guerrero con la de Xúchitl, quien a la postre no se casará con Xólotl sino con el español Gonzalo de Tolosa.
El relato refiere una serie de valores que habrían de recuperarse en una sociedad señalada por su carencia de ellos, dice.
Muestra una dignidad y un orgullo por sus raíces que lo impele a suicidarse en una lógica similar a la que llevó a los samuráis a practicar el seipuku o hara kiri, en este caso, “con un puñal en el corazón y en su mano izquierda una flor en símbolo de su amor por Xúchitl”.
No es sólo la pérdida de la amada la que impulsa esta acción, sino fundamentalmente, su incapacidad de cumplir la última voluntad del rey, que también implicaría la derrota para hacer trascender a su raza contra y no a un mestizaje con una cultura de conquista violenta, tanto en su aspecto físico como ideológico y cultural.
Desde que Eduardo Morones, músico y director durante muchos años del grupo de rock progresivo Retrospectiva conoció la historia, quiso hacerle un homenaje a Xólotl, que concretó con una pieza dedicada a su memoria, allá en 1997.
Esta composición fue rescatada como la segunda parte de la musicalización del video de 24 minutos que se produjo para este proyecto, y que fue dirigido por David Urón; la otra pieza se denomina Tlacuitapan, y alude al antiguo asentamiento de los zacatecos en parte de la región que ahora ocupa la capital del estado y los municipios de Vetagrande y Pánuco, refiere.
En Xólotl participan además 30 actores y actrices estudiantes de la licenciatura en Artes, y 15 músicos, unos de rock progresivo, otros de música de cámara, de tal manera que se reúne la sonoridad del primer género enriquecida por un arreglo de cuerdas oboe y corno.
Morones quiso reunir al antiguo Retrospectiva, pero algunos de sus integrantes por razones de trabajo no pudieron sumarse al proyecto, como Aldo Corvera –baterista- y Samuel Rodríguez Escobar –guitarra-. Lo integrarán entonces de la conformación original, Sheila López –voz-, Mario Morones –sintetizadores-, y se agregará Victor Chew –batería- y el propio Eduardo Morones –bajo-.
Xólotl sedujo también a los artistas visuales Ismael Guardado, quien se encargó de la portada del DVD que se distribuirá gratuitamente el día de la presentación, y Chucho Reyes, éste que aparece en personificación del Rey Tlacuitl; se suma la intervención ahora como actor, del escultor Iván Leaños.
Lupita Tapia, arqueóloga, interpreta a Xúchitl y Gonzalo de Tolosa es personificado por el actor Juan Concha. Quedó sobre los hombros de un estudiante de la licenciatura en Artes, la encomienda de dar vida al tristemente memorable Xólotl.
Detrás del proyecto cuya idea original y música es de Eduardo Morones, se encuentra el respaldo institucional de la Universidad Autónoma de Zacatecas a través del Área de Arte y Cultura y el Cuerpo académico 193 “Educación, Políticas Culturales y Artes”, que coordina la docente-investigadora Claudia Torres, e integran los pianistas y catedráticos, Luis Herrera y Alejandro Barrañón.
“Les estoy muy agradecido, porque al saber que era mi idea, ellos la respetaron y generalmente me dejaban libre, tuve todo su apoyo”.
Xólotl, en su parte visual fue grabada en locaciones de La Quemada, Vetagrande y la capital del estado, el proyecto total fue respaldado con recursos del Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI) con 189 mil pesos.
Su estreno coincide además con el “Día del amor y el desamor”, dice Morones, una fecha adecuada para interiorizar la esencia de esta leyenda que se mantiene presente en la memoria emocional de los zacatecanos gracias al testigo de piedra que ha vuelto a recuperar su lugar en el callejón del Indio triste.
