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jueves, 18 abril, 2024
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Principal reto de los libreros independientes, la falta de compras institucionales: Cárdenas

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

■ Escuelas como la UAZ hacen compras en otros estados; editoriales prefieren grandes cadenas

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■ Abre la librería Andre-a en 1993 para traer a Zacatecas libros que no llegaban a la entidad

Los libreros independientes se enfrentan a grandes retos en la actualidad. Aunque se piensa que uno de ellos es la falta de una comunidad lectora en Zacatecas, el principal inconveniente son las compras institucionales.

A pesar de que los dueños de librerías pagan impuestos, así como salarios, y prestaciones a sus trabajadores, la misma Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) hace sus compras editoriales en otros estados como Durango, expuso Esther Cárdenas, propietaria de la librería Andre-a.

Señaló que los libreros en la entidad no tienen compras institucionales y opinó que si se quiere mantener a las librerías en Zacatecas, se debe dar este apoyo, dadas las circunstancias económicas por las que pasa el estado y el país.

Con una o dos compras de este tipo al año, las librerías independientes zacatecanas pueden salir adelante, pero sobre todo, demostrarían la calidad y el buen servicio que ofrecen los libreros locales.

Otro problema para los libreros independientes, que no pertenecen a ninguna paraestatal, como el Fondo de Cultura Económica, o grandes cadenas, es que las editoriales no tienen interés en difundir sus textos en estas librerías.

Prefieren hacerlo en grandes cadenas comerciales como Liverpool, Walmart u otros centros, sin tomar en cuenta las recomendaciones y la experiencia de los libreros para ofrecer buen material a sus clientes.

Incluso, ni la tecnología representa un riesgo para el libro impreso, pues para acceder a los libros electrónicos, se requiere Internet y una tarjeta de crédito para comprar los textos. Cosa que no cualquiera puede hacer, sobre todo en municipios o localidades alejadas.

Esther Cárdenas recuerda que antes de abrir esta librería, en el año de 1982, inició este negocio con la librería Piedra Angular, que se encontraba en el callejón del Quijano; en el Centro Histórico.

Fue al encontrarse con un grupo de amigos uruguayos, que surgió la idea de comenzar a realizar ferias y exposiciones donde se vendieran libros. En ese entonces, únicamente se contaba con la feria de minería.

En ese tiempo, se realizaba una muestra de libros organizada por la Universidad, llamada Siglo 21. Posteriormente, se logró llevar junto con los uruguayos, una venta de libros en el Teatro Fernando Calderón.

En esa primera muestra, se  trajeron decenas de libros de La Flor, editorial que imprimía las obras de Mafalda, dibujada por Quino. Además de llevar ejemplares de novela negra de diversas editoriales.

Menciona que fue así que comenzó su aventura en los libros. En ese entonces, una amiga le proponía poner un negocio, uno de ropa. Pero Esther decidió que quería poner una librería, que ofreciera textos que no llegaban al estado. Las librerías que ofrecían sus textos a los zacatecanos, eran únicamente Librería El Quijote, y Librería Universal.

Esther platica que juntó algo de dinero y viajó a la Ciudad de México. Se contactó con diferentes personas, y aunque en ese entonces no se usaba el rubro de las consignaciones, logró traer varias al estado.

Fue así que con el apoyo del escritor zacatecano, José de Jesús Sampedro, se logró abrir la librería en el año de 1993. El nombre de Andre-a, se debe en honor al artista André Bretón, y a su hija llamada Andrea.

Cuenta que en aquel entonces, no era común tener ejemplares de editoriales como Alfaguara o Anagrama. Entre los primeros textos recuerda la obra llamada El libro y la Nostalgia.

El negocio comenzó bien, pues reconoce que en Zacatecas siempre se ha tenido una amplia y vasta comunidad lectora y si el estado no ha repuntado en lectura a nivel nacional, esto únicamente se debe al número de población.

En la librería se abrió un espacio para hacer muestras de libros. Dice con orgullo que el primer escritor que mostró su obra fue Tomás Mojarro, autor zacatecano que dice “estaba en el candelero”.

En la librería se realizaban exposiciones de pintura, entre otras actividades culturales. Solamente se tuvo una pequeña pausa, durante el gobierno de la perredista Amalia García Medina, pues su administración invitaba a varios autores, y no buscaba empalar eventos.

Actualmente, Cárdenas también participa en la organización de las ferias del libro de primavera, verano y otoño-invierno. Estas comenzaron cuando inició el primer Festival Cultural Zacatecas, hace más de 30 años.

Se inició con una pequeña feria de libro, pero solo participaron dos librerías, pues había poco interés de los libreros de salir a la tienda. Posteriormente se buscó darle continuidad, pero los alcaldes que llegaban al ayuntamiento de Zacatecas, mostraban poco interés por seguir.

Se realizó un tiempo en el Portal de Rosales, pero desde hace cuatro años se prohibió, debido a que los locatarios supuestamente harían actividades, cosa que a la fecha, no ha sucedido. Es por eso que dejó de llamarse feria municipal del libro.

Esto de la feria, y salir a la calle ayudó mucho, pues hay gente que no entra a las librerías, pero niños, jóvenes y adultos al verlos en la calle, se acercan. La familia se cohesiona alrededor del libro y éste nos abre los ojos a otro universo, uno en el que no solo existe la violencia que padecemos en el mundo”, dice Cárdenas.

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