El éxito de los espacios públicos y de su apropiación por parte de la comunidad se basa en la cooperación entre las políticas públicas dirigidas a su rehabilitación y a la promoción de acciones que fomentan la seguridad y la organización social, así como del cuidado y uso que toda la comunidad haga de ellos. Esta alianza supone la prevención de conductas de riesgo y de la violencia, además del impulso de actividades que promueven la diversión, la convivencia, la inclusión social y el fortalecimiento de las relaciones equitativas entre mujeres y hombres.
Las mujeres y los hombres padecemos de manera distinta los problemas que afectan el espacio público. La falta de iluminación, las deficiencias del transporte público, el acoso y la inseguridad afectan de una forma particular a las mujeres, quienes además, en muchos casos, se ven limitadas por una falta acceso a la toma de decisiones y a la participación dentro de su comunidad, por lo que su calidad de vida y su día a día se ven mermados por el temor que causa la inseguridad en el espacio público y que ocasiona que éste no sea disfrutado.
La apropiación del espacio público por parte de las mujeres y el fortalecimiento de la cohesión social son los principales objetivos que deben buscar las políticas públicas y las acciones de la sociedad civil para reducir la desigualdad que las mujeres viven en el uso y disfrute del espacio público. La inclusión de las mujeres en la toma de decisiones es fundamental para conocer su experiencia de los problemas de la ciudad y del espacio público, de la inseguridad y la violencia, y para sensibilizar a la comunidad en general sobre los obstáculos a los que se enfrentan muchas mujeres todos los días en diferentes comunidades del territorio mexicano.
Para garantizar el acceso pleno de las mujeres al espacio público no basta con fomentar su inclusión en la toma de decisiones. También es necesario fomentar la participación activa de las mujeres en actividades que las empoderen, que fortalezcan sus capacidades y que les hagan saber que el espacio público les pertenece; así como promover la prevención de conductas de riesgo y la organización de acciones sociales desde una perspectiva de género que incidan directamente en el terreno de la inclusión, la seguridad y el derecho a la ciudad de la comunidad.
Debemos recordar que nada de esto funciona sin la cooperación entre las autoridades y la ciudadanía. Un buen aprovechamiento de los espacios públicos con un enfoque de género ayuda a construir comunidad e inclusión social, lo que permite a hombres y mujeres obtener un sentido de pertenencia e identidad. ■
