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jueves, 28 marzo, 2024
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El Masiosare oxigena a Peña

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Por: ISRAEL GUERRERO DE LA ROSA •

Trump lo sobajó, lo avasalló, le dio un empujón a la caída en su popularidad, sin embargo, el propio Trump, la encarnación del “masiosare” extraño enemigo,  le abre un resquicio de oportunidad para el presidente Peña.  Bajo los constantes ataques sobre México y los mexicanos por el mandatario norteamericano, el gobierno de la república ve la oportunidad de recuperar algo de lo perdido y cerrar filas en torno a la llamada unidad nacional.

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Si Trump aceleró el ocaso de Peña, ahora le enciende una linterna para que pueda deambular en el negro porvenir. Evidentemente la economía no va a mejorar, la volatilidad de los precios de la gasolina y de la paridad con el dólar se mantendrán.

Poco podrá hacer en la pesada realidad social el gobierno actual para mejorar la vida de los mexicanos, sin embargo, si logra encontrar la forma de comunicación con la sociedad puede impulsar una narrativa que le dé oxígeno al gobierno y al partido tricolor, ya cuenta con un villano al cual hacer responsable.

Ante el peligro de las medidas que ha comenzado a tomar el presidente estadounidense tanto en materia migratoria como en temas económicos que ponen a México entre los destinarios de sus acciones, la animadversión hacia este personaje crece y se vuelve punto de unidad. Tanto ciudadanos como representantes legislativos, gobernadores, partidos políticos señalan la necesidad formar un frente común que deje las diferencias internas para enfrentar al “masiosare”.

Esa unidad requiere encarnarse en una figura, y esa, para ser efectiva en términos institucionales, no puede ser otra que el propio presidente Peña. Encabezar los esfuerzos de las empresas mexicanas en la búsqueda nuevos mercados podrá abonar en la medida en que le deje un mejor panorama un cierto respaldo de la clase empresarial. Bien jugó al hacer partícipe al Senado y a los gobernadores. Es una nueva oportunidad donde, en términos políticos, tiene poco que perder y sí mucho que ganar.

Y es que esa posibilidad por pequeña que sea abre posibilidades reales para entrar de nuevo en la contienda presidencial. Hay un panorama distinto para el PRI en términos electorales

En el Estado de México, el gobierno de Peña logró dinamitar la alianza PAN – PRD. La estrategia de divide y vencerás cobra vigencia y se vuelve efectiva. Endulzándole la oreja a Ricardo Anaya, dirigente nacional del PAN, el PRI seduce para emparejar un poco la competencia y pese a que no encabeza las preferencias, confía en que enfrentando a Trump recuperará algo de credibilidad y aunado a su capacidad de movilización ganar esa gubernatura.

La ambición de Anaya le hace la chamba al PRI. La intención es que cada alianza posible entre partidos de oposición no fructifique. La tarea es que vayan sólo, a excepción del PRI y sus socios: Nueva Alianza y el Partido Verde.

El llamada pacto de los Pinos es un ganar ganar para el PRI, en su caso podrá dejar abajo cualquier intento por alianza entre el PAN y el PRD o entre una gran coalición de partidos, por el otro, en caso de perder asegura que le cubran las espaldas.

Pero no es sólo el recuperar un poco de respaldo hacia el gobierno mexicano, sino también es delinear el perfil del candidato necesario para la elección del 2018, finalmente esto último es de las circunstancias más relevantes. De quedarse sin candidatos, Peña Nieto recibe un esbozo para buscar entre sus filas y Manlio Fabio Beltrones, comienza a vender ese perfil al igual que la exsecretaria general Ivonne Ortega.

La demanda de los mexicanos está siendo encauzada por un sentido nacionalista, lo que delinea las características que deberá construir el revolucionario institucional y los demás partidos en su candidato, comenzando con la fortaleza necesaria para encarar al gobierno del vecino país del norte, pero sin caer en el extremo de generar dudas sobre la belicosidad descontrolada de los aspirantes. Si la unidad contra Trump es un punto de convergencia, es el mismo punto de partida para diferenciar a los partidos.

Será intensa y extensa la pretensión de hacer de Andrés Manuel López Obrador un símil de lo que es Trump; de aprovechar ese recelo de la sociedad mexicana hacia el presidente de Estados Unidos y equipararlo con el líder de MORENA, y eso implica remarcar la intolerancia y la incapacidad de AMLO para manejar la economía mexicana, lo cual serán el sello característico de los discursos. De entrada el PAN ya hace su chamba sin pensar que el mayor dividendo de sus mensajes será el priismo.

Mientras el momento actual se construye de definiciones, nos leemos en la próxima colaboración de Palíndromo,  de izquierda a derecha y viceversa; por lo pronto, Luciana ha llegado para enseñarme lo increíblemente que es la vida. Bienvenida, hija.

 

 

 

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