En este momento, parece haber dos procesos (recurrentes) que concentran la atención, uno, con larga data de lucha contra las carencias y otro, por imponer la normalización de las mismas, con todas las consecuencias que acarrea para la población, la continuidad de un proceso de depauperación que hoy se muestra, cada vez más, sin recuperación posible, ni conformidad social alguna, por la justa y dura resistencia de la gente a quedar sin un presente y un futuro que deparen algo promisorio en cuanto a mejorar las condiciones básicas para vivir una existencia humana, siquiera aceptable por poder satisfacer unos mínimos deseables de bienestar que impliquen, por eso mismo, un modesto desarrollo, es decir, uno mínimo, pero capaz de generar y sostener un clima de paz, necesaria y posible, al menos mientras llega la próxima elección y un fin de sexenio, marcado por decisiones deplorables o agresivas, cuyos efectos dañan la humanidad de la gran mayoría de mexicanos, como el gasolinazo, forma de publicitar al exterior y de afianzar con más fuerza, una privatización energética, no iniciada, pero sí acentuada por Videgaray, hoy Embajador (de las esperanzas peñistas en los Estados Unidos), con la confianza de que se convierta en un mediador eficiente por contener los arrebatos de Trump y pueda modular su “arrebatado” poder presidencial para bien de México, en asuntos estratégicos de relevancia nacional, uno tan modesto ejemplo como el poder hacer que continúe la compra de aguacate en Jalisco o Michoacán, y más o menos, sus cultivadores se salven de un desastre, si acaso se llega a comprar en otro lado y allí se echa a perder. Tarea dura, la de ese Embajador: no se trata de andar, de “farolón”, pues, por las cargadas credenciales que porta, debe traer tanto asunto en cartera que le llegó el momento de revelar su capacidad y efectividad, diplomáticas, sin limitarse a organizar el viaje para placear a Peña.
Ea de esperarse, “matada” que fue, la gallina energética de los huevos de oro, no será sólo con gasolinazos sino con el emprendimiento de cualesquier otra acción efectista que aun sin poder llevar, como antes, caudales al erario público, contener el desbordamiento de la política ayudará a Peña Nieto, a intentar comunicar a los mexicanos, algo con sentido de futuro, humano, social, político, cultural y “nacional”. (¿De qué va a hablar hoy lunes? ¿Qué capote trae entre manos para capear un temporal, claramente todavía, no bueno?) Un “emprendimiento oficial” nuevo, promisorio a estas alturas de su sexenio, hasta parece imposible, por aún mostrarse el Presidente, como incapaz de lograr comunicar a la gente, un aliento patrio creíble, característica cada vez más lejana y fortalecerse tal vez dependa de los resultados, de la visita a Trump, por decir lo menos. Por supuesto, se habrá de estar pendiente de su publicitado mensaje para esta noche, ¿a qué Peña Nieto escucharemos?
No obstante y aunque pudiera parecer, Trump, no juega a todas, por el contrario, toma en cuenta balances internos que considera necesarios para evitar riesgos o deterioro, por ejemplo, su decisión de ayer: “El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes la orden ejecutiva para sacar a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (ATP), firmado por su antecesor, Barack Obama, para formar la mayor zona de libre comercio del mundo.” Aunque fue pensado como “contrapeso a la influencia creciente de China, fue firmado en 2015 por 12 países de la región Asia-Pacífico, pero no ha entrado en vigor. En la campaña electoral, Trump lo calificó de “terrible” para los trabajadores estadunidenses.” Además, “Trump también firmó una orden que congela las contrataciones de personal para el Gobierno Federal.” El recién llegado se empeña en crear condiciones para lo que él considera concurre a asentar su poder político y su forma de gobernar. ¿Esas compensaciones, le generan o no, concurren o no a fortalecer la base democrática necesaria para conseguir un funcionamiento democrático de semejante potencia mundial como se supone deben ser los EUA? Asentado Trump en el poder, ¿aún prevalece en él, el ideal democrático que alguna vez mostró para fortalecer a trabajadores o fue actuación electoral, sin otro contenido que la selectiva proyección de imagen, más allá de lo meramente político – utilitario – electoral? ¿En verdad le interesa mejorar las condiciones socioeconómicas y culturales de los trabajadores, residentes pobres, aún a costa de dejar sin trabajo a los migrantes, o qué equilibrio encontrará y podrá establecer, sin generar mayores perjuicios? ¿Cuántos empleos piensa crear durante su primer semestre de gobierno: arrebatar es una cosa, crear es otra, bien lo sabe? No todo es nadar bajo reflectores.
*Andrew Shapiro, hasta antes del fin de semana anterior, Embajador de EU en la República Checa, señaló: Como futura embajadora de Estados Unidos en la República Checa se perfila Ivana Trump, la exesposa del Presidente, que nació en la entonces Checoslovaquia y sigue manteniendo relación con su país de origen. ¿Será? ■
