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jueves, 18 abril, 2024
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Donald Trump: desquiciado y/o estratega

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Por: MIGUEL MOCTEZUMA LONGORIA • admin-zenda • Admin •

Donald Trump como Presidente Electo es exactamente es el mismo que como Candidato. No tiene un discurso para la campaña y otro como estadista. En realidad él está muy claro: la globalización debe fortalecer en primer lugar la economía estadounidense. Se equivocan quienes creen que está en contra del modelo globalizador; no, lo que pretende es que la inversión del capital estadounidense favorezca, antes que otra cosa, la acumulación y el empleo en su país, y desde esa plataforma reivindica el modelo global. Ese es el discurso que entusiasma a la clase media y a la clase trabajadora quienes lo interpretan como un discurso nacionalista. Se trata de una política de Estado inspirada en las ideas del nacionalismo que ha echado raíces a través de teóricos como Samuel Huntington autor de libros como El Choque de las Civilizaciones y Quienes Somos; el cual debe ser leído con pinzas.

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Donald Trump vuelve a ratificar ya como Presidente que México pagará de cualquier forma la construcción del muro en la frontera con los dos países. El presidente Enrique Peña Nieto responde erróneamente que México no pagará por ningún muro y que defenderá los connacionales que residen en Estados unidos así como las inversiones estadounidenses instaladas o que se instalen en nuestro país. Pero, ¿por qué el Presidente Mexicano tiene que responder a Donald Trump? En todo caso solo debió limitarse a decir que México no desea opinar sobre lo que Donald Trump declare, tampoco opinara sobre lo que haga o pretende hacer, pues como país respetamos las soberanía de cualquier gobierno. También debe decir que México como nación soberana no está dispuesto a recibir instrucciones ajenas, así sea de un país amigo. Es cierto, se trata de un discurso formalista, pero, es más efectivo que nombrar al Secretario de Relaciones Exteriores solo porque es amigo de Donald Trump. Todo eso suena a una bofetada.

Donald Trump no es un desquiciado prosaico, es realmente un estratega. Ya ha logrado poner en jaque el paradigma que respalda al modelo globalizador. Ahora, quienes se han opuesto desde la izquierda al modelo económico globalizador también han quedado sin argumento y en ridículo. Es obvio, se requieren nuevas ideas sobre las relaciones que hemos de mantener con Estados Unidos. La presión de Donald Trump que resultó exitosa al llevarse de México a Estados Unidos las inversiones de Ford Motor Company es una clara intervención extranjera que atenta contra la soberanía;  pero ese es un discurso que solo sirve para refugiarse sentimentalmente en el discurso nacionalista. Es mejor, como táctica defenderse señalando que las presiones a las ensambladoras norteamericanas de automóviles violenta tres de los objetivos en los que se finca desde 1994 el TLC, a saber:

Eliminar barreras al comercio.

Promover condiciones para una competencia justa.

Incrementar las oportunidades de inversión.

La amenaza de imponer aranceles especiales, es decir altos impuestos, a las empresas estadounidenses que inviertan en México y exporten sus productos a Estados Unidos debe entenderse como una clara violación al TLC, pues éste considera que las inversiones en Estados Unidos, Canadá y México debe de considerarse como producción originaria de la región, la cual buscaba eliminar toda clase de aranceles entre los países.

El boicot de Trump a las inversiones estadounidenses en México es ya un mensaje claro sobre el cuestionamiento a los objetivos del TLC. El país no puede dilapidar sus reservas internacionales liberando al mercado una cantidad significativa de dólares tratando de impedir que caiga el peso frente a esa moneda; y no debe hacerlo porque la caída del peso frente el dólar es finalmente inevitable. Tampoco debe sostener una política permanente de ofrecer más estímulos a los inversionistas estadounidenses de la industria automotriz. Por ahora solo hay que retener a los inversionistas, el fracaso en este objetivo será el fin de Peña Nieto.

Ya es hora de que se reconozca que hay que buscar el camino del desarrollo propio y eso pasa por el establecimiento de relaciones con las economías de China, Japón y la India; además de apoyarse en Canadá país miembro del TLC. México debe de ampliar asimismo el mercado de importaciones de todos aquellos productos en los que no es autosuficiente. Un aspecto clave es su inversión en ciencia y tecnología, fomentando la innovación y la retención de sus científicos.

Hay que empezar por dar marcha atrás a la imposición de impuestos a la gasolina con es el IIEPS que se agregó al IVA. Si eso no se hace, la resistencia social seguirá en ascenso y será imposible que no se desate una escalada inflacionaria en la economía que termine por enfrentar a núcleos importantes de empresarios con el Presidente Peña Nieto; eso es lo que sigue sino se atiende. ■

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