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jueves, 18 abril, 2024
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Sigue vigente la esencia de la autonomía universitaria tras 40 años: Abel García

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Por: ALMA RÍOS •

■ Es necesario corregir el rumbo y cumplir con “nuestra obligación”, considera el docente

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Aunque el mundo ha cambiado luego de 40 años, incluido el universitario, y los procesos globalizadores incipientes de aquella época se han convertido en grandes problemas nacionales “a los que no nos enfrentábamos entonces”, Abel García Guízar dijo que han sobrevivido de aquella lucha dada ante la toma de Rectoría de la Universidad Autónoma de Zacatecas, “la esencia de la autonomía universitaria que sigue siendo una bandera 100 por ciento válida”, y el carácter popular de la UAZ que permitió “ampliar el abanico de posibilidades” de vida a los zacatecanos con la conquista de becas de libros, comedores y casas estudiantiles.

No obstante, y comparando la próxima conmemoración de los 100 años de la Constitución de 1917, con la que este día refiere la citada toma de Rectoría, y la Universidad Autónoma de Zacatecas que trascendió a ese episodio, dijo que ambas entidades han pasado por un proceso semejante.

Luego de más de 600 reformas y contrarreformas, pero también de “caprichos antojadizos de presidentes grises” que para pasar a la historia no encuentran más que “meterle mano por todos lados a la Constitución como si fuera una gran prostituta”, el texto ya no es más que “una especie de Frankenstein”.

Colocado a trasluz, el articulado original de 1917 “nada se ajustaría ya” al actual, pues los grandes derechos sociales por los cuales murieron muchos mexicanos, se han ido derogando “paso a pasito”.

Así como los mexicanos actuales piensan que sólo por haber nacido en este país esos derechos se les otorgan por añadidura, “porque no son conscientes de lo que significó y casi sin meter las manos dejan que un día sí y otro también se les recorten”, pasa algo semejante con las nuevas generaciones de estudiantes y profesores de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

Dijo que el discurso neoliberal ha sido asumido completamente, “les han metido el cassette, que se han tragado completito” y que propone como lo más importante en “esa neo Pangea de consumismo desorbitado” que si “tú tienes dinero” existes y si no empiezas a invisibilizarte como ciudadano sobre el planeta Tierra.

Agregó no obstante, que llegará un momento “en que ellos mismos tendrán que plantearse cómo salir de ese atolladero”, pues cada generación en la historia de los pueblos se enfrenta a sus propios problemas.

Unos más temprano y otros a veces demasiado tarde, “ya hasta que la lumbre les llega a los aparejos”, generarán organización mediante formas que “posiblemente tengan que estar bastante más allá de los partidos políticos, que en este momento son herramientas prácticamente deterioradas”.

Abel García recordó de la lucha que les tocó librar a los universitarios de su generación, concretamente al momento en que fue tomada la Rectoría por la ultraderecha, que gobernaba entonces Aurelio Pámanes Escobedo la entidad, y el país, José López Portillo, quien entró “quemando leña” contra todas las universidades democráticas, “respondonas”, como lo era la Autónoma de Zacatecas, pero también las de Nayarit, Oaxaca y Guerrero. Eran las instituciones de nivel superior que entonces se vinculaban a las luchas sociales.

El embate contra la UAZ, agregó, no prosperó porque desde el primer día su comunidad se opuso “a este pucherazo, a este golpe de timón que intentó la ultraderecha zacatecana” conformada por el PRI, el PAN, y el propio Gobierno del Estado, que rodeó con policías judiciales el edificio de Rectoría.

Se sumaron al asalto en términos mediáticos las cámaras en que se organizaba la Iniciativa Privada, y el clero, aunque hubo dentro de este un pequeño sector democrático que respaldó a los estudiantes y maestros universitarios en el rescate de la autonomía y el perfil popular de la institución.

Desde esos sectores se difundía un discurso alarmista que calificaba a los universitarios de “sucios, rojillos, mugrosos, anárquicos…el de siempre”, y que pegó en algunas personas.

No obstante les favoreció el respaldo de las organizaciones sociales masivas, destacadamente entre ellas, el Frente Popular de Zacatecas (FPZ), “pero aquél, no la caricatura de ahora de Narro”.

Aquel Frente significó para la comunidad universitaria que se vinculó a las luchas sociales, “dar todo a cambio de nada para sacar adelante los problemas de esa gente”, en respuesta, esos campesinos y colonos apoyaron en la coyuntura de la toma de Rectoría a la UAZ, “de todo corazón en el rescate de su autonomía”.

“Nunca se les dio del todo el agradecimiento de parte de nadie de la Universidad por todo lo que hicieron por ella”, dijo Abel García Guízar, actualmente docente-investigador en la Unidad Académica de Derecho.

Apenas hace cinco años, en el contexto del 35 aniversario del acontecimiento, dijo, quiso paliarse esa omisión colocando una placa en el edificio de Rectoría, “a la entrada del lado izquierdo”, para homenajear a esas organizaciones populares.

Agregó a la lectura, su autocrítica contra un discurso que pudiera parecer triunfal, pues aunque “lo que hicimos estuvo bien (…) fajándonos y contra viento y marea rescatamos la autonomía” que significó un modelo del que deriva la visión social de la UAZ, luego se generaron “pequeñas corruptelas políticas” entre los grupos que fueron olvidando poco a poco la mística popular originaria.

“Y también es cierto que algunos de los que participaron en ese tiempo, a lo mejor después, creyendo que nos habíamos ganado un pedacito de cielo y de gloria por esas luchas que dimos, luego un poco quisimos vivir de la victoria ¿no?”.

Después de 1977 algunos personajes “se sintieron llamados por el destino para ocupar ciertos espacios de poder” y se promovieron personalmente; aun diciéndose de izquierda “empezaron a ocupar espacios dentro del aparato de Estado universitario para promoverse luego como consejeros del Gobierno, y más tarde, incorporándose al mismo como funcionarios “de aquí y de allá”, y saltando de un partido en otro, a veces al PRI al PRD.

“Y entonces adoptaban una actitud de bastardos respecto de la Universidad”, pues desde “aquel lado” quienes lo obtuvieron todo gracias a ella, “empezaron a hacerse ultracríticos” de la misma.

Para Abel García Guízar el caso más típico y terrible lo representa Ricardo Monreal, pues aun Amalia García apoyó un poco más a la UAZ.

Luego que han salido del poder algunos de estos personajes, han vuelto a la Universidad Autónoma de Zacatecas para no perder su antigüedad y seguir “mamando” de ella por el resto de sus vidas cuando se jubilen, “pero esa es una actitud bastante mezquina”.

Dijo entonces que a lo mejor aquella generación no cumplió al 100 por ciento con lo que necesitaba a la que se refirió como “nuestra amada universidad” en términos académicos, sociales y de honestidad personal.

No obstante también acotó que “afortunadamente no fue la mayoría”, ya que ese actuar ha servido para que la prensa ponga atención en los elementos para desprestigiar a la UAZ. “Pero sí existe eso, no quiere decir que uno deba hacerse de la vista gorda”.

Lo necesario entonces agregó, es corregir el rumbo y cumplir con “nuestra obligación”, pues “la Universidad todavía va a necesitar de nosotros, los que ya vamos de salida o casi”, en los momentos álgidos por venir.

Aseveró así que “mientras estemos ahí nosotros que amamos a la Universidad, estaremos para lo que sea, para desde ahí aportar a su defensa”.

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