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sábado, 20 abril, 2024
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Toma de Rectoría hace 40 años, momento crucial para la UAZ

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Por: ALMA RÍOS •

■ Se asentaron los postulados del Foro de Reforma de 1971: Arellano

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■ Movimiento estudiantil y represión gubernamental, aspectos clave

La toma de la Rectoría de la Universidad Autónoma de Zacatecas hace 40 años fue un momento “crucial” para la institución, pues implicó un abandono momentáneo de “ser universitario” al imponerse por la vía de la violencia la renuncia al debate de las ideas, pero también y posteriormente, la redefinición de una comunidad, pues fue a partir de esa coyuntura que los postulados del Foro de Reforma de 1971 se asentaron, dijo Benjamín Arellano Valdés, quien entre 1972 a 1980 fuera director de Planeación Universitaria.

Este 10 de enero se cumplirá un aniversario más de la toma de Rectoría, que el también ex docente en la ahora Unidad Académica de Economía de la UAZ ubica como el momento a partir del cual cobraron vigencia los postulados que se habían debatido en la Reforma Universitaria de 1971, aunque acotó, no se generalizaron en todas las instancias universitarias.

Benjamín Arellano tiene en preparación un texto donde justo busca dejar testimonio de las diferentes aristas que estuvieron en juego en aquel episodio de la historia de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

“Es muy complejo el asunto, es muy largo y está muy lleno de cosas que estuvieron presentes”, entre ellas, el desconcierto de una comunidad escolar al momento en que mediante un decreto gubernativo el Instituto Autónomo de Ciencias se convirtió en Universidad Autónoma de Zacatecas (1968), “sin más”, y que implicó iniciar la búsqueda de su identidad y su esencia, misma que le llevó a encontrarse con los problemas del movimiento estudiantil y la represión gubernamental de aquéllos años.

Arellano Valdés refirió que el carácter superestructural de la Universidad Autónoma de Zacatecas, y en general de las universidades, ya que “ahí se modelan las mentalidades que van a regresar a operar y actuar en el desarrollo social”, hace de las mismas un campo de batalla ideológico y político por su control por diferentes sectores sociales.

Más allá de los conflictos internos derivados del libre examen de las ideas y la adopción de algunas por sus miembros, en su opinión es en la universidad donde deben campear la libertad de cátedra, el libre pensamiento, el debate y la interpretación de los problemas de la sociedad para perfeccionar la acción sobre ellos.

En 1971 eso generó un modo de ser universitario que se violentó al momento de la toma de la Rectoría por un grupo, realizada en 1977.

“Fue un evento desde luego extraordinario en el sentido de que implicó un dejar de ser, que entonces era el debate libre de las ideas y el convencimiento en base a la razón; cuando se usa la fuerza, evidentemente implica una renuncia a esa forma de ser que debe campear en la universidad”.

Al paso del tiempo y trascendido el episodio, Benjamín Arellano Valdés sostuvo que lo importante es preservar la permanencia de ese debate de ideas y de las condiciones que lo permiten al interior de la UAZ, y de mismo modo, el derecho de cada ciudadano en la sociedad para expresarlas, a fin de establecer conclusiones que definan el rumbo de las instituciones, “sus formas de actuar, de organizarse, y sus formas de ser”.

Recordó que de aquel camino de la UAZ rumbo a su definición, lo que se rescata luego del episodio de la toma de Rectoría, fueron los postulado del Foro de Reforma de 1971, que imprimió a esa comunidad entre otros mandatos, la modificación de la relación maestro-alumno, que rompió la subordinación acrítica antes existente y la propuso en términos de respeto y de reconocimiento a la autoridad moral de los docentes, y no por su estatus.

Se instituyó asimismo “luego de muchísimas discusiones”, la libertad de cátedra que permitió también a los alumnos manifestar sus inquietudes y discutirlas sin temores dentro de las aulas, agregó.

Y se popularizó la educación superior en Zacatecas amén de abrir las puertas de la UAZ, de tal forma, que luego de sus primeros cinco años en esta calidad ya se había triplicado su matrícula, respaldada con el otorgamiento de becas a las colegiaturas, libros y espacios en casas de estudiantes.

Hoy con casi 40 mil pupilos, la herencia de aquellos años todavía hace permanecer a la UAZ como la segunda institución pública de nivel superior más barata del país luego de la UNAM, “quiere decir eso que conservamos desde entonces su carácter popular”.

También en búsqueda de su identidad y en el contexto de la efervescencia ya señalada, se dio el encuentro de la comunidad universitaria con la problemática social, particularmente la campesina.

Los estudiantes “se encontraron con esos problemas y en ellos un camino para manifestarse; la Universidad firmó con eso su carácter de popular”.

No obstante acotó, por este proceso no pasaron todos los estudiantes ni todos los maestros de la Autónoma de Zacatecas, pues la libertad interna permitió que quienes quisieron se involucraran en la lucha campesina por la tierra y quienes no, se mantuvieran al margen.

La conclusión personal de Benjamín Arellano Valdés apunta a que la Universidad generó en la época de los 70 y parte de los años 80, “una camada de ciudadanos con una visión y una sensibilidad del mundo, distinta y superior”, por las circunstancias vividas.

Independientemente de que hayan participado o no en las luchas campesinas o urbanas de entonces, aquellos universitarios hoy insertos tanto en el sector público como privado, sostuvo, actúan con una visión en que priva la honradez, la sensibilidad social y el respeto a “valores de servicio dirigidos a sus semejantes, porque el entorno social que vivieron en la Universidad finalmente dejó sus enseñanzas”.

Actualmente aunque hay universitarios también en esa búsqueda, “no sabemos qué vayan a encontrar en su camino de constituirse, de construirse como seres humanos”, pero la Universidad Autónoma de Zacatecas como institución, atiende a otros determinantes de tipo financiero, educativo e ideológico.

“Que quede claro, no quiere decir que sea una universidad derechizada, sino que un poco creo yo, alejada de su responsabilidad social plena, no que la desatienda, pero tampoco está muy presente”.

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