Hay eventos que se convierten en algo más que la convergencia de interesados o curiosos en algún tema determinado; con mucho orgullo he vivido de cerca el sentir de mis hermanos indígenas que se han asentado o que han nacido en nuestro territorio zacatecano, algunos de los cuales, han emigrado de otros estados como Chiapas, Querétaro, el Estado de México y Michoacán, entre otros; así, Otomíes, Wixáricas y Tzotziles, han emprendido una aventura que en la mayoría de las veces, a resultado dolorosa pues como comentaba Margarita de la Cruz y su esposo Armando Díaz, la necesidad los obligó a abandonar su tierra en busca de otras oportunidades de progreso. Platicando con Armando Díaz, indígena Tzotzil, el hambre y la pobreza lo motivaron inicialmente a emigrar a los Estados Unidos pero finalmente logró llegar a Zacatecas hace algunos meses, según comenta, llegó a las 3 de la madrugada a la plaza bicentenario sin saber a donde ir, no sabía si caminar a la izquierda o a la derecha pues no conocía a nadie; Díaz se lamenta no haber tenido cerca de su padre para platicar o tener un apoyo pues su madre se separó de él a consecuencia de las constantes agresiones físicas que sufría. Armando reconoce que entre su comunidad hay muchos que tienen problemas de alcoholismo y que son violentos con sus mujeres; también comenta que debido a su pobreza, un día su madre iba a vender a la única gallina que tenían pues ya no tenían para comprar maíz para comer, ya para entonces, Armando había pedido una oportunidad de trabajo al dueño de una tortillería y fue de esta manera que evitó la venta de su gallina y logró comprar el maíz que necesitaban. Armando afirma que siempre le ha gustado trabajar porque no quiere que su hijo sufra lo que él y su mujer han padecido, a Margarita su esposa, le agradeció en público por el apoyo y la compañía pues, pese a las calamidades, siempre ha estado a su lado. Como esta historia hay muchas y más lamentables, pues sin duda, en México ser indígena es una condición que agudiza los problemas, pues como nos comentaba otra hermana indígena, sus hijos han padecido discriminación y desprecio de los niños de la escuela en donde cursaban la primaria, otros más, prefieren no usar la ropa tradicional para evitar ser discriminados. Así las cosas, reflexiono en lo mucho que podemos hacer para evitarles tantas calamidades, no obstante, el Primer Encuentro Municipal de Culturas Originarias encontró y convocó a varias personalidades que definitivamente generarán un cambio positivo, tal es el caso del Dr. José Luis Calderón Cervantes, la Maestra María Teresa Contreras, la Lic. Sarahí Arteaga Torres, la Maestra Alma Rita Díaz Contreras, el Dr. Daniel Hernández Palestino, el joven Manuel Antonio Santillán estudiante de la licenciatura en Historia y David Hernández, quienes participarán como integrantes del Consejo Consultivo de la Asociación Civil Tatewari, el Abuelo Fuego, por cierto, David Hernández participa con una exposición gráfica muy interesante y donará la mitad de lo que se recaude a favor de la citada Asociación, misma que pretende empoderar a nuestros indígenas y mantenerlos unidos con la finalidad de apoyarlos ante tanta adversidad, pues hay mujeres que heroicamente sacan adelante a sus pequeños solo con las escasas ventas de sus productos, tal es el caso de Josefina López quien recientemente enviudó y tiene que mantener a Jesús de 5 años y a Miguel de 3. Desde la Unidad Académica de Derecho de la UAZ, estaremos apoyando en la asesoría jurídica de Tatewari AC, y, a petición de nuestro hermano Edaín López Ibarra (Chamán Wixarica) haremos todo lo posible por ingresar a la Escuela de Derecho a su hijo Lucio quien ha intentado en vano poder ingresar. En este contexto, es fundamental que nuestros indígenas conozcan sus derechos para poder exigirlos, sin embargo, es indispensable abrir la posibilidad de la educación a los jóvenes que tienen deseos de superarse pese a la pobreza, la discriminación y la indiferencia de las autoridades. Inicialmente acudí a este evento solo a dar una plática sobre Cultura Indígena y Cambio Climático, después me fui hermanando con sus necesidades y sus historias de sobrevivencia que ellos han enfrentado, por lo que sin duda, ahora habremos de conjuntar esfuerzos y brindarles el apoyo necesario para que se consoliden en lo económico, social y cultural. Este primer encuentro de culturas originarias convocó a las personas adecuadas para generar un punto de partida que motive la construcción de una sociedad más justa en la que nuestros hermanos indígenas sean vistos por el gran valor humano, histórico y cultural que tienen y no, como son tratados ahora, con discriminación y formados en el último eslabón de la pobreza y el olvido de los gobiernos. Feliz Navidad para todos.
*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos
