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jueves, 28 marzo, 2024
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‘Donde sopla el viento, más allá… en La Blanquita’. El libro de Mariana Terán Fuentes y Uriel Márquez Valerio

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Por: JÁNEA ESTRADA LAZARÍN •

La Gualdra 274 / Libros

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“Donde sopla el viento, más allá… en La Blanquita ayuda a comprender algunos de los problemas del proceso de reparto agrario mexicano en su forma de fraccionamiento de tierras entre 1917 y 1932. Mariana Terán Fuentes y Uriel Márquez Valerio se ocuparon en esta investigación de analizar el marco legal de Zacatecas en el tema de la cuestión agraria y su compleja implementación para cumplir uno de los más importantes postulados de la revolución Mexicana: el tema de la justicia social.

            Los autores se detienen en las competencias entre las autoridades ejecutiva y legislativa de la entidad con el poder judicial de la federación antes y después de la matanza de 18 campesinos solicitantes de tierra, ocurrida el 19 de mayo de 1928. El lector podrá valorar, a través del análisis histórico y jurídico de la creación de la colonia agrícola La Blanquita, en la hacienda de Trancoso, Zacatecas, el paso de un constitucionalismo liberal a un constitucionalismo social”.

 portada-del-libro

Lo anterior se puede leer en la cuarta de forros del libro que ambos autores realizaron a mediados de este año y cuya presentación se llevó a cabo apenas el mes pasado. Con este motivo, nos reunimos con ellos para hablar sobre el proceso de investigación llevado a cabo y sobre el tema central de este texto editado por Taberna Libraria Editores con el patrocinio de la Coordinación General Jurídica de Gobierno del Estado de Zacatecas y el Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde.

 

Jánea Estrada Lazarín: ¿Cómo fue que surgió la idea de realizar este proyecto de investigación?

Mariana Terán Fuentes: La iniciativa surge de la Coordinación General Jurídica de Gobierno del Estado, entonces a cargo del Mtro. Uriel Márquez Cristerna; de esta coordinación depende la dirección de Fraccionamientos Rurales. Fue en el archivo de la dirección de Fraccionamientos Rurales que encontraron un documento de cerca de 800 fojas; ahí lo digitalizaron y nos hicieron la invitación para hacer la investigación.

 

JEL: ¿De qué trata el documento?

MTF: Es un expediente muy amplio que tiene información desde 1927 hasta la década de los años 90 del siglo pasado. El tema es la lucha por la tierra en lo que fue la Hacienda de Trancoso, Zacatecas, y la posterior creación de la colonia agrícola La Blanquita. El documento está compuesto de una serie muy numerosa de oficios de los campesinos de Trancoso, de quienes asesoraron a estos campesinos, de la participación de las 18 viudas, de un oficio que alguien les redactó a las viudas y que dirigieron al presidente de la República, entre muchos otros.

 

JEL. ¿Cómo inicia el conflicto de La Blanquita?

MTF: En 1927 un grupo de 22 campesinos realiza la petición de tierras, aunque ya había habido peticiones desde 1917. La Hacienda de Trancoso pertenecía a José León García, nieto de Antonio García Salinas –hermano de Tata Pachito-. La familia fue propietaria de la hacienda desde 1826 que fue adquirida por Antonio, quien debido a su espíritu empresarial la dinamizó; establece la industria textil de La Zacatecana y se dedica además al ganado. El historiador Cuauhtémoc Esparza se refiere a ella como “el prototipo de la hacienda empresarial más próspera y exitosa de Zacatecas en el periodo porfiriano”, la hacienda tenía poco más de 83 mil hectáreas. La familia García era dueña de un área muy importante de haciendas que vinculaba a San Luis Potosí, Aguascalientes –con Cañada Honda-, y Zacatecas –que incluía las de Tacoaleche, Trancoso y San Marcos-.

 

JEL: El problema entonces era el de la concentración de la tierra…

MTF: Claro, en esa época eso se cuestionaba duramente, porque en manos de muy pocos estaban grandes extensiones de tierra. El problema además es que derivado de esto, la tierra solía volverse inútil y ociosa, en lugar de repartirla entre trabajadores numerosos que la volvieran productiva y provechosa. Sin embargo, según la información que obtuvimos de la Hacienda de Trancoso, a través de un exhaustivo trabajo de investigación, ésta era sumamente productiva, vinculada incluso al mercado internacional. Entre los propietarios había toda una apología del derecho de propiedad como uno de los derechos más importantes del hombre.

 

JEL: Dices que en 1917 iniciaron las peticiones de reparto de tierras en Trancoso…

MTF: Sí, fueron los campesinos que vivían ahí con sus familias, que ahí habían crecido, que tenían ahí enterrados a sus muertos. En ese contexto, viene la legislación agraria; tan importante es el Art. 27 constitucional como importante es la legislación que se hizo en Zacatecas, que desde 1917 decía que existía el derecho a ser pequeño propietario rural. Esa ley especificaba quién tenía derecho a pedir tierras; después la de 1919 especificaba también una serie de requisitos que deberían cumplirse. En Zacatecas se estableció como forma predominante para el problema de la tierra el fraccionamiento agrario, mientras que en otras partes de México fue principalmente la dotación ejidal; aquí se daba una combinación entre ambas políticas. Para el caso que nos ocupa la solicitud de los 22 campesinos era una petición de fraccionamiento de tierra.

 

JEL: Estaban en su derecho de pedirlo…

MTF: Así es. Entonces el 22 de septiembre de 1927 se presentan ante las autoridades, ante el Departamento de Agricultura y Fomento argumentando que ellos habían tenido el derecho de “ir a la cuerda”, es decir, el derecho a ser parte de la tropa, pero ellos ya se sabían con el derecho también de ser pequeños propietarios de tierra, porque habían participado en la revolución y ahora era un México distinto. Al día siguiente de la petición el gobernador Jesús Delgado mandó a un perito para que hiciera la localización y la medición del terreno solicitado. León García se preocupa más todavía con esto, pero dice que “de conformidad absoluta y sin salvedades va a fraccionar la tierra”. Pese a la aparente voluntad del propietario aparecen luego los problemas técnicos y administrativos y éste se hace de un apoderado legal.

 

JEL: ¿Los campesinos solicitantes no contaban con asesores?

MTF: Sí, uno de ellos fue el diputado Ramón Saucedo, abogado que estuvo presente en la Cámara Obrera. Con todo y asesores, los problemas siguieron. El propietario debería de proporcionar un croquis, pero éste alegó a través de su apoderado que no era su obligación hacer el croquis sino de los solicitantes. El plazo para fraccionar se venció y el gobernador declara a León García en rebeldía. Esta declaración se hace un día antes de la matanza. Al día siguiente, a las 6 de la mañana, el 19 de mayo de 1928, son asesinados 18 de estos 22 solicitantes de tierra.

 

JEL: Tengo entendido que los campesinos estaban en sus casas en esos momentos…

MTF: Estaban dormidos. Y frente a sus esposas y sus hijos fueron masacrados estos 18 campesinos que junto con los otros 4 que sobrevivieron habían pedido 3320 hectáreas para establecer una colonia agrícola.

 

JEL: ¿En el mismo expediente ustedes encontraron la descripción de cómo se llevó a cabo esta matanza, de quiénes fueron los autores intelectuales?

Uriel Márquez Valerio: Nos auxiliaron en la investigación el Dr. Adolfo Trejo y Edgar Hurtado Terán; ellos encontraron otro expediente en la Casa de la Cultura Jurídica, un expediente que debió haber sido un proceso con una serie de “chicanas” que tendieron evidentemente a proteger a los autores intelectuales. Este expediente duró 10 años para finalmente establecer que no había delito. En lo personal, sin ser juez ni nada, considero que con los elementos que hay, el autor intelectual fue el hijo de José León García, Joaquín. Ellos inventan dos coartadas: la primera decía que los culpables habían sido los cristeros, un grupo de 200 rebeldes que venían de Calvillo y Jalpa los que habían ejecutado la matanza; en una segunda coartada Joaquín dice “nosotros ya no éramos los amos, eran otros”, pero tampoco especifica quiénes eran.

 

JEL: Usted dice que el expediente estuvo pésimamente llevado, ¿por qué razón?

UMV: Primero, porque interviene el juez municipal y hace las funciones de ministerio público; él es el encargado de hacer la investigación que fue escueta, mal hecha, en la que ni siquiera pregunta lo elemental. Hay 7 preguntas que cualquier investigador debe hacer: ¿Qué pasó? ¿Cuándo pasó? ¿Dónde pasó? ¿Quiénes intervinieron? ¿Quiénes vieron? ¿Por qué? Y ¿Con qué? Eso es elemental y el juez no las hizo. Supongo que por ignorancia, el juez municipal no era abogado; y sin ningún fundamento legal aplican el Código Federal de Procedimientos Penales de 1908 que rigió hasta 1934. Ese código establecía un procedimiento inquisitivo, caracterizado por la secrecía, la falta de división de las funciones, es decir, el juez era investigador, condenador y ejecutor. Entonces, sin ninguna explicación jurídicamente plausible, el expediente se convirtió en un expediente federal, por considerar solamente el delito de la rebelión de quienes ejecutaron la matanza sin considerar siquiera el delito de homicidio. Luego, a 3 viudas nunca las llamaron a declarar y el juez de distrito de Zacatecas lleva la investigación mediante requisitorias, como si Guadalupe estuviera muy lejos de Zacatecas. Por eso el expediente está mal llevado y por muchas otras cosas.

 

JEL: ¿Quién da fe de los hechos?

UMV: Se da fe de los 18 cadáveres que quedan diseminados en toda esa zona -en cuyo lugar se encuentran ubicadas actualmente 18 “peañitas” para recordar dónde fue que cayeron muertos los campesinos-; el código establecía que en caso de homicidio había que practicar una autopsia, ésta debía realizarla un perito médico y en su ausencia por un perito práctico, pero con la validación de un perito médico. Ellos improvisaron un perito y la descripción fue hecha pésimamente realizada, como todo el expediente.

 

JEL: ¿Hubo proceso o sólo fue expediente?

UMV: No hubo proceso jamás. Sólo es un expediente.

MTF: El que denuncia fue uno de los campesinos que logró salvarse: Pedro Mauricio -a quien planean actualmente hacerle un monumento en La Blanquita- se dio por muerto en el momento de la ejecución, le dieron un balazo en el sombrero y él cayó en una nopalera fingiendo estar muerto. Cuando todo pasó de inmediato fue a Guadalupe a denunciar los hechos.

UMV: La denuncia la hizo a las 10 de la mañana ante el juez municipal, cuando debió haberla hecho ante el ministerio público. Debió haber venido a Zacatecas. La declaración de Pedro fue pésimamente tomada, escueta, en 10 renglones solamente. A los 3 días realiza una nueva declaración ante la Comisión Sindical, que no era autoridad, pero esa declaración está perfectamente tomada. Ni el juez municipal ni el de distrito se preocuparon en ese entonces por verificar eso. Nunca hubo proceso.

 

JEL: Pero luego las viudas siguieron con la lucha por la tierra.

MTF: Sí. El propietario había argumentado que ante la falta de denunciantes, porque ya estaban muertos, pues ya no había asunto que arreglar. Pero Carmen Gutiérrez, una de las viudas que liderea al resto de sus compañeras, ratifica la petición que habían hecho sus esposos y se enfrentan al propietario hasta que lograron lo que querían; porque las mujeres son también sujetos de derecho a la tierra, de acuerdo a la legislación de 1919, que así las considera.

 

De eso trata este libro, es un trabajo de investigación exhaustivo y muy interesante. Los autores, analizan desde su experiencia profesional, la construcción de una realidad, la de La Blanquita. Uno de los mitos derrumbados fue la creencia de que habían sido los cristeros los culpables de la matanza. ¿Fueron realmente mártires los 18 campesinos asesinados el 19 de mayo de 1922? Ésa es la respuesta que usted encontrará en Donde sopla el viento… Más allá de La Blanquita. Recomendamos ampliamente su lectura.

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/274

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